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viernes, 30 de mayo de 2014

Y de repente querían fantasmas y zombis

Mis niños están obsesionados con monstruos, ninjas, alienígenas y robots asesinos. Empiezo a estar un poco preocupada.

El caso es que una tarde llegamos a la casa del parque con los peques ansiosos por construir sus propios fantasmas. Me exprimí la cabeza para improvisar de la nada los seres ectoplasmáticos por excelencia. Al poco recortaba una camiseta vieja y rota que no tenía visos de poder disfrutar de una segunda vida, rescaté los ojos de plástico de un cajón (sólo em quedaban tamaño grande), cogía unos elásticos, la purpurina (por expresa petición del mayor) y le saqué un poco de relleno a un cojín que ha visto mejores tiempos. ¡Tachán! nos quedaron unos fantasmitas muy graciosos que colgamos en el marco de una puerta de arco.

Pero la cosa no quedó ahí. Al día siguiente, Daniel me pidió ¡zombis! ¿Y como demonios le construyo un zombi? Pues se lo hice, aunque muy cutre. La cabeza se la hice con un globo relleno de harina, así la podría moldear a su gusto, la estructura del cuerpo brazos y pies con limpiapipas, también muy maleables, y, por último, un rollo de papel higiénico me sirvió de cuerpo. La cara se la pintó él mismo con rotulador negro indeleble. No contento del todo con el resultado me pidió un ataud del que pudiera salir el bicho. Solución: una caja de sus zapatos.

Estaba haciendo yo todo el trabajo, así que le dije al peque "¿No deberías estar haciendo esto tú?". "No" me contestó, "Deberíamos estar haciéndolo entre los dos, pero mejor hazlo tú". ¡Será vago!

Cuando lo vio Iván quiso otro, asi que hubo que repetir la operación. Estuvieron jugando con sus muñecos muchísimo tiempo. Incluso hubo peleas. Pero al día siguiente ya habían quedado relegados al olvido. ¿Qué será hoy? Vampiros, momias, hombres lobo... ¡Sight!



miércoles, 28 de mayo de 2014

El Museo Arqueológico de Madrid: muy familiar y muy poco kids friendly

Tenía muchas ganas de llevar a los peques al recién reformado Museo Arqueológico de Madrid. Sobre todo, porque el mayor muestra muchísimo interés por esta ciencia. Aunque, a su manera, claro está.

No nos equivocamos. A los chiquillos se les abrieron los ojillos con todo el interés del mundo en cuanto cruzamos el umbral que daba paso a la exposición.

Mientras ellos alucinaban con los tesoros que les rodeaba y atendían a nuestras explicaciones, las del padre, con más base científica, y las mías, del país de las maravillas, principalmente. Los progenitores sufríamos de una llamada de atención a cada paso por vigilantes que tenían escrito en su mirada: "¿Qué hacen estos niños en un museo?". De hecho, una de ellas, llegó a decirme que donde mejor estaban mis hijos era en el parque y que podía llevarlos a El Retiro, que no quedaba muy lejos de allí. Sé que lo dijo con la mejor intención desde su mente estrecha de miras, pero como he hecho patente en esta misma frase, ¡me sentó como un tiro!

Está claro que puedo elegir la opción cómoda e ir todos los días al parque con los peques sin ampliar horizontes en sus cortas vidas, pero elijo alimentar su cultura e interés por el mundo que les rodea. Está claro que los peques van a crecer igual de felices con cualquiera de las dos opciones, pero a estos les ha tocado esta madre en suerte y los museos van incluidos en el paquete.

Como ya he comentado en otras ocasiones, me parece increíble el poco valor que se le da a los Museos en la educación de los pequeños en España, comparado con otros países europeos que cuentan con un recorrido adaptado a varias edades en todas sus instituciones. E incluso con una sala de actividades y juegos basados en la colección de los mismos. No pido tanto, pero que te paren cada cinco minutos, haciéndote ver que tu hijo pequeño molesta, que es mayor se está acercando demasiado a una pieza (desde el punto de vista del vigilante), o que tu volumen de voz no es el adecuado cuando estás llamándole para que no se te escape de la vista... Se pasa de castaño oscuro ¿Es que una conversación normal puede estropear la colección? No tenía ni idea.

El caso es que las salas estaban llenas de familias con niños de todas las edades. ¡Lógico! Es un museo lleno de maravillas y, a mi entender, un lugar que ni pintado para pasar un rato divertido y didáctico con tus hijos. Además, tienen varios stands dedicados a los ciegos que son una fuente de diversión constante para los más pequeños porque ¡se pueden tocar! Ni que decir tiene que estaba lleno de niños, aunque, la mayoría tenían que ser alzados por sus progenitores porque no estaban a su altura.

Afortunadamente, entre los visitantes sí se encontraba muchos amigos de los niños y defensores de la cultura desde la más tierna infancia que, incluso, reían abiertamente cuando Iván aseguraba que una estatua funeraria era una "¡reina!", que le daba miedo el "perro vampiro" o que el quería un "catalejo verde piata" como el de la vitrina. Y otros que se maravillaban con el interés de los niños más mayores, como Daniel, que recorrían las salas con mil preguntas en los labios.

A la salida, les pregunté a los chiquitines que les había gustado más. La lista de Daniel era interminable, aunque casi todos los elementos eran armas. Iván por su parte, expresó su entusiasmo sin límite por un telescopio verde bastante grande y "la niña de los pies sucios" (una estatua de una mujer cro-magnon, si no recuerdo mal).

Volveremos porque nos quedaron muchas cosas por ver... Le pese a quien le pese.

martes, 27 de mayo de 2014

Se buscan pequeños detectives de monstruos

Mi hermano Fernando nos chivó desde Las Palmas de Gran Canaria que se iban a hacer unas jornadas de rol para niños en algunas tiendas de comics de Madrid. Como Daniel está encantado con sus partidas roleras no perdimos la oportunidad de llevarle. Bueno, no la perdieron su padre y él. Una menda se quedó al cuidado del más pequeño de la familia, que disfrutó de su madre en exclusiva, que tampoco está nada mal. Yo tuve que compartir su amor con piedrecita, una fea y gris piedra que encontró en el parque, a la que columpiaba, paseaba, tiraba por el tobogán y le decía con arrobo: "no te madees, piedecita"

El caso es que el papá me contó luego todos los detalles. Se trataba de la presentación de un libro de rol, Pequeños detectives de monstruos, hecho por diseñadores de gráficos. Se nota porque la presentación está muy cuidada y es una verdadera preciosidad. Lo edita nosolorol.

Primero le pregunté al primogénito para obtener su visión infantil, con muy pocas esperanzas de que soltara prenda, pero, para mi sorpresa, empezó a contarme muy entusiasmado cómo había encontrado una red y unos patitos de goma, ¡pistas para dar con el monstruo que estaba robando los patitos! En su versión encontró todas las pistas él y le dieron cuatro estrellas por cazar al monstruo y encerrarlo en la cárcel. Me mostró entusiasmado el contrato de detective de monstruos con sus cuatro estrellas y los dibujos que el mismo hizo de la red, los patitos, las huellas... ¡Además le habían dado una medalla por trabajo en equipo! Supongo que en ese momento se creía el mejor detective de monstruos del mundo.

El padre me confirmó que el niño había monopolizado un poco las búsquedas, seguramente porque, comparado con el resto de los niños, él ya tenía bastante experiencia jugando al rol. Con decir que le encanta ojear los libros de rol del Señor de los Anillos con su padre... ¡disfruta escuchando las historias de aventuras de su progenitor! De tal palo...

También me contó que los chicos de la editorial habían montado un taller de dibujo de monstruos en el que el peque se lo pasó pipa.

A Raúl, personalmente, le pareció que el juego no presentaban retos reales a los chiquillos, pero creo que el máster debió de desarrollar una versión bastante simplificada del juego, teniendo en cuenta que en la mesa de Daniel, mi niño debía ser el mayor de los congregados (el juego es para niños a partir de tres años), y que el número de jugadores era bastante alto. Me baso para hacer estas suposiciones en que, cuando le pregunté a Raúl por los puntos de miedo de los monstruos, me dijo que no se había dicho nada de eso en la partida. Supongo que en una partida real la historia se hubiera alargado demasiado si se hubieran seguido las reglas a rajatabla. Pero son sólo suposiciones mías, que ni siquiera estuve allí.

Iván mimando a piedrecita
Una opción divertida que admite el juego es la de rol en vivo. Podemos usar nuestra casa para esconder pistas y objetos y vivir historia de una forma más realista.

Lo único que puedo confirmar, porque soy testigo de ello, es que mi chico mayor todavía me cuenta cómo atrapó al monstruo de los patitos de goma en una emocionante aventura de detectives.

lunes, 26 de mayo de 2014

Mamá propone y los niños disponen: jugando con plastilina

Esa tarde llovía y el cielo estaba de lo más feo, así que el plan era pasar la tarde en casa. El mismo plan desde hacía dos días.

Los niños estaban aburridos de tele y de sus juguetes. Me miraban esperanzados. "Mami, ¿hacemos una actividad?" me preguntó el mayor. Se me ocurrió de repente que podía hacer un dibujo con un rotulador negro grueso, sacar la plastilina, hacerles bolitas de diferentes colores y que las fueran pegando donde quisieran. Dicho y hecho. Cuando tenía montado todo el tinglado, los peques miraron como rellenaba huecos del dibujo con plastilina sin mucho interés. Mientras les explicaba la actividad, ellos cogían trocitos de plastilina como quien no quería la cosa y se dedicaban a estrujarlos, cortarlos, pincharlos... cada vez con más ahínco.

No me llevó mucho tiempo darme cuenta de que no les apetecía nada llevar a la práctica mi idea, pero se les veía de lo más entretenidos manipulando la plastilina. Empecé ha hacer rulitos, bolitas y formas varias para acompañarles en el juego. Y el mayor se dedicó a juntar piezas y crear deliciosas golosinas y helados multicolores.

Muy pronto, el más pequeño se empeñó en hacerse con las chuches del hermano de una forma un poco violenta e ilegal. Así que me tocó fabricar más helados, bombones, galletas, chupachups y piruletas a la velocidad de la luz para darle a Iván su codiciado tesoro.

Cuando se nos acabó la plastilina, me vendieron las chuches, se las intercambiaron, comenzaron a "comérselas", las hicieron trocitos... Todo un mundo de actividades divertidas. ¡Cuando nos dimos cuenta ya era la hora de empezar con los baños!

domingo, 25 de mayo de 2014

Higiene, alergias y un aspirador al que sólo le falta hablar

El otro día estuve en la presentación del aspirador más completo que he visto en mi vida. ¡Vamos! Que sólo le faltaba hablar. Si encima te diera charla mientras lo empujas con un dedo sobre tu alfombra ya sería lo más.

El evento lo organizaban la empresa Vorwerk, mas concretamente de su marca Kobold, y Madresfera e invitaban a las mamis a que nos trajéramos a nuestros benjamines. No las tenía todas conmigo, porque los electrodomésticos no me parecen un tema muy infantil, pero, aún así me presenté con mis dos fierecillas. Se lo montaron tan bien que no tuve noticias de ellos en lo que duraron las charlas. Y cuando llegó el momento de marcharnos, casi se agarraban a los marcos de las puertas para quedarse. Eché un vistazo a la habitación de la animación y me sorprendió ver unas mini aspiradoras y dos Thermomix baby. Entre eso y la globoflexia, la rica merienda, la pintura de cara y los juegos del científico loco que los recibía no me extraña que no quisieran irse.

Mientras tanto, las mamis escuchábamos al Doctor Blanco, jefe del departamento de Alergias del Hospital La Princesa, que nos dejó muy clarito que los casos de alergias eran cada vez más frecuentes. La variedad de casos y su grado de gravedad es muy amplio, aunque la principal causa de alergias, hoy en día, son los ácaros, unas arañitas minúsculas que se alimentan de nuestra piel y que han hecho de nuestra casa su paraíso. Principalmente, de nuestro colchón, todo un spá para estos bichos asquerosos gracias al sudor corporal y la temperatura constante de los hogares, de la que disfrutamos hoy en día. ¿Qué necesitan para vivir? Humedad y una temperatura agradable. Pueden disfrutar de su microclima preferido en nuestras casas.

La exposición prolongada a los alérgenos, una predisposición genética... y ya tenemos casi todas la papeletas para sufrir una alergia. Esta enfermedad puede menoscabar muchísimo la calidad de vida del paciente. El plan para alérgicos hecho por especialistas pasa por medicinas, vacunas antialérgicas y medidas de desalergenizacion.

Otra causa común son las mascotas. Nuestros adorados animalitos van soltando alérgenos por toda la casa, aunque les tengamos restringido el paso a las habitaciones, como es mi caso. Es más, por mucho que lavemos la ropa nos los llevamos puestos y podemos afectar a los alérgicos que tengamos cerca. Esto me deja bastante preocupada, porque un amiguito de Daniel es alérgico a los gatos y no me gustaría, por nada del mundo, hacerle empeorar.

El doctor Blanco me explicó que, si en mi casa nadie es alérgico a los gatos, lo mas probable que se estuviera dando el efecto contrario: una inmunización a ese tipo de alergias. ¡Eso espero!

El facultativo aseguró que los afectados por esa alergia, en la mayoría de los casos, era incapaz de desprenderse de su mascota y su caso clínico solía ir a peor. Un punto a favor de la calidad humana de estas personas, aunque vaya en detrimento de su salud.

Tras la interesante charla sobre alergias, que dejó estornudando a la mitad de las concurrentes y rascándose compulsivamente a la otra mitad, llegó el momento de la demostración de la Kobold vk 150. Y alucina con el invento: limpia cristales, cortinas, el aire de polen y ácaros, suelos de todo tipo, alfombras y colchones en profundidad y con poco esfuerzo. Puede fregar y aspirar a la vez, también limpia en seco, es de bajo consumo, antiolor, con motor EPA (que impide que los ácaros y el polen vuelva a salir al aire), de fácil manejo, con un millón de accesorios especiales para cada situación... Éste electrodomésticos cumple las tres R: recoge la suciedad y los alérgenos, retiene el polvo y renueva el aire. No le falta el más mínimo detalle. Fue una demostración completísima en la que limpiaron cristales, la alfombra, un colchón sin quitar la sábana bajera, hubo demostraciones del filtro, del motor... No nos quedó ninguna duda de que la tecnología alemana es espectacular.

Si alguien está pensando que es el aspirador de su vida y que a partir de ahora no puede vivir sin él que no lo busque en las tiendas, porque no lo va a encontrar. Es de la misma empresa que la Thermomix y también se vende por venta directa con demostración en casa incluida. Si invitas a unas amigas a la demostración te hacen la versión party. Suena bién.

A la salida, nos regalaron una bolsita con unos productos de limpieza de una calidad excelente: cera para abrillantar el suelo, quitamanchas y limpiacristales. Y un peluche duende para cada niño que los mantuvo muy entretenidos durante el camino de vuelta de casa.

Por cierto, durante el regreso, a Iván no se le ocurrió mejor idea que apretar el botón que para las escaleras mecánicas. Muy enfadada la llevé hasta una de las trabajadoras de Metro para que se disculpara por su fechoría y resultó que me encontré con la persona más amargada del mundo. Mientras los viajeros, en general, miraban al niño con indulgencia, e incluso se reían con su cara compungida y sus gritos de perdón a pleno pulmón, la señora del uniforme nos echó una bronca desproporcionada y amenazó al pequeño de dos años y medio con prohibirle la entrada al Metro de por vida si volvía a pasar. Muy educadamente, le hice ver que son esa actitud lo único que conseguía es que la gente ni se disculpara por algo que había sido un accidente (me hubiera gustado verla a ella interceptar el espontáneo dedito de mi retoño). Al final dulcificó el tono, pero Iván fue pidiendo perdón todo el camino hasta casa.

jueves, 22 de mayo de 2014

Vuelven las pinturas de cara

Hacía mucho tiempo que no usábamos las maravillosas pinturas de cara de barra. Y no estaba mal tenerlas guardadas en el armario. Así alejaba peligros de mis tejidos. Pero todo lo bonito se acaba pronto. Mi hijo mayor se me acercó una tarde con ojos de bambi y un ruego en sus jóvenes labios: ¿Mami? ¿Me pintas como un zombi, porrrrfiiiiiiii?" ¡Quien se resiste!

Así que me hice con el lápiz verde y me dispuse a gastarlo en abundancia (él pinta a los zombis de verde, así que pensé que sería perfecto). Remate mi obra de arte con heridas y un amago de cerebro a la vista, porque sé que sin cerebro no le iba a gustar tanto. Como ya me esperaba fue todo un éxito. Es lo bueno de tener chicos poco exigentes en casa.

Nada más terminar con Daniel, se me sentó delante el pequeño y señalándose la cara me soltó con voz zalamaera: "Totuga niyaaaa dojaaaa... ummmm... ummmm" Y tampoco me pude negar. Así que volví a sacar el pobre lápiz verde para darle un poco más de uso. Antifaz rojo, carita verde y ¡listo! Aunque con bastante dificultad porque esta tortuguilla no hacia más que removerse poniéndomelo muy complicado para no meterle la barra de pintura en un ojo. Menos mal que todo salió bien y hubo final feliz con dos niños emocionados mirando sus reflejos.


miércoles, 21 de mayo de 2014

Liebster Award

No tengo perdón. Llevo con este premio en el tintero desde ni se sabe y sin agradecer a Aprendiendo a ser una super mami que haya pensado en mí. ¡¡Lo siento!!

Super mami no tiene nada más que aprender porque y anos demuestra que es super en cada post que nos regala. Y que tiene una princesa preciosísima a su cargo. Muchas gracias por este premio. ¡Me ha hecho una ilusión tremenda!

1- El mejor momento de tu vida
Hay muchos. Hoy en día, cada vez que is hijos me dan besos y achuchones pienso: "¡Este es el mejor momento de mi vida!" jajaja
2- ¿en qué situaciones regalarías a tu/s peque/s?
Muchas, muchas, muchas... Hay que ver lo desobedientes y rebeldes que están ultimamente.
3- ¿De dónde sacas el tiempo para escribir el blog?
Pues del sueño como casi todas jejeje
4- ¿Recomiendas alguna novela para estas navidades?
El Padrino. Es una de mis preferidas.
5- ¿qué te gustaría que te regalaran? (algo real!, la luna no vale!)
¿Tiempo para dormir vale como respuesta?
6- ¿Dónde te gustaría perderte ahora mismo?
No quiero perderme. Es que ahora mismo estoy muy a gusto.
7- ¿Y con quién?
Con mi familia forever!!! Mami, hermanos y sus parejas incluídos.
8- En tu cocina / nevera no puede faltar...
¡El chocolate! Si falta tenemos una emergencia de las gordas.
9- Alguna actividad/ lugar donde os lo paséis muy bien con el peque.
Todas si tenemos suficiente motivación e ilusión.
10- Eres adicto/a a...
Eeeeeh... ¿El chocolate?
11- ¿Algún deseo para el 2014?
Un trabajo digno, por favorrrrr

No, si ya decía que me había dejado ir con este premio :S

Y le doy el premio rrrrrrrrtatatatata....

A los once primeros que comenten este post jajajaja

Así no tengo que elegir, ¡¡¡que me cuesta mucho!!!

Y ahora mis once preguntas:

1-¿Qué es lo que más te atrae cuando entras de primeras en un blog?
2-¿Confías más en un bloguero o en un experto?
3- ¿Cual es tu color favorito? ¿Qué te transmite?
4- Cual es el mayor problema al que te enfrentas ahora mismo con tus hijo? ¿Rabietas, rebeldía, desobediencia...?
5- Tu mejor truco a la hora de criar a tus churumbeles
6- ¿Tienes algún truco para relajarte? Por favor, ¡cuéntamelo!
7- ¿Algún consejo para calmar niños nerviosos?
8- ¿Cual era tu comida preferida cuando eras niño/niña?
9- ¿De qué iba el último vídeo de youtube que has visto y te ha emocionado?
10- ¿Cual crees que es el contenido online más viral que circula ahora mismo en las redes?
11- Cierra los ojos ¿Qué es lo primero que pasa por tu mente?

¡Ole! Ahí lo dejo ;)


lunes, 19 de mayo de 2014

¿Un día sólo de tele?

El sábado, mi niño mayor se levantó al grito de "¡todo el día viendo la teleeee!". Lo cierto es que estaba de Rodríguez con los niños y los tres andábamos bastante cansados de toda la semana, así que no le protesté mucho su decisión. "Fin de semana relajado" pensé. Los dos peques desayunaron y los lugares más cómodos frente a la caja tonta. Si pensaba que me iban a dejar tranquila estaba de lo más equivocada. A los dos minutos ya me estaban llamando: "Mama, agua", "mamá, tete", "Mamá, siéntate aquí", "Mamá, galletas", "¡Mamáaaaaaaaaaa!"

Harta y desquiciada les quité la tele. ¡Hala! ¡A jugar! Si no vais a estar idiotizados, prefiero que me llaméis haciendo algo interesante. Muchas peleas después, decidí que donde mejor estaban mis fieras era en el parque, así que allá que nos fuimos. Al principio todo fue bien y me felicité a mi misma por tan gran idea, pero volvieron las peleas por el mismo juguete y di por terminada la sesión al aire libre muy quemada con mis dos churumbeles. A sus trifulcas se sumaba que estaban especialmente desobedientes, así que tras unos cuantos gritos incontrolables de la mami volvieron a aterrizar delante de la tele.

Hice la comida con mil interrupciones y comieron estupendamente. Les puse pasta con tomate y eso siempre triunfa. Encantada de la vida, empaqueté al bebé en la cama y le puse el ordenador al mayor entre las manos. Pero tan sólo media hora después me sentí un poco culpable por tenerlo matando ninjas alegremente. Luego me quejaré de su inclinación hacia la violencia...

Recordé que el jueves había hecho magdalenas con su padre y había pedido decorarlas. Le propuse la actividad culinaria y aceptó encantado dejando el ordenador de lado. Nos decoramos las magdalenas en menos de media hora y ya nos quedamos sin nada que hacer. A Daniel se le ocurrió hacer una manualidad de decoración de monstruos con goma eva, pegatinas, plumas... A la media hora ya teníamos hecho el monstruo... Total: que terminamos los dos delante de la tele, hasta que se levantó Iván.

Entonces dimos buena cuenta de las magdalenas entre los tres. La nocilla les daba un sabor buenísimo. Y entonces ya sí que se engancharon a la televisión y no hubo manera de despegarlos de allí. Se ve que los dibujos que ponían les gustaban más que los de la mañana. Ni quisieron ni oír de ir al parque.

Cuando los metí en la cama estaban repletos de energía y les costó mucho dormirse. El pequeñajo me dio una noche terrorífica. Y encima se levantaron a las siete con más energía que con la que se acostaron. "¡Teleeeeee!" Exclamaron a dúo. "¡Nada de tele!" berreé yo. Ahora mismo todos al parque. Desayunamos (café doble para la mami), nos vestimos (a ellos les vestí yo), cogimos los juguetes... ¡ y al parque! Lo pasamos tan bien que estuvimos rebozándonos en la arena dos horas y media. Cuando les dije de regresar me pusieron mala cara, pero me siguieron hasta casa con la promesa de un delicioso arroz con tomate (lo sé. Fui por el camino culinario más fácil, otra vez, para evitar discusiones en la mesa). Esta vez les dejé rodeados de libros mientras hacía la comida, para que no hubiera tanta tele en sus tiernos cerebritos. Luego me arrepentí con una hoja arrancada en una mano, el libro damnificado en la otra y una lagrimilla colgando del ojo.

La siesta del más peque la pasó el mayor disfrutando de su adorado ordenador, pero en cuanto se levantó Iván y logré que merendaran se encontraron de nuevo en el parque casi sin saber cómo. No querían salir de casa, así que tuve que hacerles el socorrido truco de: "Pues ahí os quedáis solos porque mami se va". Nunca falla. Al poco los tenía a los dos trotando detrás.

Con tanto parque estaba decidida a cansarlo a base de bien para que cayeran como sacos en sus camitas. Pero a la hora de dormir me lo pusieron muy difícil. ¡No tenían nada de sueño! Les di la mano hasta que se durmieron, pero no me enteré de cuando fue eso porque yo caí antes que ellos. Cuando abrí el ojo el dolor de espalda había alcanzado cotas inimaginables.

Al final, no sale a cuenta engancharles a la tele.

sábado, 17 de mayo de 2014

Un aprovechadísimo Madresfera Blogger Day

El sábado pasado fue un día genial porque tuve la oportunidad de charlar con madres blogueras como yo y de aprender muchísimo gracias a los expertos invitados al evento Madresfera Bloggers Day.

Sara Palacios habló sobre el contenido de los blogs
Llegué muy temprano y tuve la oportunidad de conocer a dos personas geniales: Ana María, de Cocinando entre Olivos, e Irene, de Llamame mamá. Se nos pasó el tiempo volando charlando por los codos y, muy pronto, comenzaron a llegar el resto de los asistentes. Me encontré de nuevo con mi querida compañera en Diario de Mujer, Marta, de Attempra y mi amiga bloguera Natalia de Gracias por todo papis. Tuve la gran sorpresa de reencontrarme con Verónica, una compañera de la facultad y bloguera de El Gran Gu Gú. Mantuve una interesantísima conversación con Martina de No sin mis hijos. Tuve una gran compañía en Elena de La guinda de Limón. Me reencontré con Blanca de Mimos para mamá. Buscamos desesperadamente a Maca de Mamá por bulerías. Le hicimos mimitos a la pequeña chucharita de chispuncita, de Vaninas Blog. Conocí a Ana, de Nidmi, a Francesca, de Burson-Marsteller, y a Cristina de Omelocotton, entre otras muchas, muchas blogueras interesantes.

Me senté en mi sitio cuando nos avisaron que empezaba para darle bien de trabajo al boli. Comenzamos con la mesa redonda "La situación actual de la blogosfera femenina y maternal: ¿Dónde estamos? ¿De dónde venimos? ¿Quiénes somos?". Mónica de la Fuente, Madresfera,  nos advirtió que registrar la marca era muy importante; Amaya Ascunce, Cómo no ser una Drama Mamá, aseguró que el nombre de un blog debía ser corto, entendible, lleno de significado y que transmitiera emoción; Joana Saldón, Mamás viajeras, nos invitó a apartar la vista de nuestros Ipads y saltar en los charcos de barro con nuestros hijos; Ana María, de Cocinando entre olivos, reveló cómo, lo que empezó como una afición, va de camino a convertirse en una profesión; Bárbara Solorzano, de Mi cesta de mimbre, nos hizo ver que un blog es dinámico y va creciendo y cambiando según las necesidades del momento; María José Cayuela, de Blogmodabebe, confiesa que el blog le ha reinventado. Sara Palacios, de Mamis y bebés, nos presentó en exclusiva la Asociación Española de Blogs de Familia (AEBF) que despegará pronto y de la que pienso ser futura miembro.

Raquel Marcos nos aconsejó sobre seguridad en el blog
El coffee break nos permitió comentar y poner en orden tanta información. Pero nos esperaba mucho más. Ahora tocaba la mesa redonda: "Tendencias y futuro de los blogs: ¿Hacia dónde vamos?". Francisco Asensi, de Endemol Beyond, aseguró que los blogs tiene mayor influencia que las redes sociales, y que han evolucionado hacia plataformas, que les dan coherencia y más fuerza. Daniel Fernández Calamonte, de El Corte Inglés, explicó que las marcas se incorporan a la conversación de las madres blogueras para ayudar a construir juntos un contenido referente; Antonio Ortiz, de Weblogs S.L., declaró que la mejor manera de conseguir lectores hoy en día es con la presencia constante en las redes y apostando por los elementos audiovisuales en el blog, aunque confesó que en el sector de la maternidad era muy difícil crear comunidad porque los intereses y necesidades de las madres cambian muy rápido. Begoña González, de Best Relations, por su parte, opinó que el futuro de las relaciones de las marcas con los blogs debería pasar por la profesionalización, la diversidad en general y al especialización en particular, plataformas, el cambio de la sociedad a través de las redes, la apuesta por un cambio en nuestros entorno y la reinterpretación de los productos por la blogosfera. Melisa Tuya, periodista en 20minutos.es, aunque más conocida como bloguera de Madre reciente, asegura que la clave de la evolución de los blogs nos la dan las estadísticas, que nos enseñan lo que interesa a nuestros lectores, cuándo se conectan y dónde clickean. En su opinión, los blogueros nos debemos a nuestros lectores y, para que no se sientan engañados, siempre debemos avisar si un post es patrocinado de forma visible.

Después de una comida repleta de agradables charlas y desvirtualizaciones, volvimos  a la sala a escuchar a Daniel Medina, de Ordesa, que nos expuso que las madres éramos clientes que necesitábamos de información muy detallada, ya que los consumidores finales son nuestros hijos y, por lo tanto, nuestro mayor tesoro. Las asistentes al evento no dejaron pasar la oportunidad para alabar una cucharilla que regalan con algunos de sus productos. Algunos, incluso, pidieron directamente que saliera a la venta porque era ideal para alimentar a los bebés.

A las cuatro comenzó el primer taller. Teníamos que elegir entre dos posibilidades, cada cual más atrayente. Afortunadamente, había podido asistir al de Eva González, Mamá convergente, "Aprende a gestionar mejor tu tiempo" en la escuela de padres de Micrópolix (hablo de él en este post), así que elegí alegremente el de "Seguridad y legalidad para tu blog" que impartió Raquel Marcos, de mamá a la última, y en el que nos dejó claro que la mayoría infringimos algún aspecto de la Ley de Protección de Datos, severísima porque con los datos personales no se juega. Además, nos explicó que en cuanto publicamos un contenido en un blog, sea texto, foto, gráfico o vídeo, está automáticamente protegido por la Ley de Propiedad Intelectual y podemos tomar medidas legales para que se retire ese contenido o se abone un pago al autor por su publicación, aunque ella nos aconseja que nos acojamos a las Creative Commons para que nuestros contenidos se puedan compartir citando al autor y no se usen para fines comerciales. Su máxima: No copiar.

Carol Rial nos facilitó unos truquitos de diseño de blogs
Por último, tuve que renunciar al interesantísimo taller de "Lánzate a emprender: De tu blog a tu empresa" de Alejandro Vesga, director de la revista Emprendedores, para asistir al más que tentador de Carol Rial, diseñadora y fundadora de OhBlog "El mejor diseño para tu blog". ¡No se puede tener todo! Disfruté muchísimo oyendo los trucos y consejos de la diseñadora del logo de Madresfera. Entre todos los puntos interesantes que expuso me quedo con que hay que personalizar todo lo que se pueda porque en los pequeños detalles está la diferencia, retocar las fotos para sacarles el mayor partido, instalar un plantilla, apostar por un diseño neutro y minimalista, y tener contenido propio en todo momento.

Y así acabó un día perfecto. Muchos de los asistentes se fueron de cena y lo pasaron estupendamente. Me dieron mucha envidia, pero para mí ya eran demasiadas horas lejos de mis retoños. ¡No tengo remedio!

Por si alguien quiere ampliar información sobre los temas de los que se hablaron en el evento. Aquí os dejo un enlace para descargaros mis apuntes en PDF.

jueves, 15 de mayo de 2014

Los más chulos de tó Madrí

Los peques llevan desde el lunes deseando que llegue la fiesta de lo chulapos y las chulapas para ponerse guapos. Y ya llegó. Ayer se levantaron emocionados y se dejaron vestir sin protestar. ¡Chocolate! ¡Bizcochos! leía en sus mentes infantiles.

Los trajes les quedaban bastante cortos, porque soy tan previsora que no se los había probado: pero a ellos les dio igual. Iban tan felices con sus gorras y chalecos blanquinegros.

Cuando llegamos a nuestra primera parada, el cole de Daniel, se desencadenó mi pequeño drama personal. Mi gran problema es que soy exagerada al máximo y demasiado emotiva (siempre lloro con el anuncio de vuelve a casa por Navidad). Así que, cuando me encontré a un compañerito del mayor en chandal y mirando con una mezcla de tristeza y envidia los trajes de mis peques se me cayó el alma a los pies. Se acercó a mí y me preguntó "¿Te acuerdas que cuando tenía tres años me dejaste un traje?" En sus ojillos brillaba una pequeña esperanza que se apagó poco a poco cuando vio la expresión de mi cara.

El año pasado, le presté el traje de Iván porque justo le había tocado revisión del cardiólogo y se iba a perder la fiesta del cole, pero este año, el enano estaba demasiado emocionado con la fiesta y su gorra como para soltarla. Daniel tampoco estaba demasiado predispuesto a compartir su disfraz. Así que, sólo me quedó una opción.

No estoy muy segura de por qué, pero, el caso, es que tengo tres gorras de chulapo en casa. Le prometí al niño que se la traería muy pronto y volé a dejar al pequeño en la guardería.

A la vuelta recogí de casa la gorra y una camisa blanca, por si hacía mejor apaño, y se la di al bedel para que se la entregara al chiquillo.

Más tarde, en una foto de grupo, vi que otros dos niños habían acudido en ropa de calle a clase, pero a ellos los vi sonrientes y felices. ¡Menos mal! Por que si no, ya me veía corriendo a la tienda de todo a cien a por dos gorras más.

Cuando recogí a los peques me los encontré muy alegres. El pequeño había tenido una comida "campestre" con bocata de tortilla y barquillos incluidos, y el mayor salía con la cara llena de chorretones de chocolate.

Me temo que la golosina lo reactivó demasiado porque estaba en un plan que no había quien le aguantara: saltaba, se tiraba encima de la gente, me pegaba de una manera compulsiva, decía cosas desagradables sin parar... Me puso de los nervios.

Les llevé al parque un rato para que quemaran energías, pero enseguida nos retiramos porque hacía un calor sofocante.

En casa les enchufé a la tele sin contemplaciones a ver si les adormecía un poco la mente y me dejaban respirar. Pero con estos peques este sistema no da resultado. Se dedicaron a pegar botes con el ruido de la pantalla a sus espaldas.

Ni que decir tiene que cayeron rendidos en sus camitas... ¡Y la mami también!

miércoles, 14 de mayo de 2014

Los cupets y sus circunstancias

Gracias a una promoción de Madresfera, los Cupets entraron en nuestra vida. De repente llegó un paquete enorme a mi puerta y, cuando lo abrí, me encontré con doce mascotas que me decía "Ábreme, ábreme... ¡pruebame a mí primero!..." Tranquilos cupets. Todos seréis debidamente disfrutados a su debido tiempo, pero hay que dejar que elijan los niños primero.

La caja trae un animalito con forma cuadrada muy mono. Tenemos doce diferentes, a cual más gracioso. Cuando les di a elegir a los peques tardaron una eternidad en decidirse. ¡Los querían todos!

El muñequito trae una pegatina con un código QR que permite que lo veas en realidad aumentada a través de tu móvil o tablet e interactuar con él. ¡Una pasada!

Les abrí el paquete a toda velocidad a mis hijos porque estaban deseando tener la mascota entre sus manos. Les di su cuadradito a cada uno y me dispuse a leer las instrucciones con mucha atención. "Introducir el código que encontrarás pegado en la parte trasera de tu Cupet". Muy Fácil. Vale. Fenómeno.

"Chicos, dadme el bichillo que necesito... ¡¡¿Y la pegatina?!!" Mis chicos me miraron con cara de angelitos con una expresión que quería decir " ¿Pegatinas? ¿Qué pegatinas?"

"Errrr... Vale. Elegid otro". Primera lección: Si tus chicos son pequeños rescata el código antes de entregarles el Cupet. Si no, os veréis como yo, removiendo cielo y tierra para encontrar los malditos códigos en lo más profundo del sofá esquinero.

Lo primero que tenemos que hacer es bajarnos la app completamente gratis en Play Store. Después ponemos el muñeco de la mascota delante de la cámara del dispositivo. Tocamos el botón en la pantalla que nos permite visualizarlo y luego a "Introducir código". Y ya está. No tiene más misterio.

Nada más introducir los numeritos y letras ¡Tachán! la primera sorpresa. ¡Nos regalan otro! Bieeeen!... No se puede acceder a su versión de realidad aumentada porque no tienes el muñequito, pero le tienes paseando por la habitación virtual en busca de cariño, juego, cuidados y comida.

Ya tenemos a los simpáticos animalitos pidiendo toda nuestra atención, poniéndonos ojitos y riendo como locos cuando les hacemos cosquillas con la plumita.

A Daniel, le brillaban los ojillos de la emoción cuando se hizo cargo de su primer Cupet. Como sólo tiene cuatro años, hay que supervisarle el juego. Entre otras razones, la más importante es que, para hacerte cargo de tu mascota, hay que comprar comida, medicinas y demás complementos a base de monedas, que puedes ganar con minijuegos o comprando directamente. Me da miedo encontrarme una deuda terrorífica a cuenta del juego.

En realidad, va dirigido a niños entre nueve y catorce años, que suelen ser mucho más responsables y no van a hacerte gasto "sin querer". Por ahora no hemos tenido ningún problema en este sentido, y vamos gastando lo que ganamos en los minijuegos, aunque hay que jugar mucho para conseguir el dinero suficiente para hacer plenamente feliz a tu mascota virtual.

Daniel, no tiene problemas en este sentido. En un ratín ya te ha conseguido 600 monedas sin despeinarse. En cambio, la tecnolerda de su madre consigue 100 en el mismo tiempo y gracias.

El único problema real con el que me he encontrado es que no está pensado para tablets con la wifi capada para el público infantil. Normal, ya que está orientado a niños más mayores que los míos. Así que la solución pasa por dejar jugar al peque en el escritorio adulto con mucho cuidado para que no le dé por navegar por su cuenta y riesgo.

Hay varios niveles de minijuegos y todos son altamente adictivos. El problema es que, yo no sé si es mi dedo que tiene impulsos incontrolables, o que la tablet ya está más para allá que para acá de tanto que la usan los chiquillos, que mi mascota se me revela y no hace lo que le pido. "¡¡Agáchate condenado, agáchateeeeeeeeee!!" Se me oye berrear como una loca. Y el muy desobediente se empeña en saltar al desastre y perder. En cambio, mi hijo de cuatro años da un toquecito en la pantalla y el animalillo baila la jota si hace falta. ¡Jolín con la brecha digital!

El puntazo es que cada cupets te lo puedes descargar en dos dispositivos distintos, cada uno con su diferente trayectoria, según le trates. Así que el mismo muñeco murciélago puede revolotear en mi móvil y en la tablet para dos usuarios diferentes. Eso sí, ¡no pierdas el código que lo vuelve a pedir! Nosotros hemos pegado las pegatinas en un folio con el nombre del animal encima para que no haya más percances.

En mi caso, con niños tan pequeños. Los propios muñecos son fuente de diversión ilimitada. Mis chicos juegan con ellos a hacer carreras imaginarias, a ir de aventuras, a hacer torres...

No hace nada que los tenemos y el mayor ya me pide encarecidamente que le saque el resto de los cupets. ¡Vaya vicio!

Esta es mi opinión y reseña del nuevo juego que se estrena en España, pero que ya lleva mucho tiempo causando furor en Italia. No he investigado su precio de mercado, pero tras probarlo, puedo concluir que la diversión está asegurada para todos los miembros de la familia.