El hombre y la máquina ha suscitado maravillosos argumentos que han sido llevados a la gran pantalla con gran éxito. Éste es el caso de Ghost in the shell (1995), producción japonesa en la que se basa la película que se estrena en cines el viernes 31 de marzo y que ha levantado muchísima expectación: Ghost in the shell. El alma de la máquina. ¡No es para menos! El trailer que nos mostraron para ir abriendo boca prometía mucho.
Cuando me invitaron al pase de prensa casi doy palmadas con las orejas. Le tenía muchas ganas a la película. Me presenté hasta nerviosa al visionado. Soy muy fan de la original. Nos pusieron los quince primeros minutos en tres dimensiones antes de echar la película y fue flipante, pero, he de confesar, que me gustó mucho más en 2D. La imagen se veía con mucho más detalle.
La mejor baza de la película es, sin duda, los efectos especiales. Te dejan clavada en la butaca, sin poder pestañear y con la boca abierta, pero en su defecto el guión pierde bastante. La original es mucho más críptica y hay partes del guión que deja a la interpretación del espectador. La vi hace muchísimo tiempo, pero no recuerdo que las relaciones entre los personajes estuvieran tan claras, casi desde el principio. En esta versión todo está atado, bien atado, y explicado hasta el más mínimo detalle. Con lo que reducen un argumento excepcional basado en la búsqueda de identidad de la protagonista, que a veces duda de que haya un espíritu dentro de su concha y que combina escenas trepidantes con dilemas humanos, a una historia típica de buenos y malos con alguna pincelada de inquietud existencial.
Eso sí, en algunas escenas casi lloro de la emoción. Las han clavado a las de la película de animación. Son tan bonitas que haría como cuando era joven que podía rebobinar quince veces una cinta de vídeo para ver una y otra vez mis secuencias favoritas.
En general, las actuaciones no me han disgustados, pero es muy difícil competir con personajes animados.
¿Recomiendo esta película? Sí, sin dudarlo. Sabía que, a pesar de la colaboración de empresas cinematográficas niponas, era imposible que captaran el espíritu de la original porque el cine norteamericano tiene unas reglas de éxito que debe seguir para llegar a las salas, pero es un producto que entretiene y mantiene en tensión en todo momento.
A mí me han entrado ganas de ver la antigua mientras espero que esta salga ésta en DVD.
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jueves, 30 de marzo de 2017
miércoles, 29 de marzo de 2017
El Coaching financiero de Dinero y Felicidad
De las Jornadas Be Mum and Dad saqué muchas cosas buenas, entre ellas conocer a José Marcelino Pérez, coach financiero y creador del Blog Dinero y Felicidad. Durante las jornadas se sorteaba una sesión de coaching financiero desarrollada por él que, tristemente, no me tocó, pero en las sesiones de networking tuvimos la oportunidad de charlar y le comuniqué mi interés por el tema, así que José, que es muy majo, me ofreció una sesión gratuita para que profundizara en el coaching financiero.
En un principio, pensé que esta práctica estaría orientada a empresas o autónomos, pero enseguida me sacó del error. Es una técnica que se puede aplicar a todas las economías, incluso a la personal o a la doméstica. Se basa en una investigación minuciosa para llegar a un autoconocimiento de nuestra situación que nos sirva de base para cambiar ciertos hábitos que hacen que nuestra situación financiera no sea la más óptima. Por ejemplo, puede ser que tus beneficios estén por debajo de las previsiones porque no tengas un control adecuado de los gastos.
José se ha encontrado con empresarios que van acumulando las facturas y tickets encima de su mesa y no los vuelven a mirar. Eso es un error terrible. Tanto en nuestra profesión como en nuestra casa debemos tener un control lo más preciso posible de lo que gastamos. Lo ideal es tener un excel que nos ayude, así podemos encontrar fácilmente las anomalías o lo superfluo que se puede eliminar. Él siempre cuenta el caso extremo de la ejecutiva polaca arruinada que salvó su economía revendiendo todos los trastos de lujo que había acumulado durante su vida y reduciendo el gasto en lujos.
Pero comencemos por el principio, el coaching financiero combina el famoso coaching (a través del autoconocimiento creamos un plan de acción con un objetivo concreto y al aplicarlo mejoramos nuestra calidad de vida y nuestro rendimiento tanto personal como profesional), el mentoring (asesoramiento guiado y personalizado) y la educación financiera pura y dura. Esta práctica sirve para identificar y solucionar problemas financieros, mejorar la situación financiera, guiar a emprendedores, cambiar hábitos financieros, tomar conciencia de la situación desde la que partimos, reducir gastos y deudas y aprender a planificar, entre otros mucho beneficios.
José me explicó delante de un café que para que el proceso de coaching tenga éxito tanto el coach como el cliente deben de implicarse al máximo y tener en cuenta cuatro puntos fundamentales: la confidencialidad, el compromiso, al comunicación entre ambos y la confianza.
Cada caso es único, por lo que se comienza con un estudio de la situación y de la persona para poder poner un objetivo y un plazo realista. Se elabora el plan de acción, se ejecuta, se refuerza cuando sea necesario porque es un proyecto dinámico que cuenta con muchas variables, se revisa una vez terminado el plazo y se busca un nuevo objetivo para volver a comenzar el proceso. Lo he explicado a grandes rasgos, pero, en realidad, estamos hablando de un proceso muy profundo y minucioso en el que el cliente tiene que esforzarse al máximo, pero que es muy efectivo y rentable.
Para comenzar este proceso de coaching financiero primero tenemos que tener muy claro de dónde partimos y a dónde queremos llegar. Es decir, nuestros objetivos en un determinado plazo de tiempo, que deben ser medibles y realistas.
En mi primera sesión, José me llenó de deberes para hacer en casa para que ambos tuviéramos claro el punto de partida. No todo se refería a lo puramente económico. Algunos ejercicios están basados en valores y búsqueda de objetivos en la vida en general. Poco a poco nos centraremos en los aspectos financieros basándonos en los primeros ejercicios.
José nos recomienda llevar el control financiero con un sencillo excel en el que se muestre el Balance del Patrimonio, por un lado y el de ingresos y gastos por otro. Así tendremos en todo momento una radiografía de nuestros avances y retrocesos y encontrar problemas y soluciones será mucho más fácil.
Cuando nos enfrentamos a un gasto importante existe un truco para averiguar si realmente es imprescindible realizar ese desembolso y es ponerse un plazo. Por ejemplo, si se te rompe la lavadora queda fuera de toda cuestión que el gasto es imprescindible, pero si lo que queremos es una televisión para el dormitorio o una consola lo ideal es ponernos una plazo, por ejemplo de diez días, veinte o un mes y si pasado el plazo nos damos cuenta de que no podemos vivir sin ella, entonces la adquirimos. A veces, pasada la emoción del momento inicial recapacitamos y llegamos a la conclusión de que en realidad no necesitamos tanto lo que hemos comprado.
Lo cierto es que esta sesión que me ha regalado José Marcelino Pérez me ha sido muy útil para poner orden en mis cuentas personales y en la economía doméstica. Se ha notado en un ahorro en los gastos bastante visible, porque al tenerlo todo organizado se detectan más fácilmente los gastos superfluos o cuando nos hemos pasado con algo.
En un principio, pensé que esta práctica estaría orientada a empresas o autónomos, pero enseguida me sacó del error. Es una técnica que se puede aplicar a todas las economías, incluso a la personal o a la doméstica. Se basa en una investigación minuciosa para llegar a un autoconocimiento de nuestra situación que nos sirva de base para cambiar ciertos hábitos que hacen que nuestra situación financiera no sea la más óptima. Por ejemplo, puede ser que tus beneficios estén por debajo de las previsiones porque no tengas un control adecuado de los gastos.
José se ha encontrado con empresarios que van acumulando las facturas y tickets encima de su mesa y no los vuelven a mirar. Eso es un error terrible. Tanto en nuestra profesión como en nuestra casa debemos tener un control lo más preciso posible de lo que gastamos. Lo ideal es tener un excel que nos ayude, así podemos encontrar fácilmente las anomalías o lo superfluo que se puede eliminar. Él siempre cuenta el caso extremo de la ejecutiva polaca arruinada que salvó su economía revendiendo todos los trastos de lujo que había acumulado durante su vida y reduciendo el gasto en lujos.
Pero comencemos por el principio, el coaching financiero combina el famoso coaching (a través del autoconocimiento creamos un plan de acción con un objetivo concreto y al aplicarlo mejoramos nuestra calidad de vida y nuestro rendimiento tanto personal como profesional), el mentoring (asesoramiento guiado y personalizado) y la educación financiera pura y dura. Esta práctica sirve para identificar y solucionar problemas financieros, mejorar la situación financiera, guiar a emprendedores, cambiar hábitos financieros, tomar conciencia de la situación desde la que partimos, reducir gastos y deudas y aprender a planificar, entre otros mucho beneficios.
José me explicó delante de un café que para que el proceso de coaching tenga éxito tanto el coach como el cliente deben de implicarse al máximo y tener en cuenta cuatro puntos fundamentales: la confidencialidad, el compromiso, al comunicación entre ambos y la confianza.
Cada caso es único, por lo que se comienza con un estudio de la situación y de la persona para poder poner un objetivo y un plazo realista. Se elabora el plan de acción, se ejecuta, se refuerza cuando sea necesario porque es un proyecto dinámico que cuenta con muchas variables, se revisa una vez terminado el plazo y se busca un nuevo objetivo para volver a comenzar el proceso. Lo he explicado a grandes rasgos, pero, en realidad, estamos hablando de un proceso muy profundo y minucioso en el que el cliente tiene que esforzarse al máximo, pero que es muy efectivo y rentable.
Para comenzar este proceso de coaching financiero primero tenemos que tener muy claro de dónde partimos y a dónde queremos llegar. Es decir, nuestros objetivos en un determinado plazo de tiempo, que deben ser medibles y realistas.
En mi primera sesión, José me llenó de deberes para hacer en casa para que ambos tuviéramos claro el punto de partida. No todo se refería a lo puramente económico. Algunos ejercicios están basados en valores y búsqueda de objetivos en la vida en general. Poco a poco nos centraremos en los aspectos financieros basándonos en los primeros ejercicios.
José nos recomienda llevar el control financiero con un sencillo excel en el que se muestre el Balance del Patrimonio, por un lado y el de ingresos y gastos por otro. Así tendremos en todo momento una radiografía de nuestros avances y retrocesos y encontrar problemas y soluciones será mucho más fácil.
Cuando nos enfrentamos a un gasto importante existe un truco para averiguar si realmente es imprescindible realizar ese desembolso y es ponerse un plazo. Por ejemplo, si se te rompe la lavadora queda fuera de toda cuestión que el gasto es imprescindible, pero si lo que queremos es una televisión para el dormitorio o una consola lo ideal es ponernos una plazo, por ejemplo de diez días, veinte o un mes y si pasado el plazo nos damos cuenta de que no podemos vivir sin ella, entonces la adquirimos. A veces, pasada la emoción del momento inicial recapacitamos y llegamos a la conclusión de que en realidad no necesitamos tanto lo que hemos comprado.
Lo cierto es que esta sesión que me ha regalado José Marcelino Pérez me ha sido muy útil para poner orden en mis cuentas personales y en la economía doméstica. Se ha notado en un ahorro en los gastos bastante visible, porque al tenerlo todo organizado se detectan más fácilmente los gastos superfluos o cuando nos hemos pasado con algo.
lunes, 27 de marzo de 2017
7Funcenter Alcalá, un lugar increíble para divertirse en familia
Pensábamos que nuestra aventura matando zombis en Zero Latency había sido lo más... Hasta que conocimos 7Funcenter, otro lugar que nos dejó sin palabras... y sin aliento porque no paramos de saltar, trepar y reírnos a carcajadas compartiendo un tiempo maravilloso con nuestros hijos. Personalmente, me dieron la oportunidad de volver a mi infancia y no la desaproveché. Es difícil elegir entre machacar zombis y volver a ser un niño jajaja
Mis niños estaban encantados de tener a mamá y papá al lado mientras hacían el cabra en las distintas actividades que ofertan en este centro de ocio tan original: escalada, camas elásticas, realidad virtual y castillo laberinto de bolas, entre otros. En este último, los adultos no pueden entrar. Es el único lugar en el que no pudimos seguir a nuestros peques en su juego.
Lydia, de Historias de Pitufines, y yo no podíamos imaginar lo que nos íbamos a encontrar al traspasar los torniquetes de entrada. Es algo que hay que vivirlo, no basta con que te lo cuenten (como el juego de realidad virtual de los zombis).
Pero vayamos por partes, empecemos por la experiencia con los simuladores. Tienen uno de un coche de carreras en el que creo que me cargué a todos mis competidores a base de tortazos. Me volví loca pisando el acelerador alegremente jajaja.
Pero esto no es nada comparado con el Birdly, un simulador de realidad virtual en el que te conviertes en un pájaro y sobrevuelas Nueva York. La sensación es flipante. Puedes acelerar, hacer picados... y te encuentras con algunas sorpresas en tu vuelo. Esto hay que probarlo al menos una vez en la vida. Estas dos máquinas tienen la limitación de la altura. Si el niño es muy peque no llega a los mandos y no puede jugar. Eso le pasó a Iván, pero ya le he prometido que volveremos a esta sala cuando haya crecido lo suficiente. No puede esperar...
Con la emoción del vuelo aún por las venas nos introdujeron a una sala que ya llamaba la atención por sus vivos colores. Nos pusieron un arnés y nos invitaron a escalar por la pared que más nos gustara. Las había para todos los gustos, colores y dificultad. Te enganchaban el arnés con un gancho que tenía un método de seguridad especial para que sólo pudiera desengancharlo el monitor. Así es imposible que un niño se desenganche por error.
Las reglas son sencillas, una vez que comprueban que el arnés está bien puesto le enganchan una cuerda en el lugar elegido y ¡a escalar! cuando llegué arriba de mi primera pared (una facilita) me sentí genial, aunque debí poner una cara muy graciosa cuando nuestro guía me pidió que me soltara para dejarme caer. ¡¡¡Queeee!!! ¡Que estaba muy alto! Aún así, confié en su palabra y me solté. He de confesar que caer también es extremadamente divertido, aunque tardé un poco en pillarle el tranquillo.
Todas las posibilidades de escalada son chulísimas. Desde la pared doble transparente en la que dos escaladores compiten para ver quién llega antes a la cima mirándose a los ojos, hasta el camino de columnas, la de las figuras geométricas o la que forma el logotipo del centro.
Niños y mayores saltábamos de una a otra alegremente midiendo nuestras fuerzas y habilidades. Mis hijos alucinaban viéndonos hacer el mono como si fuéramos un niño más. Estaban encantados de compartir ese tiempo con nosotros.
De ahí pasamos a otro lugar alucinante, el paraíso de las camas elásticas. La de saltos que pudimos dar y la de caídas graciosas. Nos partíamos de la risa. Las hay grandes, pequeñas, alargadas, con partes inclinadas... Lo dimos todo en esa zona.
Y sólo quedó probar la zona del castillito con piscina de bolas. Ahí sólo podían acceder los niños. Después de todo lo que habíamos pasado, los papis los mirábamos hasta con envidia. Aunque he de confesar que yo ya estaba destrozada de tanto ajetreo y ejercicio. Destrozada, pero feliz.
Nuestro guía nos enseñó las habitaciones donde se celebraban los cumpleaños, muy espaciosas y decoradas de forma alegre; la sala en la que hacen un espectáculo de pompas que debe ser alucinante y el rocódromo, aunque eso ya era para profesionales. De hecho, tienen oferta de formación la mar de interesante.
Fueron unas horas intensas y extremadamente divertidas. Ni que decir tiene que vamos a repetir y que mis hijos no paran de hablar de 7Funcenter con los ojos brillantes de la emoción.
Mis niños estaban encantados de tener a mamá y papá al lado mientras hacían el cabra en las distintas actividades que ofertan en este centro de ocio tan original: escalada, camas elásticas, realidad virtual y castillo laberinto de bolas, entre otros. En este último, los adultos no pueden entrar. Es el único lugar en el que no pudimos seguir a nuestros peques en su juego.
Lydia, de Historias de Pitufines, y yo no podíamos imaginar lo que nos íbamos a encontrar al traspasar los torniquetes de entrada. Es algo que hay que vivirlo, no basta con que te lo cuenten (como el juego de realidad virtual de los zombis).
Pero vayamos por partes, empecemos por la experiencia con los simuladores. Tienen uno de un coche de carreras en el que creo que me cargué a todos mis competidores a base de tortazos. Me volví loca pisando el acelerador alegremente jajaja.
Pero esto no es nada comparado con el Birdly, un simulador de realidad virtual en el que te conviertes en un pájaro y sobrevuelas Nueva York. La sensación es flipante. Puedes acelerar, hacer picados... y te encuentras con algunas sorpresas en tu vuelo. Esto hay que probarlo al menos una vez en la vida. Estas dos máquinas tienen la limitación de la altura. Si el niño es muy peque no llega a los mandos y no puede jugar. Eso le pasó a Iván, pero ya le he prometido que volveremos a esta sala cuando haya crecido lo suficiente. No puede esperar...
Con la emoción del vuelo aún por las venas nos introdujeron a una sala que ya llamaba la atención por sus vivos colores. Nos pusieron un arnés y nos invitaron a escalar por la pared que más nos gustara. Las había para todos los gustos, colores y dificultad. Te enganchaban el arnés con un gancho que tenía un método de seguridad especial para que sólo pudiera desengancharlo el monitor. Así es imposible que un niño se desenganche por error.
Las reglas son sencillas, una vez que comprueban que el arnés está bien puesto le enganchan una cuerda en el lugar elegido y ¡a escalar! cuando llegué arriba de mi primera pared (una facilita) me sentí genial, aunque debí poner una cara muy graciosa cuando nuestro guía me pidió que me soltara para dejarme caer. ¡¡¡Queeee!!! ¡Que estaba muy alto! Aún así, confié en su palabra y me solté. He de confesar que caer también es extremadamente divertido, aunque tardé un poco en pillarle el tranquillo.
Todas las posibilidades de escalada son chulísimas. Desde la pared doble transparente en la que dos escaladores compiten para ver quién llega antes a la cima mirándose a los ojos, hasta el camino de columnas, la de las figuras geométricas o la que forma el logotipo del centro.
Niños y mayores saltábamos de una a otra alegremente midiendo nuestras fuerzas y habilidades. Mis hijos alucinaban viéndonos hacer el mono como si fuéramos un niño más. Estaban encantados de compartir ese tiempo con nosotros.
De ahí pasamos a otro lugar alucinante, el paraíso de las camas elásticas. La de saltos que pudimos dar y la de caídas graciosas. Nos partíamos de la risa. Las hay grandes, pequeñas, alargadas, con partes inclinadas... Lo dimos todo en esa zona.
Y sólo quedó probar la zona del castillito con piscina de bolas. Ahí sólo podían acceder los niños. Después de todo lo que habíamos pasado, los papis los mirábamos hasta con envidia. Aunque he de confesar que yo ya estaba destrozada de tanto ajetreo y ejercicio. Destrozada, pero feliz.
Foto de Lydia de http://historiasdepitufines.com |
Fueron unas horas intensas y extremadamente divertidas. Ni que decir tiene que vamos a repetir y que mis hijos no paran de hablar de 7Funcenter con los ojos brillantes de la emoción.
viernes, 24 de marzo de 2017
Abrakadabra, Semana del libro Infantil y Juvenil
Kideoo, el Gremio de Libreros de Madrid, Kiriku y la Bruja, bibliotecas de Madrid y Kumon se unen en un precioso proyecto cultural para animar a la lectura a los peques: Abrakadabra. Toda una semana para disfrutar de los libros infantiles más cautivadores y de un montón de actividades relacionadas. Desde el 25 de marzo al 2 de abril Madrid se llenará de talleres y cuenta cuentos gratuitos organizados en diferentes librerías y bibliotecas. Si entras en la página de la iniciativa puedes consultar la programación y enamorarte de todas las propuestas como yo.
A estas alturas no hace falta que diga que los libros son un tesoro para aprender, vivir aventuras, emocionarse, viajar... Todo puede caber entre sus tapas. Leer es una experiencia apasionante que tenemos que compartir con nuestros hijos para que ellos también puedan disfrutarla. Todos tenemos nuestro libro preferido. Y seguro que todos recordamos alguno que marcó nuestra infancia, en mi caso fue El Manual de la Bruja, por Malcolm Bird. ¡La de juego que nos dio ese libro a mis hermanos y a mí! Que pena que ya no se encuentre en librerías. Un día haré una búsqueda exhaustiva en casa de mi madre a ver si aparece.
El caso es que todos tenemos un libro infantil que adoramos... Hasta los libreros. Esas figuras maravillosas que se han convertido en embajadores de la cultura y predican el amor a los libros desde sus consejos, iniciativas y actividades. Abrakadabra ha querido mostrar esos libros preferidos de cada librero a través de cuenta cuentos y actividades de lo más variadas que maravillarán a niños y a adultos. Salvaje, Ni miau ni guau, Tintín, Dónde viven los monstruos, Superhéroe. Manual de instrucciones o El Pirata Aventurero son algunos de los títulos que han elegido para mostrar a los peques.
Para los organizadores resulta vital que los niños desarrollen su capacidad lectora desde la familia. En la presentación del evento, también nos mostraron la guía BRK elaborada por Kumon, una selección de libros clasificados por competencia lectora y no por edad. Cada niño es un mundo y su desarrollo no va acorde a una edad en concreto. Además de las recomendaciones, la guía recoge unos artículos muy interesantes sobre cómo leer en voz alta, cómo fomentar la lectura en casa o elegir con éxito un libro y canciones infantiles para favorecer la lectura, entre otros. Porque ellos piensan que la música es la antesala del amor a la lectura.
Mientras los padres atendíamos a la presentación, los peques se lo pasaron pipa haciendo una manualidad de lo más original. Tenían que dibujarse a si mismos sosteniendo un libro del que tenían que dibujar la portada. Daniel, como siempre incluyó un esqueleto de lo más tétrico en su manualidad.
Tras una deliciosa merienda, comenzó un cuenta cuentos muy divertido de la mano de Maísa Marbán que nos enganchó a todos desde el minuto cero. Era muy participativo y la narradora se iba amoldando a la perfección a las salidas de los peques causando risas y aplausos a cada momento. El momento estrella fue cuando sacó un tubo de esos que sirven para proteger cables y lo hizo cantar con el viento. Ahora mis dos churumbeles suspiran por un tubo así.
Fue una jornada completísima en la Biblioteca Biblioteca Pública Municipal Eugenio Trías, situada en la Casa de Fieras de El Retiro. Un lugar increíble del que me costó muchísimo sacar a mis fieras. No me siguieron hasta que les prometí unas mil millones de veces que volveríamos.
A estas alturas no hace falta que diga que los libros son un tesoro para aprender, vivir aventuras, emocionarse, viajar... Todo puede caber entre sus tapas. Leer es una experiencia apasionante que tenemos que compartir con nuestros hijos para que ellos también puedan disfrutarla. Todos tenemos nuestro libro preferido. Y seguro que todos recordamos alguno que marcó nuestra infancia, en mi caso fue El Manual de la Bruja, por Malcolm Bird. ¡La de juego que nos dio ese libro a mis hermanos y a mí! Que pena que ya no se encuentre en librerías. Un día haré una búsqueda exhaustiva en casa de mi madre a ver si aparece.
El caso es que todos tenemos un libro infantil que adoramos... Hasta los libreros. Esas figuras maravillosas que se han convertido en embajadores de la cultura y predican el amor a los libros desde sus consejos, iniciativas y actividades. Abrakadabra ha querido mostrar esos libros preferidos de cada librero a través de cuenta cuentos y actividades de lo más variadas que maravillarán a niños y a adultos. Salvaje, Ni miau ni guau, Tintín, Dónde viven los monstruos, Superhéroe. Manual de instrucciones o El Pirata Aventurero son algunos de los títulos que han elegido para mostrar a los peques.
Para los organizadores resulta vital que los niños desarrollen su capacidad lectora desde la familia. En la presentación del evento, también nos mostraron la guía BRK elaborada por Kumon, una selección de libros clasificados por competencia lectora y no por edad. Cada niño es un mundo y su desarrollo no va acorde a una edad en concreto. Además de las recomendaciones, la guía recoge unos artículos muy interesantes sobre cómo leer en voz alta, cómo fomentar la lectura en casa o elegir con éxito un libro y canciones infantiles para favorecer la lectura, entre otros. Porque ellos piensan que la música es la antesala del amor a la lectura.
Mientras los padres atendíamos a la presentación, los peques se lo pasaron pipa haciendo una manualidad de lo más original. Tenían que dibujarse a si mismos sosteniendo un libro del que tenían que dibujar la portada. Daniel, como siempre incluyó un esqueleto de lo más tétrico en su manualidad.
Fue una jornada completísima en la Biblioteca Biblioteca Pública Municipal Eugenio Trías, situada en la Casa de Fieras de El Retiro. Un lugar increíble del que me costó muchísimo sacar a mis fieras. No me siguieron hasta que les prometí unas mil millones de veces que volveríamos.
jueves, 23 de marzo de 2017
Puente tranquilo en Covarrubias
Al tener tres días a nuestra disposición Raúl no perdió la oportunidad de sugerir un salto a Covarrubias. La verdad es que hacía mucho que no íbamos porque por h o por b siempre nos surgía algo en Madrid, pero justo para el día del padre no teníamos nada que nos atara a la capital así que hicimos las maletas y pusimos rumbo al pueblo.
Por el camino pensamos mil planes para cuando estuviéramos allí: excursiones, museos, pueblos cercanos... Pero poco después de meternos de lleno en el atasco Raúl me confesó que lo que a él le haría ilusión sería pasar un finde tranquilo. ¡Ahí es nada! Un finde tranquilo. Me entró la risa y todo. Pero pensé que en el fondo tenía razón, así que olvidamos nuestros grandes planes para, simplemente, disfrutar del pueblo y de la paz relativa que nos permitirían lo peques.
Nos hicieron unos días espectaculares, así que no faltaron los paseos a lugares más que conocidos, pero que se veían diferente con esa luz tan bonita. El torreón, la colegiata, la princesa Kristina, el camino de las huertas... nunca nos cansamos de verlos.
Como siempre, vivimos mil aventuras en nuestro camino. Con niños, el peligro acecha en cada rincón, cualquier palo es susceptible de convertirse en espada y cualquier piedra en tesoro de incalculable valor que hay que custodiar hasta su destino (en este caso, el fondo del río). Un conjunto de árboles pelados siempre será un bosque tenebroso y una presa un lugar perfecto para explorar. Todo es mil veces más divertido. Para qué negarlo.
Aunque también mil veces más desesperante cuando se ponen revoltosos, desobedientes e irritables. Algo bastante habitual si te empeñas en levantarte antes de que amanezca cada día. No sé que bicho les picó pero se levantaron a horas ridículas todos los días deseando empezar la jornada de juegos y aventuras. Luego a la tarde no había quien los aguantara. Lo mejor de todo es que el primer día de cole no había manera de levantarles de la cama. Total, si es para ir al cole no vale la pena levantarse (palabras del mayor, rebelde sin causa a sus siete años).
También hubo hueco para sobremesas de juegos. Sobre todo el que se había autorregalado papá de Conan, que no podía esperar a estrenarlo. Yo pensaba que sería muy complicado para los niños, pero les enganchó enseguida. No hacían unas estrategias para echar cohetes, pero se manejaban bastante bien para sus edades. De hecho, creo que fui la que más comportamientos infantiles adoptó durante la partida. En una de mis derrotas llamé tramposo a mi marido destilando hiel y poco faltó para que le pidiera el divorcio por atreverse a tal afrenta.
En general, lo pasamos tan bien que cuando nos sentamos en el coche para iniciar el camino de vuelta el mayor aseguró que le daba mucha pereza volver, poniendo voz al pensamiento de todos.
Por el camino pensamos mil planes para cuando estuviéramos allí: excursiones, museos, pueblos cercanos... Pero poco después de meternos de lleno en el atasco Raúl me confesó que lo que a él le haría ilusión sería pasar un finde tranquilo. ¡Ahí es nada! Un finde tranquilo. Me entró la risa y todo. Pero pensé que en el fondo tenía razón, así que olvidamos nuestros grandes planes para, simplemente, disfrutar del pueblo y de la paz relativa que nos permitirían lo peques.
Nos hicieron unos días espectaculares, así que no faltaron los paseos a lugares más que conocidos, pero que se veían diferente con esa luz tan bonita. El torreón, la colegiata, la princesa Kristina, el camino de las huertas... nunca nos cansamos de verlos.
Como siempre, vivimos mil aventuras en nuestro camino. Con niños, el peligro acecha en cada rincón, cualquier palo es susceptible de convertirse en espada y cualquier piedra en tesoro de incalculable valor que hay que custodiar hasta su destino (en este caso, el fondo del río). Un conjunto de árboles pelados siempre será un bosque tenebroso y una presa un lugar perfecto para explorar. Todo es mil veces más divertido. Para qué negarlo.
Aunque también mil veces más desesperante cuando se ponen revoltosos, desobedientes e irritables. Algo bastante habitual si te empeñas en levantarte antes de que amanezca cada día. No sé que bicho les picó pero se levantaron a horas ridículas todos los días deseando empezar la jornada de juegos y aventuras. Luego a la tarde no había quien los aguantara. Lo mejor de todo es que el primer día de cole no había manera de levantarles de la cama. Total, si es para ir al cole no vale la pena levantarse (palabras del mayor, rebelde sin causa a sus siete años).
También hubo hueco para sobremesas de juegos. Sobre todo el que se había autorregalado papá de Conan, que no podía esperar a estrenarlo. Yo pensaba que sería muy complicado para los niños, pero les enganchó enseguida. No hacían unas estrategias para echar cohetes, pero se manejaban bastante bien para sus edades. De hecho, creo que fui la que más comportamientos infantiles adoptó durante la partida. En una de mis derrotas llamé tramposo a mi marido destilando hiel y poco faltó para que le pidiera el divorcio por atreverse a tal afrenta.
En general, lo pasamos tan bien que cuando nos sentamos en el coche para iniciar el camino de vuelta el mayor aseguró que le daba mucha pereza volver, poniendo voz al pensamiento de todos.