- Ey chicos. Mirad que pinturas de Snazaroo más majas me han llegado. ¿Qué os parece si nos pintamos de animales?- Iván levantó los ojos de la tablet un segundo y los volvió a posar en la pantalla.
- Paso.- Dijo sin inmutarse
- ¡Pero si a ti te encanta pintarte!
- Sí, pero hoy no quiero.
- Pero si hace un par de días (casualmente cuando yo no estaba en casa) te pintaste como si no hubiera un mañana.
- Ya, pero hoy no quiero.- Está en la fase de la contradicción, dicen.
- Bueno, pues si no quieres, no quieres. No pasa nada. ¿Y tú Daniel?- Me giré hacia su hermano.
- ¿Es algo de tu blog?.- Me preguntó a bocajarro.
- Mmmm... Sí, puede, pero si no quieres...- Aunque sé que le gusta pintarse más incluso que a Iván...
- Sí, si que quiero, pero a lo mejor podemos considerar no bañarme...- No pierde oportunidad el tío.
- Eeeeeh, pero si te encanta...
- Sí, lo sé, lo sé... Pero puede que justo hoy, no me apetezca...- Pero que morro...
- ¡Pues haz lo que quieras!
- Bueeeeeno, pero si me porto bien, bien requetebien podemos volver a hablar del tema de la ducha...
El mayor cogió la caja de pinturas grande y se dispuso un taller de maquillaje en la entrada de la casa, que es donde tenemos un espejo grande.
- ¿Me vas a hacer fotos? Grábame, grábame, que ya sabes que soy youtuber.- Sí... ¡sus ganas!- A ver, vamos a comenzar con el tutorial... No espera, espera. Corta. Quítame el plástico de esta pintura. Otra vez, otra vez...
- ¿Pero de qué te vas a pintar?- Inquirí un poco desconfiada... Conozco a mi churumbel, lo conozco.
- Pues pensaba algo así como máscara africana asesina, medio alienígena, de hierro y materiales misteriosos...- Ostras que complicado.
- Pero Daniel, si vas a hacer un tutorial, mejor algo más facilillo. ¿Por qué no te pintas como un dulce animalito?- Una madre nunca pierde la esperanza.
- ¿Algo así como un tigre sediento de sangre?
- Eeeeeh... Mmmm... Sí, supongo.
- ¡Me gusta!- aseguró mientras comenzaban a embadurnar una esponjita de naranja muy generosamente.- Paso uno, nos pintamos la cara de naranja.- Y y se la embadurnó muy feliz.- Paso dos, nos damos pinceladas de blanco.- Yo lo hubiera hecho al revés, pero cualquiera le dice nada.- Espera, espera... No me gusta. Mojo esta otra esponjita en agua y me borro todo... Massss o menossss. Y ahora me pongo blanco a saco... Sí, me gusta más. Paso tres, o dos... No me acuerdo, uno de esos. Me doy con el pincel de naranja... ¡Y ya está!- terminó muy feliz.
- ¿Y las rayas negras?- pregunté yo.
- ¡Ah! es verdad, paso cinco...
- Cuatro.- le corregí.
- ¡El que sea!- exclamó embalado.- Se coge la esponja con mucho negro y... Mmmm... a lo mejor me he pasado.- Inquirió el peque mirando desolado las dos manchas negras que le goteaban en cada mejilla.
- No, que va. Cada tigre tiene las rayas de una forma diferente. Tú tienes dos enoooormes rayas en las mejillas.
- Sí.- Exclamó el peque tan feliz.- Ahora me hago pequeñitas con el pincel. No me está quedando muy bien...
- Que sí hombre, que te está quedando muy bien, muy tú... ejem.- aseguré mirando con horror la mesita y el suelo que se encharcaban paulatinamente. Ellos sí que parecían tigres.
- Ahora lo mejor: ¡¡¡la purpurina!!!
- ¿Pero los tigres brillan?- me sorprendí. Pues por lo visto sí. Y mucho a juzgar por la capa generosa que se aplicó.
- Y ahora el toque final.- Ay diossss, que miedo.- Se coge la esponja grande y se moja muy bien en blanco, naranja y negro muahahahaha
- Nooooooooo.- Ahora parecía una especie de leñador mandarina.
- ¡Perfecto! - Exclamó satisfecho. - Ha sido muy fácil. No guardes mucho las pinturas, eh mami.-Y se fue a jugar dejándome el recibidor muy colorido. Menos mal que estas pinturas se quitan con mucha facilidad.
Por cierto, al final no se bañó. Le quité la pintura con unas toallitas en un pis pas. Soy una blanda. Lo sé. Y el pelo le brilla mucho... ainsss
Pero que le quiten lo bailao jajajaja
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miércoles, 27 de febrero de 2019
martes, 26 de febrero de 2019
Cuentacuentos de Dragon Ball y relatos africanos en Akira Cómics
Siempre que podemos nos apuntamos a los cuentacuentos de Akira Cómics. Son los únicos a los que mis hijos van con una sonrisa de oreja a oreja y que no consideran para "bebés" (Pues sí, están ese etapa de desprecio hacia todo lo considerado para peques, como si ellos no fueran peques... entre otras etapas, todas la mar de irritantes). Pero claro, los cuentos de Akira no son para peques, según ellos. No importa que asistan hasta bebés. Cuando algo les gusta hay que obviar todo lo que vaya en contra de sus argumentos. Dejemos que sean felices... Aunque yo os digo que son para todas las edades de 0 a 100. Porque lo padres también participa. Este fin de semana había padres fans de la serie de Akira Toriyama que gritaban más que los niños para responder a las preguntas de la cuenta cuentos. Algunas eran para expertos, porque a ver ¿Quien libera a Piccolo de la olla? ¿Cómo se llama el abuelo de Goku? ¿Cual es el nombre de chico que se queda sin pescado gigante porque se lo come Goku? Ni idea, pero había entre el público quien se las sabía todas.
Así que ahí estábamos todos debatiéndonos entre las lágrimas por las muertes de Krillin y Muten Rōshi y las risas por las locuras de Goku, que esta vez se las hacen pasar canutas, no os creáis. Tras el emocionante relato de las aventuras de la serie de Dragon Ball empezó la sesión de cuentos del mundo. En esta ocasión le tocó el turno al continente africano.
Con el primer cuento nos partíamos, se llama ¡Hombre de color! Y es genial. Se basa en cómo le explica un niño negro a otro blanco por qué es tan ridículo que le llame hombre de color cuando el único que cambia de color es él: Rosa al nacer, azul cuando tiene frío, rojo cuando toma el sol, verde cuando tiene miedo... Mientras que él siempre, siempre, siempre es de color negro. Buenísimo y muy recomendable.
El siguiente cuento fue también muy divertido porque el público tenía que contarlo a partir de unas imágenes como si fueran jeroglíficos egipcios y a veces nos tenían que ayudar porque, o no nos poníamos de acuerdo o no teníamos muy claro lo que significaba la imagen. Y eso que no podían ser más sencillas ¡Vaya risas nos echamos!
Como ya llevábamos demasiado tiempo sentados y aquí saben que los niños son muy fan del movimiento los levantaron a todos para enseñarles a bailar el waka waka. ¡Oye! Lo pillaron enseguida y ahí estaban dándolo todo. Algunos padres usamos la excusa de habernos convertido en porta abrigos para seguir sentados tranquilitos. Por cierto, que, después de tanto tiempo, acabo de descubrir el enorme perchero que tienen en un ladito.
Tras la gimnasia les contaron cosas muy interesantes sobre el continente, como el tema de los cazadores furtivos, de los piratas modernos o la esclavitud de niños y mujeres en las minas de coltán y diamante. Los niños agradecen mucho que se les hable de lo que pasa en el mundo de una forma relativamente realista y que no les tengamos metidos demasiado tiempo en la burbuja en la que todo es blanco y amable. Daniel salió del cuentacuentos echando pestes contra los cazadores furtivos (curioso que empatice más con ese tema que con el de la esclavitud infantil. Supongo que no se hace a la idea aún de la magnitud de lo segundo).
A mí el cuento que más me gustó fue el que hablaba de la cooperación para ser feliz. A ver si se les queda algo a estos fieras del mensaje. Eligieron a siete voluntarios, los pusieron en una esquina y les dijeron que tenían que correr hacia una cesta de fruta y el que llegara el primero se la quedaba. Evidentemente, se dejaron la piel para llegar los primeros porque eran españoles y no lo niños del cuento que vino a continuación, en el que los siete niños se dieron la mano para llegar juntos a la cesta de fruta y compartirla.
Y llegó el momento del último, el tiempo pasa volando cuando lo pasas bien. Me pareció precioso, pero no sé si los peques llegaron a entenderlo bien. Se llama: Osito, la vieja jirafa y el muro de piedra. Habla sobre alimentar la ilusión de los niños para hacerlos felices.
Se lo curran muchísimo para hacer unos cuentacuentos muy interesantes y divertidos.
Si os queréis apuntar sólo tenéis que rellenar un cuestionario en su web para suscribiros a la lista de correo. Por cierto, que han puesto en marcha un club de lectura para que los niños aprendan lo divertido que es leer cuando se hace bien y con gusto que tiene muy buena pinta. La rabia es que a nosotros nos coincide con extraescolares de los peques. ¡Ya es mala suerte!
Así que ahí estábamos todos debatiéndonos entre las lágrimas por las muertes de Krillin y Muten Rōshi y las risas por las locuras de Goku, que esta vez se las hacen pasar canutas, no os creáis. Tras el emocionante relato de las aventuras de la serie de Dragon Ball empezó la sesión de cuentos del mundo. En esta ocasión le tocó el turno al continente africano.
Con el primer cuento nos partíamos, se llama ¡Hombre de color! Y es genial. Se basa en cómo le explica un niño negro a otro blanco por qué es tan ridículo que le llame hombre de color cuando el único que cambia de color es él: Rosa al nacer, azul cuando tiene frío, rojo cuando toma el sol, verde cuando tiene miedo... Mientras que él siempre, siempre, siempre es de color negro. Buenísimo y muy recomendable.
El siguiente cuento fue también muy divertido porque el público tenía que contarlo a partir de unas imágenes como si fueran jeroglíficos egipcios y a veces nos tenían que ayudar porque, o no nos poníamos de acuerdo o no teníamos muy claro lo que significaba la imagen. Y eso que no podían ser más sencillas ¡Vaya risas nos echamos!
Como ya llevábamos demasiado tiempo sentados y aquí saben que los niños son muy fan del movimiento los levantaron a todos para enseñarles a bailar el waka waka. ¡Oye! Lo pillaron enseguida y ahí estaban dándolo todo. Algunos padres usamos la excusa de habernos convertido en porta abrigos para seguir sentados tranquilitos. Por cierto, que, después de tanto tiempo, acabo de descubrir el enorme perchero que tienen en un ladito.
Tras la gimnasia les contaron cosas muy interesantes sobre el continente, como el tema de los cazadores furtivos, de los piratas modernos o la esclavitud de niños y mujeres en las minas de coltán y diamante. Los niños agradecen mucho que se les hable de lo que pasa en el mundo de una forma relativamente realista y que no les tengamos metidos demasiado tiempo en la burbuja en la que todo es blanco y amable. Daniel salió del cuentacuentos echando pestes contra los cazadores furtivos (curioso que empatice más con ese tema que con el de la esclavitud infantil. Supongo que no se hace a la idea aún de la magnitud de lo segundo).
A mí el cuento que más me gustó fue el que hablaba de la cooperación para ser feliz. A ver si se les queda algo a estos fieras del mensaje. Eligieron a siete voluntarios, los pusieron en una esquina y les dijeron que tenían que correr hacia una cesta de fruta y el que llegara el primero se la quedaba. Evidentemente, se dejaron la piel para llegar los primeros porque eran españoles y no lo niños del cuento que vino a continuación, en el que los siete niños se dieron la mano para llegar juntos a la cesta de fruta y compartirla.
Y llegó el momento del último, el tiempo pasa volando cuando lo pasas bien. Me pareció precioso, pero no sé si los peques llegaron a entenderlo bien. Se llama: Osito, la vieja jirafa y el muro de piedra. Habla sobre alimentar la ilusión de los niños para hacerlos felices.
Se lo curran muchísimo para hacer unos cuentacuentos muy interesantes y divertidos.
Si os queréis apuntar sólo tenéis que rellenar un cuestionario en su web para suscribiros a la lista de correo. Por cierto, que han puesto en marcha un club de lectura para que los niños aprendan lo divertido que es leer cuando se hace bien y con gusto que tiene muy buena pinta. La rabia es que a nosotros nos coincide con extraescolares de los peques. ¡Ya es mala suerte!
lunes, 25 de febrero de 2019
La fiesta de carnaval del cole
Este año no tengo tiempo para nada, así que, cuando Daniel me recordó dos días antes que ese viernes era la fiesta de carnaval del cole, les extendí los disfraces que ya tenemos delante a los niños y les pedí que eligieran de lo que ya había.
Iván tenía muy claro lo que quería. Y enseguida encontró todos los materiales para hacerse su disfraz. Daniel, por su parte, también tenía muy claro de qué quería disfrazarse, pero, para mi desgracia, no estaba entre los que le había ofrecido (y eso que hay de todo en la selección: Stars wars, superhéroes, animales, zombis, vampiros, monstruos, indios...). Él sigue obsesionado con una serie de mayores que conoció en unas jornadas de juegos y que no hay manera de hacerle entender que no es para su edad. Lo que nos trae al pairo porque NO la va a ver y punto. Ya puede desgarrarse las vestiduras todo lo que quiera.
Eso no impide que se sepa de memoria algunas versiones en español del opening de la primera temporada, que esté al tanto de todos los giros argumentales de la serie y que te recite los tipos de Titán que existen con la mayor de las convicciones. ¡Hasta se la ha recomendado a su tío! Menos mal que pude explicarle que el crío no la había visto por mucho que sepa todo de ella antes de que alucinara con mi irresponsabilidad materna (que algo de irresponsabilidad tengo por no haber sabido frenar la admiración desmedida de mi churumbel hacia esta serie).
El caso es que quiso disfrazarse de Eren, el protagonista. Y ahí estuve yo buscandome la vida para hacerle feliz: Una chaqueta mía, un pantalón vaquero con cinta de embalar negra para simular los enganches, el símbolo de los exploradores pegado a la espalda... ¡Y las dos katanas! Eso era lo único que no podía faltar pasara lo que pasara.
Cuando los fui a recoger una madre, que es muy maja, me preguntó si iba a llevarles a la fiesta de carnaval (no es obligatoria y la hacen fuera de horario escolar). Cuando le respondía afirmativamente, me preguntó inocentemente que de qué iban a ir disfrazados los peques...
- Estoooo... Pues Iván de cazador de zombis...
- Que no mamá, que no te enteras. - Se dio la vuelta el susodicho.- Voy de superviviente de holocausto zombi.- La madre me miró muerta de la risa.
- ¡Que original!.- exclamó, y luego me hizo la otra pregunta que yo ya me estaba temiendo.- ¿Y el mayor? ¿De qué va a ir disfrazado?
- Puesss... Deunpersonajequenoconoces...
- Oh, que curiosidad, ¿de qué serie?
- Mmmmm... de Ataquealostitanes...
- Pues ni idea. Es verdad que no la conozco. Y ¿que hace el personaje en la serie?- Yo ya estaba sudando a mares. No sabía muy bien que decirle. No me veía capaz de explicarle que es un personaje que mata Titanes a lo bestia porque le ciega el odio, aya que uno se comió a su madre delante de sus narices cuando era un niño. ¡Es que no me parece apto para esas edades!
- Puess.. uno que caza titanes...- La madre se volvió a reír.
- De verdad que tus hijos son la mar de originales. Me encanta.- Aseguró divertida.
- Sí... Mmmm... ¿Y tus hijos? ¿De qué van a ir disfrazados?- le pregunté para cambiar de tema.
- La niña de Elsa y el niño de caballero medieval.- Me soltó en una sola línea con toda la tranquilidad del mundo.
- No sabes la envidia que me das.- Solté involuntariamente. La madre me miró sorprendido.
- ¿Yooo? ¿Por qué?
- No, por nada, por nada.
Esa tarde, en la fiesta, cada vez que uno me preguntaba que de qué iban disfrazados, el de Iván ya lo decía bien, pero el de Daniel pasó a ser de Explorador y punto.
Aún así, uno de los que repartían el chocolate con bizcocho reconoció el disfraz.
- ¡Andaaaaaaa! Vas de uno de los de Ataque a los Titanes. ¿Cómo mola? ¿Eres fan de la serie?
- Síiiiiiii.- Exclamó mi churumbel.
- Noooooo.- Me desgañité yo a sus espaldas.
Iván tenía muy claro lo que quería. Y enseguida encontró todos los materiales para hacerse su disfraz. Daniel, por su parte, también tenía muy claro de qué quería disfrazarse, pero, para mi desgracia, no estaba entre los que le había ofrecido (y eso que hay de todo en la selección: Stars wars, superhéroes, animales, zombis, vampiros, monstruos, indios...). Él sigue obsesionado con una serie de mayores que conoció en unas jornadas de juegos y que no hay manera de hacerle entender que no es para su edad. Lo que nos trae al pairo porque NO la va a ver y punto. Ya puede desgarrarse las vestiduras todo lo que quiera.
Eso no impide que se sepa de memoria algunas versiones en español del opening de la primera temporada, que esté al tanto de todos los giros argumentales de la serie y que te recite los tipos de Titán que existen con la mayor de las convicciones. ¡Hasta se la ha recomendado a su tío! Menos mal que pude explicarle que el crío no la había visto por mucho que sepa todo de ella antes de que alucinara con mi irresponsabilidad materna (que algo de irresponsabilidad tengo por no haber sabido frenar la admiración desmedida de mi churumbel hacia esta serie).
El caso es que quiso disfrazarse de Eren, el protagonista. Y ahí estuve yo buscandome la vida para hacerle feliz: Una chaqueta mía, un pantalón vaquero con cinta de embalar negra para simular los enganches, el símbolo de los exploradores pegado a la espalda... ¡Y las dos katanas! Eso era lo único que no podía faltar pasara lo que pasara.
Cuando los fui a recoger una madre, que es muy maja, me preguntó si iba a llevarles a la fiesta de carnaval (no es obligatoria y la hacen fuera de horario escolar). Cuando le respondía afirmativamente, me preguntó inocentemente que de qué iban a ir disfrazados los peques...
- Estoooo... Pues Iván de cazador de zombis...
- Que no mamá, que no te enteras. - Se dio la vuelta el susodicho.- Voy de superviviente de holocausto zombi.- La madre me miró muerta de la risa.
- ¡Que original!.- exclamó, y luego me hizo la otra pregunta que yo ya me estaba temiendo.- ¿Y el mayor? ¿De qué va a ir disfrazado?
- Puesss... Deunpersonajequenoconoces...
- Oh, que curiosidad, ¿de qué serie?
- Mmmmm... de Ataquealostitanes...
- Pues ni idea. Es verdad que no la conozco. Y ¿que hace el personaje en la serie?- Yo ya estaba sudando a mares. No sabía muy bien que decirle. No me veía capaz de explicarle que es un personaje que mata Titanes a lo bestia porque le ciega el odio, aya que uno se comió a su madre delante de sus narices cuando era un niño. ¡Es que no me parece apto para esas edades!
- Puess.. uno que caza titanes...- La madre se volvió a reír.
- De verdad que tus hijos son la mar de originales. Me encanta.- Aseguró divertida.
- Sí... Mmmm... ¿Y tus hijos? ¿De qué van a ir disfrazados?- le pregunté para cambiar de tema.
- La niña de Elsa y el niño de caballero medieval.- Me soltó en una sola línea con toda la tranquilidad del mundo.
- No sabes la envidia que me das.- Solté involuntariamente. La madre me miró sorprendido.
- ¿Yooo? ¿Por qué?
- No, por nada, por nada.
Esa tarde, en la fiesta, cada vez que uno me preguntaba que de qué iban disfrazados, el de Iván ya lo decía bien, pero el de Daniel pasó a ser de Explorador y punto.
Aún así, uno de los que repartían el chocolate con bizcocho reconoció el disfraz.
- ¡Andaaaaaaa! Vas de uno de los de Ataque a los Titanes. ¿Cómo mola? ¿Eres fan de la serie?
- Síiiiiiii.- Exclamó mi churumbel.
- Noooooo.- Me desgañité yo a sus espaldas.
jueves, 21 de febrero de 2019
El zoo en invierno
Cada vez estoy más segura de que el momento más maravilloso para ir a los parques que se incluyen en el bonoparques es en invierno.
No tendrán todas las atracciones abiertas, pero se va con una calma, una tranquilidad...
En el zoo nos pasó lo mismo que en el parque de atracciones, que se estaba de lujo sin las masificaciones de los días más cálidos.
Lo cierto es que este lugar ha dado un giro de 180 grados desde que fuimos la última vez. Y quien haya tenido la idea se merece todas las felicitaciones del mundo.
Ahora hacen mucho hincapié en el cuidado de las especies que habitan en este recinto. Sobre todo aquellas, que forman parte de los típicos espectáculos.
Los niños alucinan con las evoluciones de los leones marinos y delfines mientras aprenden a qué peligros se enfrentan en su estado de libertad. Básicamente, el mayor peligro es la humanidad, que somos los mayores generadores de contaminación y basuras. Además de ser los depredadores más temibles del planeta. ¡Si es que lo tenemos todo!
Me parece genial que desde el zoo pongan su granito de arena para la educación medioambiental de los niños. Aunque en realidad sepamos que son un ejemplo más del egoísmo de los seres humanos. Si no somos capaces de conservar la naturaleza que nos rodea, encerrémosla en un gheto y atendamos sus necesidades primarias para conservarla como si estuviera en un museo. Un museo vivo que las personas visitamos para ver sin salir de la ciudad lo que no podemos ver en su hábitat natural.
Pero esto no se lo voy a decir a los niños que van con toda su ilusión inocente señalando animales y flipándolo. Hay temas que es mejor que vayan descubriendo en su momento. Y sus mentes no manejan tantos conceptos abstractos como para formarse una opinión crítica tan compleja. Ya me los estoy imaginando: "A ver mami. ¿Me estás diciendo que en tu opinión la humanidad es la peor enfermedad de este planeta? ¿O sea que yo soy algo así como un virus? Moooola". Pobres, si es que es imposible que sigan mi línea de pensamiento en este tema con los conceptos que manejan.
Yo con que se queden con el mensaje que les estaban transmitiendo en cada esquina de que hay que cuidar al planeta y ser respetuosos con la naturaleza me conformo. Ya tendrán tiempo de ir descubriendo las barbaridades que somos capaces de perpetrar e ir formándose su propio criteria al respecto. Que apostaría la cabeza que no va a tener nada que ver con el mío.
Madre, mía, que radical me está quedando este post. Y no era mi intención. Si es que últimamente me puede el cansancio y veo las cosas menos luminosas que de costumbre. Ya vendrán días mejores (en cuanto duerma un par de día seguidos ininterrumpidamente jajaja).
Pero vamos a ver que me disperso. Ver las maravillas del mundo animal, aunque sea en una jaula, es sorprendente. Y más a los ojos de los niños. En cada cartel te indicaban el grado de peligro de extinción del animal. Uno de los que vimos sólo sobreviven en cautividad. Los niños aceptaron el dato como algo curioso, pero a los adultos nos dio mucha pena.
Lo que más nos alucinó fue el acuario. Podríamos haber estado horas dentro viendo evolucionar a las especies que alberga. Sobre todo en la pecera de las medusas. Te hipnotizan y cuando te quieres dar cuenta los minutos han volado. ¡Hay tanta información interesante que descubrir! Y tantas escenas alucinantes que presenciar...
Otro lugar que suele tener mucho éxito con mi prole es la granja. Sobre todo por las cabritas, entre las que te puedes mezclar y acariciar... si te atreves. Porque mis churumbeles no quisieron ni darles de comer lo que un señor nos dejó por haber tenido una experiencia similar con su churumbel. Y es que esas dentaduras dan respeto. Pero vamos, quien les ha visto y quien les ve. En otras ocasiones había que agarrarles para que no las agobiaran con tanto sobeteo. Se ve que se hacen mayores y algo de sentido común se les mete en sus cabezas. Me parece genial que se hayan vuelto más prudentes.
Sólo estuvimos unas horas por la mañana y luego nos fuimos a comer a casa. Es lo bueno del bonoparques, que ya volveremos otro día y no nos agobiamos con el tema de aprovechar al máximo el día. fue un acierto este regalo de Reyes.
No tendrán todas las atracciones abiertas, pero se va con una calma, una tranquilidad...
En el zoo nos pasó lo mismo que en el parque de atracciones, que se estaba de lujo sin las masificaciones de los días más cálidos.
Lo cierto es que este lugar ha dado un giro de 180 grados desde que fuimos la última vez. Y quien haya tenido la idea se merece todas las felicitaciones del mundo.
Ahora hacen mucho hincapié en el cuidado de las especies que habitan en este recinto. Sobre todo aquellas, que forman parte de los típicos espectáculos.
Los niños alucinan con las evoluciones de los leones marinos y delfines mientras aprenden a qué peligros se enfrentan en su estado de libertad. Básicamente, el mayor peligro es la humanidad, que somos los mayores generadores de contaminación y basuras. Además de ser los depredadores más temibles del planeta. ¡Si es que lo tenemos todo!
Me parece genial que desde el zoo pongan su granito de arena para la educación medioambiental de los niños. Aunque en realidad sepamos que son un ejemplo más del egoísmo de los seres humanos. Si no somos capaces de conservar la naturaleza que nos rodea, encerrémosla en un gheto y atendamos sus necesidades primarias para conservarla como si estuviera en un museo. Un museo vivo que las personas visitamos para ver sin salir de la ciudad lo que no podemos ver en su hábitat natural.
Pero esto no se lo voy a decir a los niños que van con toda su ilusión inocente señalando animales y flipándolo. Hay temas que es mejor que vayan descubriendo en su momento. Y sus mentes no manejan tantos conceptos abstractos como para formarse una opinión crítica tan compleja. Ya me los estoy imaginando: "A ver mami. ¿Me estás diciendo que en tu opinión la humanidad es la peor enfermedad de este planeta? ¿O sea que yo soy algo así como un virus? Moooola". Pobres, si es que es imposible que sigan mi línea de pensamiento en este tema con los conceptos que manejan.
Yo con que se queden con el mensaje que les estaban transmitiendo en cada esquina de que hay que cuidar al planeta y ser respetuosos con la naturaleza me conformo. Ya tendrán tiempo de ir descubriendo las barbaridades que somos capaces de perpetrar e ir formándose su propio criteria al respecto. Que apostaría la cabeza que no va a tener nada que ver con el mío.
Madre, mía, que radical me está quedando este post. Y no era mi intención. Si es que últimamente me puede el cansancio y veo las cosas menos luminosas que de costumbre. Ya vendrán días mejores (en cuanto duerma un par de día seguidos ininterrumpidamente jajaja).
Pero vamos a ver que me disperso. Ver las maravillas del mundo animal, aunque sea en una jaula, es sorprendente. Y más a los ojos de los niños. En cada cartel te indicaban el grado de peligro de extinción del animal. Uno de los que vimos sólo sobreviven en cautividad. Los niños aceptaron el dato como algo curioso, pero a los adultos nos dio mucha pena.
Lo que más nos alucinó fue el acuario. Podríamos haber estado horas dentro viendo evolucionar a las especies que alberga. Sobre todo en la pecera de las medusas. Te hipnotizan y cuando te quieres dar cuenta los minutos han volado. ¡Hay tanta información interesante que descubrir! Y tantas escenas alucinantes que presenciar...
Otro lugar que suele tener mucho éxito con mi prole es la granja. Sobre todo por las cabritas, entre las que te puedes mezclar y acariciar... si te atreves. Porque mis churumbeles no quisieron ni darles de comer lo que un señor nos dejó por haber tenido una experiencia similar con su churumbel. Y es que esas dentaduras dan respeto. Pero vamos, quien les ha visto y quien les ve. En otras ocasiones había que agarrarles para que no las agobiaran con tanto sobeteo. Se ve que se hacen mayores y algo de sentido común se les mete en sus cabezas. Me parece genial que se hayan vuelto más prudentes.
Sólo estuvimos unas horas por la mañana y luego nos fuimos a comer a casa. Es lo bueno del bonoparques, que ya volveremos otro día y no nos agobiamos con el tema de aprovechar al máximo el día. fue un acierto este regalo de Reyes.
martes, 19 de febrero de 2019
Cómo contar historias y diseñar sus personajes de los autores de FNAFHS
Yo estaba tan tranquila revisando el email cuando de repente vi algo la mar de interesante. A ver, a ver... aprender a contar historias, diseño de personajes... serie en youtube con el nombre de un videojuego de terror vedado en casa, pero del que mis niños se saben hasta el más mínimo detalle... Presentación del libro Cómo contar historias y diseñar sus personajes... ¡Ostras! Suena fenomenal. Una masterclass en la Fnac de Callao con dos diseñadores gráficos dedicados a la animación en Youtube, Laura "Edd00chan" Lara y Hector "MrDsaster" Peinado. Esto a mis churumbeles les tenía que gustar a la fuerza.
Lo primero que hice en cuanto llegaron a casa fue proponerles ver algún capitulillo de su serie FNAFHS mientras merendaban. Dijeron que sí, evidentemente. Y ¡vaya si les moló! Eran capitulos super cortos en los que unos adolescentes con los nombres de los personajes de los animatrónicos formaban grupos de música y los seguidores decían en los comentarios cómo querían que siguiera la historia. A mis hijos les frustró bastante conocer la serie cuando ya llevaba tantos capítulos y no poder decidir ellos también, pero eso no les impidió ver once capítulos en dos días.
Les comenté lo de la masterclass y se apuntaron encantados. ¿Aprender a dibujar? Mola, mola. El domingo nos plantamos en la Fnac de Callao con muchas ganas de aprender. Entramos por los pelos con las últimas tres entradas que quedaban. ¡Que potra! Y de paso compramos el libro que iban a presentar. ¿Alguien lo dudaba?
No me arrepiento porque nos ha gustado mucho. Cuenta de una forma muy amena y divertida los conceptos básicos para hacer un cómic de éxito. Desde las partes de la historia, tipos de personajes y cómo diseñarlos física y emocionalmente, el movimiento, los fondos, las proporciones... Todo de una forma muy sencilla.
Ya les he dicho a estos peques que quiero ver los resultados sobre mi mesa lo antes posible (soy una tirana muahahaha). Es que me encantan sus cómics (aunque sean pelín desagradables el 99% de las veces).
A lo que íbamos. La masterclass. La cosa empezó muy bien, aunque nosotros ya veíamos que no dábamos el perfil del concurrente medio. A saber, quinceañeras muy muy fan que podían interpretar de pe a pa cualquiera de los capítulos publicados, que se sabían todas y cada una de las canciones, y que se habían aprendido de memoria el libro que nosotros acabábamos de comprar.
A mi me gustaba verlas disfrutar, pero a mis dos fieras le daban respeto. Ellos que no se asustaban ante sanguinarios orcos, poderosos primigenios, ni los mismísimos animatrónicos de la famosa Freddy Fazbear's Pizza... y allí estaban encogiditos entre adolescentes desatadas. A mí me daba la risa verles. Daniel incluso sugirió que saliéramos huyendo en algún momento, pero Iván juró por la sangre de sus espadas de guerrero enano que de ahí no se iba sin la firma de los autores.
La clase duró muy poco, o eso nos pareció. A lo mejor porque fue muy entretenida. Con ejemplos de personajes famosos, como Po, Tigresa, Big Hero 6 o Genghis Khan de Mulán nos indicaron los usos más corrientes al dibujar personajes usando figuras básicas. Así, si usamos muchas formas redondeadas nuestro cerebro lo percibirá como alguien bueno y abrazable, como un osito a un bebé; si predominan los cuadrados y rectángulos la personalidad será muy fuerte, inamovible; y si predominan los triángulos invertidos tendremos un malvado fantástico.
Luego hablaron de colores: más luminosos en los personajes buenos y más apagados en los malos.
Y entonces comenzó la ronda de preguntas, que se nos hizo interminable. Para empezar no entendíamos las preguntas porque cada una era coreada con gritos emocionados de las fan. Y para terminar, las que entendíamos estaban llenas de spoilers. Pero cómo los autores habían prometido la canción inédita de Foxy al terminar, pues ahí aguantaban los dos como jabatos.
Casi al final le cantaron la canción de cumpleaños a Boni, otro de los personajes de la serie, que, curiosamente, era su cumple. Y hubo una entrega de regalos a los que encontraran una pegatina bajo su silla. Nosotros no encontramos, pero creo que con el libro que les acababa de regalar ya iban servidos.
Tras escuchar los primeros segundos de la canción prometida nos pusimos en la cola para que nos firmaran nuestro ejemplar. La verdad es que los autores eran majísimos y conversaban un ratito con cada fan. Se lo curraron muchísimo.
Durante el camino de vuelta fuimos negociando si esta serie contaba como minutos de youtube o de televisión. ¡Qué dilema!
Los del High School son más guapos |
Les comenté lo de la masterclass y se apuntaron encantados. ¿Aprender a dibujar? Mola, mola. El domingo nos plantamos en la Fnac de Callao con muchas ganas de aprender. Entramos por los pelos con las últimas tres entradas que quedaban. ¡Que potra! Y de paso compramos el libro que iban a presentar. ¿Alguien lo dudaba?
No me arrepiento porque nos ha gustado mucho. Cuenta de una forma muy amena y divertida los conceptos básicos para hacer un cómic de éxito. Desde las partes de la historia, tipos de personajes y cómo diseñarlos física y emocionalmente, el movimiento, los fondos, las proporciones... Todo de una forma muy sencilla.
Ya les he dicho a estos peques que quiero ver los resultados sobre mi mesa lo antes posible (soy una tirana muahahaha). Es que me encantan sus cómics (aunque sean pelín desagradables el 99% de las veces).
A lo que íbamos. La masterclass. La cosa empezó muy bien, aunque nosotros ya veíamos que no dábamos el perfil del concurrente medio. A saber, quinceañeras muy muy fan que podían interpretar de pe a pa cualquiera de los capítulos publicados, que se sabían todas y cada una de las canciones, y que se habían aprendido de memoria el libro que nosotros acabábamos de comprar.
A mi me gustaba verlas disfrutar, pero a mis dos fieras le daban respeto. Ellos que no se asustaban ante sanguinarios orcos, poderosos primigenios, ni los mismísimos animatrónicos de la famosa Freddy Fazbear's Pizza... y allí estaban encogiditos entre adolescentes desatadas. A mí me daba la risa verles. Daniel incluso sugirió que saliéramos huyendo en algún momento, pero Iván juró por la sangre de sus espadas de guerrero enano que de ahí no se iba sin la firma de los autores.
La clase duró muy poco, o eso nos pareció. A lo mejor porque fue muy entretenida. Con ejemplos de personajes famosos, como Po, Tigresa, Big Hero 6 o Genghis Khan de Mulán nos indicaron los usos más corrientes al dibujar personajes usando figuras básicas. Así, si usamos muchas formas redondeadas nuestro cerebro lo percibirá como alguien bueno y abrazable, como un osito a un bebé; si predominan los cuadrados y rectángulos la personalidad será muy fuerte, inamovible; y si predominan los triángulos invertidos tendremos un malvado fantástico.
Luego hablaron de colores: más luminosos en los personajes buenos y más apagados en los malos.
Y entonces comenzó la ronda de preguntas, que se nos hizo interminable. Para empezar no entendíamos las preguntas porque cada una era coreada con gritos emocionados de las fan. Y para terminar, las que entendíamos estaban llenas de spoilers. Pero cómo los autores habían prometido la canción inédita de Foxy al terminar, pues ahí aguantaban los dos como jabatos.
Casi al final le cantaron la canción de cumpleaños a Boni, otro de los personajes de la serie, que, curiosamente, era su cumple. Y hubo una entrega de regalos a los que encontraran una pegatina bajo su silla. Nosotros no encontramos, pero creo que con el libro que les acababa de regalar ya iban servidos.
Tras escuchar los primeros segundos de la canción prometida nos pusimos en la cola para que nos firmaran nuestro ejemplar. La verdad es que los autores eran majísimos y conversaban un ratito con cada fan. Se lo curraron muchísimo.
Durante el camino de vuelta fuimos negociando si esta serie contaba como minutos de youtube o de televisión. ¡Qué dilema!