El parque da lugar a miles de situaciones divertidas y emocionantes para niños pequeños. El otro día, sin ir más lejos, Iván descubrió un precioso perrazo negro jugueteando en el cesped que rodea los columpios. Ni corto ni perezoso se abalanzó sobre él sin que tuviera tiempo ni a darme cuenta de lo que pasaba. Afortunadamente, el perro era de los más amigable y la dueña estaba al lado para evitar que el animalito pisara o atropellara accidentalmente al bebé.
A raíz del pequeño incidente, Daniel y todos sus amigos repararon en la presencia canina y hubo toda clase de reacciones. Algunos salieron corriendo en dirección contraria dando alaridos de terror, otros imitaron a los primeros pero más que alaridos emitían carcajadas de júbilo, otros se acercaron a acariciar al perro con precaución, los más se acercaron a lo bruto y unos pocos intentaron pegarle con palos.
Las mamis pusimos orden enseguida. Explicamos a los niños que a los animales hay que tratarles con cariño y no jugar a las guerras cómo hacen ellos con sus amiguitos, que no había que tener miedo, pero que sí precaución (nunca se sabe si el can está "enfadado" o "contento").
El perrazo mientras tanto daba botes a nuestro alrededor moviendo el rabo. En un momento de despiste le arrebató el palo que estaba usando como espada a mi hijo. El niño se enfadó muchísimo e intentó quitárselo sin éxito, ya que el animalillo pensaba que estaba jugando y no soltaba su presa. Con miedo por si acababa hincándole un diente por accidente obligué a Daniel a renunciar al palo. "¡¡No quiero compartir, no quiero compartir!!" chillaba mi primogénito. Y eso que hay palos para aburrir en ese parque.
El perrito, al ver que ya no tiraba del palo, se lo dejó a los pies, con los que el chiquillo lo agarró y salió corriendo. Evidentemente, el animal corrió tras él alegremente, con lo que hubo una nueva estampida de niños entre asustados y encantados.
Finalmente logré que entendiera que lo que quería su compañero de juegos peludo era que le tirara el palito de las narices. ¡Y se lo tiró a la cabeza! menos mal que el animal tenía buenos reflejos y lo cogió en el aire. La cosa cada vez fue a mejor y los peques, ansiosos por jugar, respetaban los turnos para tirar el palo. El perro se lo estaba pasando bomba.
Daniel se cansó pronto y se fue a luchar contra los malvados árboles que querían invadir el parque (una historia que le conté para que los niños dejaran de hacer lucha de espadas entre ellos). El pobre Iván enarbolaba un palito raquítico delante de lo morros caninos intentando llamar su atención infructuosamente. Tras una larga persecución ramita en mano, desistió y se conformó con acariciarle bajo mi atenta supervisión.
Cuando el perro se tuvo que ir lo niños se apenaron mucho y se quedaron un buen rato diciéndole adiós con la mano. Todos, menos Daniel, que seguía con su lucha arbórea.
jeje lo que le gustan a los niños los animales! la mía se vuelve loca con perritos,gatos y caballos,pero claro como tú dices hay que tener cuidado..son animales y no se sabe como pueden reaacionar.
ResponderEliminarOye te queria preguntar por Gina de mamibúho..sabes algo de ella? me tiene preocupada,cerró el blog = (
Un besazo!!
Hola guapa,
EliminarTe cuento el caso de Gina. Era una chica de 23 años que se inventó una vida y la plasmó en un blog. Me temo que cometió el error de publicar fotos ajenas y tuvo que borrar todos los perfiles. O eso cuentan por las redes. En realidad, parece ser que no tiene ningún hijo. Y desde que borró el blog y aparecieron acusaciones más o menos virulentas contra ella no he vuelto a saber nada.
Muchos besos
Qué pena que haya niños que les pegan a los animalitos o les hacen daño. Por suerte, los tuyos no son así. Besotes!!!
ResponderEliminarTodos los niños tienden a estrujar al pobre animal que se les cruza por el camino, por eso los papis tienen que estar muy atentos y salvar al peludito de sus garras infantiles.
EliminarQué listos son los animales!!
ResponderEliminarUn besazo guapa!
Jessica,TEN IMAGE
Éste perrazo se metió un poco en la boca del lobo. Menos mal que estábamos los padres para salvarle de las garras de los pequeñajos jajaja
Eliminarq mal lo de mamibúho, ya leí algo por ahí.
ResponderEliminarme encanta q los niños adoren a los animales :D
besos
A mí también. Los niños y los animales protagonizan muchas anécdotas maravillosas.
Eliminarno me lo puedo creeer!!! = o
ResponderEliminarEste mundo cada día me da más "miedo"
no tengo palabras...y yo pensando en que le había pasado algo malo al bebé que speraba = 0
A mí mas bien me da penita.
EliminarMe parto imaginando a tus peques: uno en su mundo luchando con los árboles (igual de crédulo que yo) y el otro con el palo raquítico intentando atraer al perro... que cuadro jajajaja si es que cada uno a lo suyo y es lo mejor.
ResponderEliminarBesotes.
Es que lo de la guerra arbórea es algo muy serio jajajaja Menos mal que Daniel nos defiende. Y el pobre Iván es demasiado pequeño para llamar la atención de un perrazo tan grande, menos mal que tiene alguno pequeño en su entorno que le hace más caso jejeje
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