viernes, 16 de enero de 2015

Vuelo de vuelta y... ¡mas Reyes!

Como decía, hicimos las maletas con mucha pena y pusimos rumbo al hogar, que, para ser sinceros, no echábamos mucho de menos. Sobre todo, teniendo en cuenta que íbamos a cambiar nuestra media de 20 grados por otra de cinco.

El caso es que fue un viaje casi idéntica al anterior. Todo fue muy bien hasta que el avión se dispuso a aterrizar. Momento en el que Iván entró en modo rabieta agresiva y hubo que hacer esfuerzos titánicos para calmarle y controlarlo por el bien de los tímpanos de todos los pasajeros y especialmente por los riñones del sufrido pasajeros que se sentaba justo delante. Acabé mandando todo a la porra y sentándomelo en las rodillas exponiéndome a una merecida regañina por parte del personal de abordo, pero en vista del demonio emplumado que se retorcía en mi regazo debieron hacer la vista gorda. Poco a poco el peque fue aflojando, hasta quedarse muy quietito entre mis brazos.

Nada más entrar al avión, una azafata muy amable había identificado perfectamente a mis chicos: les preguntó sus nombres y cuando el pequeño se lo dijo exclamó divertida "¡Iván el terrible!". Cuando se lo dijo el mayor afirmó entre risas "¡Y Daniel el travieso!". Cuando bajaron del avión les aseguró que habían hecho honor a sus nombres y les regaló a cada uno una bolsita de frutos secos. Menos mal que la gente del avión se tomó todo con humor.

Los niños estaban agotados y se quedaron fritos en el coche, pero bastó nombrar a los sacrosantos Reyes para saltar de los asientos y correr hacia casa con renovadas energías. Empujaron la puerta que mal abrió su padre e iniciaron una carrera hacia la habitación de los juguetes. No se sintieron nada defraudados porque allí los esperaban los paquetes como tesoros. Enseguida se pusieron a abrir el papel de regalo muy ilusionado. A cada juguete que habría, Daniel susurraba "No es lo que he pedido... ¡Pero me gusta! Esta bien, está bien". Y así invariablemente hasta que por fin llegó su adorado muñeco de Minecraft. Se quedó mudo. Parecía no creerse que se lo hubieran traído. "¡Miraaaad! ¡¡¡¡Es justo lo que pedí!!!" gritó emocionado. Menos mal que lo cogimos in extremis.

Iván, por su parte, abría sus paquetes entre grititos de alegría. Todo le gustaba, todo quería abrirlos, con todo quería jugar... Hasta que llegó el turno de los guantes de manos de monstruo que rugían (de la Zully de Monstruos S.A.). Dada su inclinación a los bichos feos y los disfraces era de suponer que sería un gran éxito, pero los peques siempre te sorprenden. Iván se agarró a mí, las tiró lejos y aseguró que le daban miedo. Menos mal que a Daniel sí que le han gustado, porque el peque no las puede ni ver. En realidad, las encontré por cuatro euros en las rebajas del años pasado de la tienda Disney, así que el riesgo no era muy costoso, pero cuando fallas en un juguete te da una pena... En cambio la capa de vampiro no había manera de quitársela de encima, ni siquiera para dormir, pero yo no le consentí el capricho por miedo a un accidente.

Menos mal que los chiquillos me la quitaron enseguida con su entusiasmo. No consintieron en irse a la cama sin probar algo. Así que se acostaron tardísimo, pero con sendas sonrisas en sus caritas.




10 comentarios:

  1. Madre mía, cuántos regalos!!!! No veo las garras de monstruo y me he quedado intrigada... Un besote!!!!

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    1. Y sin embargo están jajaja

      Las puedes ver encima de la mesa azul en la tercera foto. Son azules con lunares violetas. ¡Y no dan nada de miedo! De verdad que eso no me lo esperaba jajaja

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  2. Hola: entiendo que no echarais de menos el hogar dulce hogar porque las islas son el paraíso con esa temnepratura tan buena que tienen todo el año. Toca regresar a la rutina y ya veo por las fotos que los Reyes acertaron plenamente... menuda alegría y emoción llegar a casa y encontrarse todos esos regalos tan ansiados y deseados... Me reí con la experiencia de los motes que le puso la azafata a tus hijos en el avión... hay que tomarse la vida con alegría!! seguimos en contacto
    i

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    1. Y lo mejor de todo es que allí mi madre me tenía de lo más mimada jajaja Eso sí que no tiene precio!

      La azafata acertó de pleno. La verdad es que era encantadora y se los ganó enseguida :D

      Tienes toda la razón en que hay que tomarse la vida con alegría. Besos!!!

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  3. Iván el Terrible y Daniel el Travieso... no veassss! Jajajajajaja!
    Cómo no van a activarse con ese festival que les esperaba!! Ilusión a tope!
    Muas!
    PS: Yo tampoco hubiese querido volver, ains...

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    1. Jajaja es que lo son 100%. No lo pueden negar!
      Con los Reyes no se puede uno ir a dormir ¡Que locura! XD

      Ay! Esa playita, ese calorcito, esa mami que me mimaba... Snif snif

      Esta vez sí que vengo con depre postvacacional jajaja

      La p´roxima vez les diré que me cuiden meno.

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  4. Juas juas me estoy imaginando tu casa llena de juguetes tétricos del gusto de tus retoños jajajaj
    ¡Que de regalitos!
    ¿No hubiera sido mejor esperar al día siguiente? Lo digo para que se hubiese ido a la cama jajaja
    Besos

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    1. Síiiiii. Esta es la casa del terror jajaja Tenemos de todo.

      Yo hubiera preferido esperar y que durmieran bien, pero Daniel llevaba con la cantinela de "qué nos habrán traído los Reyes en Madrid" desde el día 6. No se les escapa una a este chiquillo jajaja

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  5. Vaya! han debido ser muy buenos, cuántos regalos!! Nada de carbón!! Un beso

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    1. Me temo que los Reyes son muy indulgentes. Ya les he dicho que si me tuviera que encargar yo de esos regalos les hubiera traído carbón jajaja

      Pero se salvan porque son los Reyes ;)

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