Al pequeño de la familia le está costando muchísimo despegarse de las faldas de mamá. Las profesoras me comentan preocupadas que es increíble el ataque de nervios que le da cuando me ve desaparecer por la puerta y que no para de llorar hasta que me ve de nuevo.
Los primeros tres días lo llevé de 9.30 a 11.45, la siguiente semana (coincidiendo con la adaptación de Daniel) lo he estado llevando hasta la una. Pero ya la próxima tiene que empezar hasta las 16.30 digan lo que digan las profesoras. El mayor empieza la jornada de nueve a una y yo tengo que sacar tiempo para buscar trabajo de algún lado.
Vamos a ver cómo evoluciona mi bebé. Yo estoy sufriendo por él como una loca. El tiempo que pasa en casa no paro de abrazarle y darle besitos. En realidad no sé si empeoro o no la situación, pero el chiquitín está encantado con los mimos de su madre y eso es lo importante.
Hacen lo que quieren con nosotras...
ResponderEliminarMadre mía pobrecillo!!! Pero vamos que me das más pena tú!!! ya veras como en breve va encantado!!! Un besazo y ánimo
ResponderEliminarufff!!! qué mal!!! pobrecito...y pobrecita tu!!!!! haces muy bien en no paarr de abrazarle y besarle...eso nunca nunca puede ser malo!!!! todo lo contrario...mejor nos iría si todos nos abrazásemos más.......espero que prnto se le pase que sea la adaptacion...aun es pronto......si no.......malooooooo
ResponderEliminaraiss pobre,espero que pronto se le pase y se acostumbre
ResponderEliminarAl final se acostumbrara, no te preocupes.
ResponderEliminarCreo que ya se está acostumbrando, pero a mí lo que me dejaría tranquila es que fuera contento al cole y que le gustara como me pasaba con su hermano. Supongo que cada niño es diferente, pero estando en paro me siento un poco culpable. Tampoco es que pare. Y, lo ciert es que estoy buscando trabajo activamente, pero cuando veo que se queda llorando me entra una congoja...
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