Páginas

viernes, 12 de agosto de 2016

Rol con niños de Nosolorol

Durante las jornadas de Tierra de Nadie se hicieron muchas charlas a cual más interesante. Yo me metí en una que llamó poderosamente la atención: Rol para niños, organizada por Nosolorol. En la descripción ponía que tras la charla cabía la posibilidad de montar alguna partida y allí que me presenté con mis churumbeles. La verdad es que se portaron genial y aguantaron toda una charla para adultos tranquilamente sentados en su silla... con mi móvil en la mano, ejem. De vez en cuando podía rescatarlo para tuitear algo, pero no fue fácil.

La charla la daban Ignacio Muñiz, Responsable de Acción comercial de Nosolorol, y Roberto Alhambra, un maestro con inquietudes que apuesta por los juegos de rol para motivar a sus alumnos para aprender con facilidad de una forma muy divertida. El primero nos presentó los juegos de rol como una actividad que no tiene edad. De hecho, los niños comienzan a jugar al rol desde muy pequeñitos cuando viven sus aventuras como bomberó, papá o mamá, enfermero, hada, mago... No tiran dados, pero las bases son las mismas.


Nos aconsejó comenzar desde temprana edad con cuentos juegos en los que el niños sea el protagonista y en los que, en un momento dado, nos dirijamos directamente a él para preguntarle: "¿Y ahora que haces?". Su recomendación fue no forzar nunca al peque a jugar si no le apetece y adecuar siempre las reglas a su edad. Está claro que un niño pequeño que no sabe contar hasta tres no va a entender por qué es tan maravilloso que salga la cara del dado con seis puntitos, ni por qué todo sale tan mal cuando sale la de un punto. Los niños juegan al rol de forma natural y tenemos que adaptarnos a ellos y a su desarrollo.

Para los chiquillos lo mejor de los juegos es que participen papá y/o mamá. No es cuestión de: "Aquí tienes el juego. ¡Ale! A jugar". Sino de sentarse con ellos y vivirlo desde su mirada y la ilusión que ponen en todo lo que hacen. Es toda una experiencia. Doy fe de ello. Yo me he sorprendido gritando como una loca: "Un seis, un seeeeeeis" coreada por mis hijos. O discutiendo acalorada con mi marido: "¿Que me he muerto? ¿Cómo que me he muerto? ¡¡Pero que juego es este!! Me revives ahora mismooooo".

Por su parte, Roberto Alhambra, nos habló de su asombroso proyecto educativo basado en un juego de rol La tumba del faraón, que engloba todas las asignaturas de quinto de primaria: desde plástica a lengua, matemáticas, pasando por sociales y naturales... ¡Completísimo! Los niños aprenden casi sin darse cuenta. Además, con sus logros en la aventura pueden pasarse por la tienda del un duende que sólo habla en inglés a comprar maravillosos objetos o poderes que sirven tanto para mejorar su personaje como para conseguir privilegios en clase. Por ejemplo: el reloj de arena para el tiempo en lso exámenes y su poseedor gana 20 minutos más, el mapa mundi permite sacar el libro que elija el alumno durante un examen cinco minutos, la piedra de amon ra, dios del sol, hace que se pare el astro rey y que se pueda entregar un trabajo un día más tarde al de la fecha límite... Y así un montón de detalles que motivan al alumno a seguir investigando, indagando y estudiando para llevar la aventura a buen fin. También nos contó que tiene otra aventura de rol didáctica en el espacio, pero esa aún no la he encontrado en la inmensidad de internet. Dadme tiempo.

La charla estuvo tan bien que el tiempo de preguntas se alargó demasiado y nos quedamos sin demostración práctica. Una pena porque me hubiera encantado echar una partida de prueba, pero es que el tema daba para un debate muy largo que excedía con mucho el tiempo fijado para la actividad. De todas formas, en casa tenemos un máster excelente que nos pone a jugar en cuanto saca el hueco para prepararnos una aventura en condiciones. Así que nos sale la práctica rolera por las orejas.

3 comentarios:

Me encanta saber lo que piensas.