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sábado, 18 de septiembre de 2010

¿Futuro matón de guardería? Espero que no


Lo que me temía. No ha pasado mucho tiempo desde que Daniel empezó a morderme todos los días y ya se ha extendido su afición a los compañeros de guardería. Ayer le metió un mordisco a su compañeros de juegos en el parque y hoy le ha tocado a su vecino de cuna. Ya no sé que hacer. Le riño, me pongo muy seria, incluso le doy un toque brusco en la boca para que le quede bien claro que eso que hace está mal, pero Daniel se ríe de mi y sigue a lo suyo. A veces incluso insiste e insiste en seguir hincándome el diente.

Espero que no se convierta en el típico matón de guardería. Hace unos días arañó la cara de una niña. Creo que va por mal camino. Una cosa es defenderse y otra atacar sin provocación. En mi entorno cuento la situación preocupada y hay detractores y defensores. Unos dicen que es una costumbre malísima que hay que corregir como sea y otros que ¡A ver que le estarían haciendo esos niños a él! Desde luego su compañerito de juegos en el parque nada. Doy fe porque yo estaba allí en ese momento. Eso sí, un poco después Daniel se tropezó, se cayó al suelo y Hugo aprovechó para pisarle la cabeza. Así son los bebés. Se quieren mucho y lo demuestran a tortazos. Hugo y Daniel hace aspavientos de alegría cuando se ven (en la guardería no están en la misma clase) y enseguida se quieren dar manotazos el uno al otro. Da risa verlos.

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