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sábado, 13 de febrero de 2016

Libera tu ira

Últimamente Iván está muy perretoso. Por cualquier cosa te la monta. Y no estamos hablando del típico berrinche de llorar y convulsionarse a partes iguales. Él las tiene en frío. Muy serio te dedica palabras poco halagüeñas como "maldita mamá" mientras se desnuda, te pega o tira o rompe algo conscientemente.

Si le riñes o castigas es cuando empieza la perreta tradicional de berreo desesperado y puñetazo limpio. Estamos hablando de un ataque de ira cada vez que se le contraria aunque sea mínimamente. "Cariño, se acabó el tiempo de tele. ¿A qué quieres jugar?" ceño fruncido, comienza la tormenra. "Cielo, recoge los juguetes que vamos a cenar" le tiembla el labio, prepárate para lo peor. "Venga Iván, que llegamos tarde al cole" mirada colérica, estás perdida. Y así hasta el infinito.

Es una situación simple y llanamente inaguantable. Tanto que me acabé desahogando en twitter y Whatsapp uno de esos días que crees que vas a acabar ahogándolo. recibí mucho apoyo, comprensión y consejos realistas de mamis que están o han pasado por lo mismo que yo. Y eso se agradece. Mención especial a López de Equilibrium, que es una profesional maravillosa y que se ofreció a escucharme y dame unas pautas que seguir. Que alivio porque, la verdad, es que ya me encontraba en un callejón sin salida y muy muy perdida.

Entre todos los consejos que me dieron sobresale uno, que es el más lógico, pero también el más difícil: habla con él. Para empezar es muy pequeño para expresarse en términos tan abstractos y para terminar creo que algo le molesta, pero que él tampoco está seguro de qué es ese algo. Yo misma he estado en esa situación. Me siento triste, angustiada, nerviosa... pero no sé exactamente el motivo. No puedo evitar torcer el gesto ante cualquier tontería, pero no hay ningún motivo evidente.

He hablado con él mil veces y no he sacado más en claro que me odio, odia el cole, odia dormir, odia el parque, odia comer... Y no le sacas de ese bucle.

Pero de repente, me llamó la atención un comentario que creo que me hizo Maider, de Charlando en el patio: "A mi hija, cuando se enfada, le digo que golpee un cojín y le viene muy bien". ¡Que interesante! Voy a mezclar varias tácticas.

Aproveché que el mayor estaba en estudio dirigido y le pregunté al pequeño por qué últimamente estaba triste o enfadado. Me miró sin comprender y me contestó: "Estoy contento". Siempre está enfadado y justo en ese momento... En fin, que no tenía otro momento para hacerlo, así que seguí adelante.

"Iván, vamos a hacer un juego para conocer por qué te enfadas tanto últimamente, aunque ahora estés contento", le expliqué. "El primer paso es sacar toda nuestra ira de dentro, así que he traído al salón los dos cojines gigantes que tenemos y vamos a golpearlos mientras decimos por qué le pegamos. Empiezo yo. ¿Vale?". El peque no entendía mucho de lo que le había dicho, pero la frase "golpear cojines" le había encantado. Así que empezamos: "Te pego porque quiero dormir más y no puedo" dije yo mientras descargaba una torta el pobre cojín. Iván tomó nota y se animó enseguida: "Te pego porque nadie hace lo que yo quiero, te pego porque no me compran todo lo que quiero, te pego porque todos son unos mandones, te pego porque quiero más juguetes y no me los dan..." Mas que tristeza, lo que estaba notando en el niño es impotencia por no poder imponer su voluntad.

Cuando se cansó de decir motivos, se dedicó simplemente a golpear el cojín y tirarlo por los aires muerto de la risa. Cuando también se cansó de eso le pregunté: "¿Ya hemos sacado todo nuestros enfado e ira de nosotros?", "Síiiiiiiii" contestó dando brinquitos. "Pues ahora viene la segunda parte de la actividad", le puse un folio dividido por la mitad con una línea y un lápiz delante y le pedí que en un lado, el que quisiera dibujara lo que le hace enfadarse o estar triste y en el otro lo que le alegra o le hace feliz. Yo hice lo mismo en otro folio.

"Me pone triste que me den puñetazos" aseguró lo primero. Y dibujó un puño. "A mí también" le dije. Y le dibujé pegándome en una de sus perretas mientras yo le abrazaba. Mientras dibujábamos íbamos explicando nuestros trazos. A Iván le ponía triste no tener todos los juguetes que quiere, verme llorar, que aplasten a nuestro gato... Y le hace feliz acariciar al gato, gritar, el chocolate...

10 comentarios:

  1. Voy a probar lo de los cojines. Creo que lo ando necesitando. Yo no soy de montar en cólera pero tengo mucha tensión acumulada. Un besote!!!

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    1. A mí me vino de lujo, pero me cansé enseguida jajaja
      Es que requiere bastante esfuerzo y yo ya estoy mayor XD

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  2. Yo lo de los cojines lo hago también porque esa ira hay que sacarla por algún lado así que le digo que le de puñetazos a los cojines o a la cama. Me alegro que hayas encontrado una vía de escape para tu peque. Un besito guapa.

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    1. A mí no me gustan que la emprendan a golpes con nada, pero entiendo que por algún lado tiene que salir ese sentimniento y. al menos al cojín no le suele.
      Muchas gracias!

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  3. Madre mía, que situaciones tan malas. Suerte de poder contar con tan buenos consejos y herramientas. Esa dinámica me parece muy buena y deberíais colocar en un sitio visible lo que os pone contentos y felices para recurrir a ello en caso de necesidad.
    Besos

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    1. La verdad que esto de la comunidad de madres es maravilloso. Sirve de terapia, de ayuda...
      Me encanta tu idea de dejar el folio en un lugar visible. repetiré la actividad con el mayor y haremos eso. Gracias!

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  4. Dàcil, no te agobies que son rachas pero haces bien poniendo medios y herramientas en tiempo y no dejarlo pasar, porque irían a màs. Me ha gustado mucho màs lo del papel que lo del cojín, no sea que relacionen golpear el cojín con màs violencia ,que para mí es un recurso màs, pero los niños no sè.
    Algo que yo hice en su día fue utilizar la balanza del perchero con dos vasitos, y les dije que pusieran en un vasito las cosas que tenían por las cuales sentirse contentos y en otro vasito ponían las cosas que segùn ellos carecían, escritos en papelitos pequeños que luego doblaban y guardaban en los vasitos. Al final la balanza se inclinaba por todas las cosas que Tienen.
    El es pequeño aùn para comprender que es un afortunado primero por tener a mama y papa que hay muchos huerfanos por el mundo, segundo de tener salud,techo y comida. Estos son los argumentos que yo he dado a los míos siempre y desde pequeños, así que cuando había un capricho por medio o lo que sea les decía: Oh, què gran dilema el tuyo escoger una película de cine,mientras ahora mismo hay millones de niños muriendo de hambre!! Y remedio santo!...calladitos se quedaban.
    Como ellos no tienen estos problemas a veces piensan que no existen pero yo a los míos les he llevado a ayudar y a realizar labores de voluntariado en distintas partes para que vean otra realidad bien dura, te digo que esto es lo que hace a los niños ser màs considerados en su comportamiento .
    Y...Tòmate un día libre para tí!!!.

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    1. Sí, eso necesito. Un día libre jajaja. Pero ahora con el trabajo, casa, niños y blog es misión imposible. Aunque, bien mirado, el blog es tiempo para mí. Porque lo hago como hobby :D
      A mí tampoco me gusta que le den de tortas al cojín, pero de alguna manera tienen que sacar toda esa rabia que se les va acumulando por no poder hacer lo que les venga en gana. Tendré que darles más charlas de concienciación. Muchas gracias!!

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  5. Me parece una técnica muy buena, pero que dependiendo del niño/a y de su edad de maduración puede salir bien o no, pero lo mejor es probar esta claro, si no sale bien pues probamos otras cosas. Mucho ánimo, es una etapa más.

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    1. Pues gracias por advertirme. Pensé que sacando lo que tenía dentro se controlaría mejor, pero que vá. Me ha recomendado Sonia López que haga la técnica de "En esta casa" en laque él niño pone tres o cuatro normas él y luego debería cumplirlas. Lo que pasa es que se necesita tranquilidad para hacerlo y estoy esperando a semana santa. Lo de este chiquillo es increíble. Me la monta día sí y día también. Y Daniel últimamente también. Necesitan vacaciones, aunque sean inconciliables

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