A raíz del experimento de los hielos que brillan en la oscuridad los niños descubrieron lo divertido que resulta recorrer la casa a oscuras con linternas ultravioleta en las manos. Ese mismo día hicimos una caza de fantasmas improvisada buscando todos los objetos blancos que pudiéramos apuntar con nuestras linternas... ¡Incluídos nuestros dientes! Que divertido.
De esta experiencia sensorial hemos sacado un juego muy chulo, fácil de preparar y emocionante de jugar.
Sólo tenemos que recortar fantasmitas con folios, ponerles terroríficas caras y esconderlos en sitios estratégicos de una habitación. Luego sumimos esta estancia en la oscuridad y ¡comienza la caza!
El otro día, les escondí cinco fantasmas a cada uno en sendas habitaciones (básicamente para evitarme conflictos fraternales) y estuvieron encerrados buscándolos muchísimo tiempo. Y mientras tanto paz mental para la mami jajajaja
Se esforzaron tanto porque había premio para el que encontrara los cinco: ¡una chuche! Que desde que empezó la cuarentena que no se comían nada gomoso y estaban deseando.
Mi intención es que se lo curraran ellos solitos buscando a los espectros, pero al final me dieron pena y les di alguna pista. llevaban ya un montón de tiempo mirando cada rincón y les faltaba sólo uno a cada uno. La verdad es que lo puse difícil para que se pegaran un buen rato entretenidos.
Con qué orgullo lucían sus presas para intercambiar por la chuche. Lo hicieron tan bien que al final les di tres chuches. Casi montan la fiesta del fantasma. Y otro buen rato que estuvieron entretenidos con sus tesoros y contándose sus aventuras.
Páginas
▼
sábado, 30 de mayo de 2020
lunes, 25 de mayo de 2020
Tardes de papiroflexia
Los días no dan para mucho, a pesar de que seguimos sin salir de casa casi nada. Sólo algún paseo de vez en cuando con los peques para que les dé el sol y el aire, que no llegan a la hora permitida porque al poco ya estamos torraos con el calor que está haciendo) y escapadas al supermercado o farmacia.
Aunque los peques tienen otra percepción. Los mayores tenemos nuestras obligaciones ya sean del trabajo o del hogar, que son mucho mayores que las suyas, que se centran en la educación en casa y unas pocas tareas como poner y quitar la mesa, hacer la cama, ordenar la habitación...
Todas las tardes, en algún momento, uno u otro, siempre tengo a alguno pegado a mi falda con la cantinela: "M'aburrooooo". Y alguna sugerencia les hago. Si veo el hueco hasta me voy con ellos a hacer alguna actividad o jugar a un juego de mesa.
El otro día, cuando el mayor se acercaba a mí con esas claras intenciones de manifestar su más profundo aburrimiento, me vino a la mente lo bien que lo pasó Iván haciendo sus deberes de plástica el día anterior. El profesor les había mandado elegir una figura de papiroflexia entre los videos de Youtube que facilitaba, hacerla y mandar una foto de la misma. Le gustó tanto que hizo dos.
Era la actividad perfecta para esa tarde, y encima tenía en algún lugar un libro para hacer animales de origami.
Lo busqué y los dos niños se apuntaron a crear figuras de papel. Los pasamos genial doblando y desdoblando, aunque confieso que no somos muy aptos para esta tarea.
Nos salieron un poco churros, pero fue muy divertido. Había pasos que yo no tenía muy claro hacia donde tenía que doblar ni en qué dirección, pero improvisábamos y así nos salía algo único y original.
Ya tenemos una buena pandilla creada y mis hijos quieren repetir la experiencia. La verdad es que se necesita poco para montar un taller de papiroflexia: papel, tijeras, instrucciones y ganas.
Os dejo los vídeos que nos mandó el profesor de Iván por si os animáis a hacerlos:
- Gafas
- Dinosaurio
- Conejo
- Pez
- Perro
Aunque los peques tienen otra percepción. Los mayores tenemos nuestras obligaciones ya sean del trabajo o del hogar, que son mucho mayores que las suyas, que se centran en la educación en casa y unas pocas tareas como poner y quitar la mesa, hacer la cama, ordenar la habitación...
Todas las tardes, en algún momento, uno u otro, siempre tengo a alguno pegado a mi falda con la cantinela: "M'aburrooooo". Y alguna sugerencia les hago. Si veo el hueco hasta me voy con ellos a hacer alguna actividad o jugar a un juego de mesa.
El otro día, cuando el mayor se acercaba a mí con esas claras intenciones de manifestar su más profundo aburrimiento, me vino a la mente lo bien que lo pasó Iván haciendo sus deberes de plástica el día anterior. El profesor les había mandado elegir una figura de papiroflexia entre los videos de Youtube que facilitaba, hacerla y mandar una foto de la misma. Le gustó tanto que hizo dos.
Era la actividad perfecta para esa tarde, y encima tenía en algún lugar un libro para hacer animales de origami.
Lo busqué y los dos niños se apuntaron a crear figuras de papel. Los pasamos genial doblando y desdoblando, aunque confieso que no somos muy aptos para esta tarea.
Nos salieron un poco churros, pero fue muy divertido. Había pasos que yo no tenía muy claro hacia donde tenía que doblar ni en qué dirección, pero improvisábamos y así nos salía algo único y original.
Ya tenemos una buena pandilla creada y mis hijos quieren repetir la experiencia. La verdad es que se necesita poco para montar un taller de papiroflexia: papel, tijeras, instrucciones y ganas.
Os dejo los vídeos que nos mandó el profesor de Iván por si os animáis a hacerlos:
- Gafas
- Dinosaurio
- Conejo
- Pez
- Perro
domingo, 24 de mayo de 2020
Huevos de Pascua, más vale tarde que nunca
Como este año la Semana Santa ha sido de aquella manera, no me acordé de lo de hacer la búsqueda de huevos de Pascua. No fue hasta mucho después que Daniel vino reclamándome el juego que caí en que éste años no lo habíamos hecho durante las vacaciones.
Bueno, pensé, "pues compro alguna chuche con envoltorio la próxima vez que vaya al super y la hacemos, así los tengo entretenidos", pero siempre que iba se me olvidaba pasarme por el lineal de las chuches. Siempre voy con prisa y cogiendo lo imprescindible porque no me gusta nada permanecer en el super más de lo estrictamente necesario. Vaya psicosis se me ha puesto con esto de la pandemia.
En fin, que la cosa se fue alejando y alejando... Hasta que el otro día vi unos huevos de chocolate de oferta en el pasillo central. A ver, que el destino salía a mi encuentro. ¡No se puede ignorar al destino! Doce huevos por 1 euro al carrito.
Vaya alegrón se llevaron los niños cuando los vieron. Y claro, ya no había excusa para no hacer la búsqueda del huevo. Aunque ya hayan pasado tantos días desde la Pascua. ¡Qué más dá! Si a este paso vamos a celebrar San Isidro en Navidad.
Así que procedí a esconderlos, pero lo hice con un poco de cabeza. A ver, a ver, para que cada uno encuentre exáctamente el mismo número de huevos y no haya peleas ni estrés ¿qué es lo mejor que puedo hacer? Escondes cuatro en el comedor y cuatro en el salón y repartir las zonas entre ambos niños jejejeje Y funcionó. Cada uno buscó en su sitio son prisas ni agobios porque sabía que todos los que estaban ahí eran para él y sólo para él.
Pero... ¿Y lo otros cuatro que faltan? Os preguntaréis. Pues para la mami y el papi que también les gusta el chocolate. ¡Obvio!
Al final pasaron un rato muy divertido y tienen postres para dos comidas y dos cenas. Fabuloso. Tanto que ya me están pidiendo otra búsqueda. Total, si las podemos hacer fuera de temporada, pues hacemos más, ¡¡¡muchas más!!!
Bueno, pensé, "pues compro alguna chuche con envoltorio la próxima vez que vaya al super y la hacemos, así los tengo entretenidos", pero siempre que iba se me olvidaba pasarme por el lineal de las chuches. Siempre voy con prisa y cogiendo lo imprescindible porque no me gusta nada permanecer en el super más de lo estrictamente necesario. Vaya psicosis se me ha puesto con esto de la pandemia.
En fin, que la cosa se fue alejando y alejando... Hasta que el otro día vi unos huevos de chocolate de oferta en el pasillo central. A ver, que el destino salía a mi encuentro. ¡No se puede ignorar al destino! Doce huevos por 1 euro al carrito.
Vaya alegrón se llevaron los niños cuando los vieron. Y claro, ya no había excusa para no hacer la búsqueda del huevo. Aunque ya hayan pasado tantos días desde la Pascua. ¡Qué más dá! Si a este paso vamos a celebrar San Isidro en Navidad.
Así que procedí a esconderlos, pero lo hice con un poco de cabeza. A ver, a ver, para que cada uno encuentre exáctamente el mismo número de huevos y no haya peleas ni estrés ¿qué es lo mejor que puedo hacer? Escondes cuatro en el comedor y cuatro en el salón y repartir las zonas entre ambos niños jejejeje Y funcionó. Cada uno buscó en su sitio son prisas ni agobios porque sabía que todos los que estaban ahí eran para él y sólo para él.
Pero... ¿Y lo otros cuatro que faltan? Os preguntaréis. Pues para la mami y el papi que también les gusta el chocolate. ¡Obvio!
Al final pasaron un rato muy divertido y tienen postres para dos comidas y dos cenas. Fabuloso. Tanto que ya me están pidiendo otra búsqueda. Total, si las podemos hacer fuera de temporada, pues hacemos más, ¡¡¡muchas más!!!
sábado, 23 de mayo de 2020
El gato camaleón
Hace la torta de tiempo que no me paso por aquí, pero es que tampoco es que estemos haciendo nada reseñable. Los días pasan en una rutina aceptable con pocos sustos o sorpresas. Pero hoy Iván ha hecho algo que me ha hecho mucha gracia y lo pongo aquí porque mi blog es como mi libro de recuerdos. Seguro que me va a hacer mucha gracia leer esto cuando pase un tiempo.
Resulta que, estaba yo a lo mío, cuando el más pequeño de la casa vino a verme para enseñarme su última creación: el gato camaleón. Una ingeniosa manualidad que me ha hecho mucha gracias. Es una gato que se mimetiza con el entorno. Y para hacerlo no necesitamos hacer reacciones, ni mezclas, ni experimentos complicados. Sólo tenemos que hacernos con un papel y unas tijeras (y un lápiz para dibujar el contorno del animalito).
Paso a explicar el proceso:
1º- Dibujamos el contorno del animal (Iván se saltó este paso y lo hizo a pelo)
2º Luego recortamos el contorno del animal.
3º Recorremos toda la casa buscando fondos chulos para poner nuestro animal camaleón y sorprendernos con su capacidad absoluta de adaptación al entorno jajajaja
Pues la tontería nos ha dado para muchas risas. No creáis. Sobre todo cuando lo hemos mimetizado sobre el gato: gato camaleón sobre gato peludo. Que taaaan cuqui.
Resulta que, estaba yo a lo mío, cuando el más pequeño de la casa vino a verme para enseñarme su última creación: el gato camaleón. Una ingeniosa manualidad que me ha hecho mucha gracias. Es una gato que se mimetiza con el entorno. Y para hacerlo no necesitamos hacer reacciones, ni mezclas, ni experimentos complicados. Sólo tenemos que hacernos con un papel y unas tijeras (y un lápiz para dibujar el contorno del animalito).
Paso a explicar el proceso:
1º- Dibujamos el contorno del animal (Iván se saltó este paso y lo hizo a pelo)
2º Luego recortamos el contorno del animal.
3º Recorremos toda la casa buscando fondos chulos para poner nuestro animal camaleón y sorprendernos con su capacidad absoluta de adaptación al entorno jajajaja
Pues la tontería nos ha dado para muchas risas. No creáis. Sobre todo cuando lo hemos mimetizado sobre el gato: gato camaleón sobre gato peludo. Que taaaan cuqui.
jueves, 7 de mayo de 2020
Iqbal Masih. Lágrimas, sorpresas y coraje
En esta casa nos gustó tanto Los diarios de Tony Lynx, de Miguel Griot, que me pareció urgente indagar sobre la trayectoria literaria de este autor. La mala noticia es que no he encontrado otro libro infantil parecido para que lo devoren mis fieras con tanta ilusión como el primero (¡Necesitamos otra aventura de Tony Lynx urgentemente!).
Pero lo que sí tiene este autor es una preciosa novela juvenil sobre la esclavitud infantil para remover conciencias, despertar corazones y activar pensamientos críticos. Iqbal Masih. Lágrimas, sorpresas y coraje les recuerda lo afortunados que son por haber tenido infancia y la importancia que tienen los Derechos del Niño en el mundo.
Lo mejor del libro es que presenta muchísimos puntos de vistas para conformar un crisol de opiniones y formas de sentir sobre la figura principal, un niño que vivió la esclavitud infantil en su propia piel y que logró escapar de ella gracias, principalmente a su esfuerzo y fortaleza, aunque también con un poco de ayuda externa.
No contento con sólo haberse salvado a sí mismo, comenzó su cruzada personal para ayudar a otros niños menos afortunados. Las personas que les acompañan en su viaje están llenos de luces y sombras como todos los seres humanos y eso lo sabe reflejar muy bien el autor poniéndose en la piel de cada uno, utilizando diferentes expresiones, líneas de pensamiento, formas de hablar (a veces más cercanas al lenguaje oral que al escrito), etc. Hay quien obra mal con buena intención, quien hace lo que tiene que hacer aunque no sea fácil, quien rompe con todo, el que se deja dominar por el miedo, quien no ve más allá de los límites de su día a día, quien justifica sus actos, quien no... Y así, Griot, nos presenta una serie de testimonios que nos llevan a conocer a ese pequeño que se ha convertido en un símbolo internacional contra la explotación infantil.
Los capítulos, cortos, concisos y escritos con tantos registros diferentes hacen de esta lectura una experiencia amena, tierna e, incluso, desgarradora. Hay capítulos que nos arrancan sonrisas, otros lágrimas y algunos, rabia pura. Como bien reza el título, hay alguna sorpresa y mucho, muchísimo coraje en los actos de muchos de los personajes de la historia. Principalmente en Masih, que, a pesar de todo por lo que tiene que pasar, tiene unas ganas tremendas de vivir su infancia, reírse y jugar. Parece mentira, pero es un lujo que no todos podemos disfrutar.
Con la historia que nos ocupa los jóvenes tendrán una amplia visión de un tema candente que aún afecta a millones de niños en el mundo. Con su lectura es fácil que entiendan que la vida está llena de grises, pero que hay ciertos derechos que deberían ser intocables, aunque la realidad siga siendo otra. Ellos son los adultos que en el futuro podrán poner su granito de arena para dar más pasos hacia delante y no hacia atrás. También aprenderán que nunca hay un sólo culpable ni una única forma de ver las cosas. Entre los que permiten, fomentan y promueven la esclavitud infantil encontrarán factores y personas implicadas que ellos no esperarían, como el engranaje empresarial de su propio país. O ellos mismos, al adquirir un producto fabricado con manos infantiles.
La narración no esconde lo trágico de las circunstancias, pero tampoco se regodea en ello. Consigue ese punto en el que se habla sin tapujos, pero con un lenguaje cercano al lector al que va dirigido, el adolescente. Aún considerándola literatura juvenil, la recomiendo para todas las edades a partir de doce años. Personalmente, la he disfrutado mucho mientras la devoraba página a página... hasta las últimas que te dejan un sabor amargo... salpicado de esperanza.
La siguiente lectura que tengo en mi lista de este autor vuelve a cambiar totalmente el registro. Está dirigida para una público adulto, pertenece al género de la fantasía y se llama No pasarán Z. Me ha llamado la atención porque habla de una cuarentena en Madrid, aunque causada por otro tipo de virus muy diferente al coronavirus... Algo me dice que me va a gustar tanto como los dos de este autor que ya me he leído.
Pero lo que sí tiene este autor es una preciosa novela juvenil sobre la esclavitud infantil para remover conciencias, despertar corazones y activar pensamientos críticos. Iqbal Masih. Lágrimas, sorpresas y coraje les recuerda lo afortunados que son por haber tenido infancia y la importancia que tienen los Derechos del Niño en el mundo.
Lo mejor del libro es que presenta muchísimos puntos de vistas para conformar un crisol de opiniones y formas de sentir sobre la figura principal, un niño que vivió la esclavitud infantil en su propia piel y que logró escapar de ella gracias, principalmente a su esfuerzo y fortaleza, aunque también con un poco de ayuda externa.
Fuente: Wikipedia |
Los capítulos, cortos, concisos y escritos con tantos registros diferentes hacen de esta lectura una experiencia amena, tierna e, incluso, desgarradora. Hay capítulos que nos arrancan sonrisas, otros lágrimas y algunos, rabia pura. Como bien reza el título, hay alguna sorpresa y mucho, muchísimo coraje en los actos de muchos de los personajes de la historia. Principalmente en Masih, que, a pesar de todo por lo que tiene que pasar, tiene unas ganas tremendas de vivir su infancia, reírse y jugar. Parece mentira, pero es un lujo que no todos podemos disfrutar.
Con la historia que nos ocupa los jóvenes tendrán una amplia visión de un tema candente que aún afecta a millones de niños en el mundo. Con su lectura es fácil que entiendan que la vida está llena de grises, pero que hay ciertos derechos que deberían ser intocables, aunque la realidad siga siendo otra. Ellos son los adultos que en el futuro podrán poner su granito de arena para dar más pasos hacia delante y no hacia atrás. También aprenderán que nunca hay un sólo culpable ni una única forma de ver las cosas. Entre los que permiten, fomentan y promueven la esclavitud infantil encontrarán factores y personas implicadas que ellos no esperarían, como el engranaje empresarial de su propio país. O ellos mismos, al adquirir un producto fabricado con manos infantiles.
La narración no esconde lo trágico de las circunstancias, pero tampoco se regodea en ello. Consigue ese punto en el que se habla sin tapujos, pero con un lenguaje cercano al lector al que va dirigido, el adolescente. Aún considerándola literatura juvenil, la recomiendo para todas las edades a partir de doce años. Personalmente, la he disfrutado mucho mientras la devoraba página a página... hasta las últimas que te dejan un sabor amargo... salpicado de esperanza.
La siguiente lectura que tengo en mi lista de este autor vuelve a cambiar totalmente el registro. Está dirigida para una público adulto, pertenece al género de la fantasía y se llama No pasarán Z. Me ha llamado la atención porque habla de una cuarentena en Madrid, aunque causada por otro tipo de virus muy diferente al coronavirus... Algo me dice que me va a gustar tanto como los dos de este autor que ya me he leído.
lunes, 4 de mayo de 2020
Regalacuento y su cuento personalizado gratis para toda la clase (Ahora Duendeo)
ACTUALIZACIÓN: Regalacuento ha cambiado de nombre. Tenían uno muy bonito, pero ahora tienen otro aún más ilusionante y simpático: Duendeo.
Lo que no cambiado es la calidad de sus cuento personalizados. Bueno, sí. Ha aumentado, si cabe.
Si estáis buscando un regalos personalizado, mágico y muy especial echad un vistacito a su web. Seguro que os sorprenden gratamente.
FIN DE LA ACTUALIZACIÓN.
Aunque sea con la sombra de la cuarentena, durante los dos primeros trimestres nuestros hijos han tomado y dejado mucho de ellos mismos en las aulas de su colegio y un documento que recoja esas vivencias se convertirá en uno de sus más valorados tesoros. Eso, y las ganas de tener un detalle con los que hacen posible que abran sus horizontes de conocimiento y pensamiento crítico con mucho, muchísimo, esfuerzo, tanto en los colegios como ahora desde las casas de cada uno, convierten el regalo de los chicos de Regalacuento en un auténtico tesoro: un cuento soñado entre toda la clase. Un cuento que lleva por título "Mejores amigos" y que vamos a poder disfrutar completamente gratis en su versión digital, descargable en PDF.
Como me acuerdo de las fantásticos personajes que nos encontramos en la fiesta del cuento de Regalacuento. Sobre todo de Fabulón, un duende entrañable que se encarga de la gestión de sueños especiales para plasmarlos en libros recuerdo aún más especiales. Como el que nos regalaron en aquella ocasión en el que todas las blogueras allí reunidas ya habíamos soñado que nos conocíamos. ¡Que bonito!
¿Y a santo de qué viene todo esto? Seguro que os estáis preguntando (o no). Pues porque Fabulón nunca para de entretejer ilusiones y fantasías para hacernos felices y en esta ocasión, a él y a los chicos de Regalacuento, se les ha ocurrido una idea fabulosa para que este fin de curso no sea triste y solitario por culpa de la crisis de coronavirus.
Puede que los niños tengan que estar en casa para ayudar a acabar con la cuarentena lo antes posible y que los colegios estén tan inusualmente tristes y silenciosos, pero los sueños y la ilusión de los peques siguen ahí: en los ecos de sus juegos, en los susurros de respuestas contestadas (bien, mal y regular), en las reverberaciones de sus risas, sus gritos y sus ocurrencias. En las pinturas, collages, manualidades y carteles con firmas infantiles expuestos en paredes y pasillos. En las lecciones de los maestros que enseñan y aprenden día a día para dar lo mejor de sí mismos en todo momento... Y en un millón de preciosos detalles más.
Vamos a recoger todo eso recorriendo con la imaginación los pasillos y las aulas, ahora vacíos, y vamos a plasmarlo en una maravilloso cuento en el que todos los niños y sus maestros sean los protagonistas absolutos. Un libro hecho de lazos fuertes y semillas que se van sembrando cada día y que seguramente darán lugar a fuertes raíces. Cuando lo ojeemos dentro de unos años nos devolverá los recuerdos buenos y las sonrisas más bonitas de este curso. Y todo gracias a que regalacuento nos lo regala en digital y PDF.
¿Lo quieres? ¿Quieres poner luz y alegría a la clase de tus peques? Pues puedes empezar pinchando en el enlace en el que comenzaremos a construir este retazo de recuerdo imborrable...
Como me acuerdo de las fantásticos personajes que nos encontramos en la fiesta del cuento de Regalacuento. Sobre todo de Fabulón, un duende entrañable que se encarga de la gestión de sueños especiales para plasmarlos en libros recuerdo aún más especiales. Como el que nos regalaron en aquella ocasión en el que todas las blogueras allí reunidas ya habíamos soñado que nos conocíamos. ¡Que bonito!
¿Y a santo de qué viene todo esto? Seguro que os estáis preguntando (o no). Pues porque Fabulón nunca para de entretejer ilusiones y fantasías para hacernos felices y en esta ocasión, a él y a los chicos de Regalacuento, se les ha ocurrido una idea fabulosa para que este fin de curso no sea triste y solitario por culpa de la crisis de coronavirus.
Puede que los niños tengan que estar en casa para ayudar a acabar con la cuarentena lo antes posible y que los colegios estén tan inusualmente tristes y silenciosos, pero los sueños y la ilusión de los peques siguen ahí: en los ecos de sus juegos, en los susurros de respuestas contestadas (bien, mal y regular), en las reverberaciones de sus risas, sus gritos y sus ocurrencias. En las pinturas, collages, manualidades y carteles con firmas infantiles expuestos en paredes y pasillos. En las lecciones de los maestros que enseñan y aprenden día a día para dar lo mejor de sí mismos en todo momento... Y en un millón de preciosos detalles más.
Vamos a recoger todo eso recorriendo con la imaginación los pasillos y las aulas, ahora vacíos, y vamos a plasmarlo en una maravilloso cuento en el que todos los niños y sus maestros sean los protagonistas absolutos. Un libro hecho de lazos fuertes y semillas que se van sembrando cada día y que seguramente darán lugar a fuertes raíces. Cuando lo ojeemos dentro de unos años nos devolverá los recuerdos buenos y las sonrisas más bonitas de este curso. Y todo gracias a que regalacuento nos lo regala en digital y PDF.
¿Lo quieres? ¿Quieres poner luz y alegría a la clase de tus peques? Pues puedes empezar pinchando en el enlace en el que comenzaremos a construir este retazo de recuerdo imborrable...