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martes, 26 de febrero de 2019

Cuentacuentos de Dragon Ball y relatos africanos en Akira Cómics

Siempre que podemos nos apuntamos a los cuentacuentos de Akira Cómics. Son los únicos a los que mis hijos van con una sonrisa de oreja a oreja y que no consideran para "bebés" (Pues sí, están ese etapa de desprecio hacia todo lo considerado para peques, como si ellos no fueran peques... entre otras etapas, todas la mar de irritantes). Pero claro, los cuentos de Akira no son para peques, según ellos. No importa que asistan hasta bebés. Cuando algo les gusta hay que obviar todo lo que vaya en contra de sus argumentos. Dejemos que sean felices... Aunque yo os digo que son para todas las edades de 0 a 100. Porque lo padres también participa. Este fin de semana había padres fans de la serie de Akira Toriyama que gritaban más que los niños para responder a las preguntas de la cuenta cuentos. Algunas eran para expertos, porque a ver ¿Quien libera a Piccolo de la olla? ¿Cómo se llama el abuelo de Goku? ¿Cual es el nombre de chico que se queda sin pescado gigante porque se lo come Goku? Ni idea, pero había entre el público quien se las sabía todas.

Así que ahí estábamos todos debatiéndonos entre las lágrimas por las muertes de Krillin y Muten Rōshi y las risas por las locuras de Goku, que esta vez se las hacen pasar canutas, no os creáis. Tras el emocionante relato de las aventuras de la serie de Dragon Ball empezó la sesión de cuentos del mundo. En esta ocasión le tocó el turno al continente africano.

Con el primer cuento nos partíamos, se llama ¡Hombre de color! Y es genial. Se basa en cómo le explica un niño negro a otro blanco por qué es tan ridículo que le llame hombre de color cuando el único que cambia de color es él: Rosa al nacer, azul cuando tiene frío, rojo cuando toma el sol, verde cuando tiene miedo... Mientras que él siempre, siempre, siempre es de color negro. Buenísimo y muy recomendable.

El siguiente cuento fue también muy divertido porque el público tenía que contarlo a partir de unas imágenes como si fueran jeroglíficos egipcios y a veces nos tenían que ayudar porque, o no nos poníamos de acuerdo o no teníamos muy claro lo que significaba la imagen. Y eso que no podían ser más sencillas ¡Vaya risas nos echamos!

Como ya llevábamos demasiado tiempo sentados y aquí saben que los niños son muy fan del movimiento los levantaron a todos para enseñarles a bailar el waka waka. ¡Oye! Lo pillaron enseguida y ahí estaban dándolo todo. Algunos padres usamos la excusa de habernos convertido en porta abrigos para seguir sentados tranquilitos. Por cierto, que, después de tanto tiempo, acabo de descubrir el enorme perchero que tienen en un ladito.

Tras la gimnasia les contaron cosas muy interesantes sobre el continente, como el tema de los cazadores furtivos, de los piratas modernos o la esclavitud de niños y mujeres en las minas de coltán y diamante. Los niños agradecen mucho que se les hable de lo que pasa en el mundo de una forma relativamente realista y que no les tengamos metidos demasiado tiempo en la burbuja en la que todo es blanco y amable. Daniel salió del cuentacuentos echando pestes contra los cazadores furtivos (curioso que empatice más con ese tema que con el de la esclavitud infantil. Supongo que no se hace a la idea aún de la magnitud de lo segundo).

A mí el cuento que más me gustó fue el que hablaba de la cooperación para ser feliz. A ver si se les queda algo a estos fieras del mensaje. Eligieron a siete voluntarios, los pusieron en una esquina y les dijeron que tenían que correr hacia una cesta de fruta y el que llegara el primero se la quedaba. Evidentemente, se dejaron la piel para llegar los primeros porque eran españoles y no lo niños del cuento que vino a continuación, en el que los siete niños se dieron la mano para llegar juntos a la cesta de fruta y compartirla.

Y llegó el momento del último, el tiempo pasa volando cuando lo pasas bien. Me pareció precioso, pero no sé si los peques llegaron a entenderlo bien. Se llama: Osito, la vieja jirafa y el muro de piedra. Habla sobre alimentar la ilusión de los niños para hacerlos felices.

Se lo curran muchísimo para hacer unos cuentacuentos muy interesantes y divertidos.

Si os queréis apuntar sólo tenéis que rellenar un cuestionario en su web para suscribiros a la lista de correo. Por cierto, que han puesto en marcha un club de lectura para que los niños aprendan lo divertido que es leer cuando se hace bien y con gusto que tiene muy buena pinta. La rabia es que a nosotros nos coincide con extraescolares de los peques. ¡Ya es mala suerte!




2 comentarios:

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