Desayunando sano con los Freskis del Corte Inglés

El sábado acudimos muy ilusionados al desayuno sano de El Corte Inglés. Para mis niños era una fiesta. Nada más entrar en el restaurante de la planta sexta del centro de la Castellana, los peques se llevaron la primera sorpresa. El señor manzana los recibió con los brazos abiertos.

Ni decir tiene que hubo que velar por la integridad física del pobre señor manzana desde el minuto cero. El ímpetu y el amor que suscitó casi hace que diera con sus pipas en el suelo. El desayuno no emocionó a Daniel, huelga decir que sus gustos son poco sanos, pero encantó a Iván que se puso a devorar fresas, galletas y Danoninos como si no hubiera un mañana.

Enseguida repartieron a los niños una carpeta llena de emocionantes actividades y empezó la charla. La puedo resumir en una frase: "El corte inglés quiere que los niños aprendan a comer sano jugando porque cree que así crecerán más felices".

No había nada más que añadir. Aunque os diré cómo pretende lograr tan maravilloso objetivo: con los Freskis, unos peluches monísimos y cien por cien achuchables que se regalaran cada vez que acumulemos venticinco puntos por la compra de productos frescos del supermercado de El Corte Inglés. Cada 15 euros que gastemos se traducirán en un punto. Y al poco al poco podremos elegir entre la zanahoria, el ajo, la berenjena, el brócoli, la pera, la manzana, el plátano y la fresa. Pero eso lo leí luego en la nota de prensa que nos facilitaron porque en el evento se dio prioridad a que pasáramos un maravilloso momento en familia jugando a "Adivina que fruta soy?", con las máscaras, coloreando... Y, sobre todo, achuchando al señor manzana, que era de lo más agradable y paciente.

Mis hijos los pasaron genial con su mami, con otras blogueras encantadoras como Madres estresadas, que les convenció de que se estaba convirtiendo en una bruja azul al beber una pócima mágica; y con sus hijos, como el peque de Mi mamá me mola y los chiquillos de ¿Y de verdad tengo tres? con los que hizo muy buenas migas el mayor. Allí me encontré con un montón de amigas virtuales geniales, además de las que ya he nombrado, como Gracias por todo papis, Attempra, El blog de Bombones, Ha nacido una mamá, Pipopipeypapas, Desvaríos de una madre... Espero no olvidar a nadie porque el caso es que entre que el mayor de vez en cuando se me quería escapar a la cafetería para comer algo menos sano y el pequeño estaba empeñado en atarse con la cuerda de estor, abrir la ventana y hacer ventaning, entre otras travesuras por el estilo, yo iba loca de la cabeza tras uno y tras otro. El que se llevó la palma fue el chiquitín que de repente se agacha y en vez de calzoncillo le veo el culete. ¡¿¿¿Pero dónde están calzoncilllos???! ¡¡Aaarg!!

Se ve que en una de esas que les llevé al baño y le dejé sin vigilancia un minuto aprovechó para quitarse los cazoncillos y, según sus palabras cuando le pregunté ya en casa, los dejó en el váter porque le molestaban. Desde aquí mi más sincera disculpa al personal que se los haya encontrado y se haya quedado flipando. Cuando acabó el evento iba a ir a recogerlos, pero entre pitos y flautas, ¡se me olvidó!

El caso es que los peques se lo pasaron genial y acabamos yéndonos de los últimos. En la puerta les esperaban los Freskis. Eran todos monísimos y yo no hubiera sabido cual elegir. Pero ellos lo tenían clarísimo: Daniel se fue con un platano encantador e Iván con un brócoli muy dicharachero.

Cada dos por tres me preguntaba el más pequeño como se llamaba su Freski. Tanto fue la cosa que al final decidió que no era un brócoli. "Es una lechuga, ¿vale mamá?" Por mi perfecto. A partir de ese momento se convirtió en lechuga.

Muchas gracias a El Corte Inglés y a Madresfera por organizar un evento para disfrutar en familia y para que nuestros hijos aprendan a comer sano divirtiéndose como locos.