Páginas

jueves, 21 de febrero de 2019

El zoo en invierno

Cada vez estoy más segura de que el momento más maravilloso para ir a los parques que se incluyen en el bonoparques es en invierno.

No tendrán todas las atracciones abiertas, pero se va con una calma, una tranquilidad...

En el zoo nos pasó lo mismo que en el parque de atracciones, que se estaba de lujo sin las masificaciones de los días más cálidos.

Lo cierto es que este lugar ha dado un giro de 180 grados desde que fuimos la última vez. Y quien haya tenido la idea se merece todas las felicitaciones del mundo.

Ahora hacen mucho hincapié en el cuidado de las especies que habitan en este recinto. Sobre todo aquellas, que forman parte de los típicos espectáculos.

Los niños alucinan con las evoluciones de los leones marinos y delfines mientras aprenden a qué peligros se enfrentan en su estado de libertad. Básicamente, el mayor peligro es la humanidad, que somos los mayores generadores de contaminación y basuras. Además de ser los depredadores más temibles del planeta. ¡Si es que lo tenemos todo!

Me parece genial que desde el zoo pongan su granito de arena para la educación medioambiental de los niños. Aunque en realidad sepamos que son un ejemplo más del egoísmo de los seres humanos. Si no somos capaces de conservar la naturaleza que nos rodea, encerrémosla en un gheto y atendamos sus necesidades primarias para conservarla como si estuviera en un museo. Un museo vivo que las personas visitamos para ver sin salir de la ciudad lo que no podemos ver en su hábitat natural.

Pero esto no se lo voy a decir a los niños que van con toda su ilusión inocente señalando animales y flipándolo. Hay temas que es mejor que vayan descubriendo en su momento. Y sus mentes no manejan tantos conceptos abstractos como para formarse una opinión crítica tan compleja. Ya me los estoy imaginando: "A ver mami. ¿Me estás diciendo que en tu opinión la humanidad es la peor enfermedad de este planeta? ¿O sea que yo soy algo así como un virus? Moooola". Pobres, si es que es imposible que sigan mi línea de pensamiento en este tema con los conceptos que manejan.

Yo con que se queden con el mensaje que les estaban transmitiendo en cada esquina de que hay que cuidar al planeta y ser respetuosos con la naturaleza me conformo. Ya tendrán tiempo de ir descubriendo las barbaridades que somos capaces de perpetrar e ir formándose su propio criteria al respecto. Que apostaría la cabeza que no va a tener nada que ver con el mío.

Madre, mía, que radical me está quedando este post. Y no era mi intención. Si es que últimamente me puede el cansancio y veo las cosas menos luminosas que de costumbre. Ya vendrán días mejores (en cuanto duerma un par de día seguidos ininterrumpidamente jajaja).

Pero vamos a ver que me disperso. Ver las maravillas del mundo animal, aunque sea en una jaula, es sorprendente. Y más a los ojos de los niños. En cada cartel te indicaban el grado de peligro de extinción del animal. Uno de los que vimos sólo sobreviven en cautividad. Los niños aceptaron el dato como algo curioso, pero a los adultos nos dio mucha pena.

Lo que más nos alucinó fue el acuario. Podríamos haber estado horas dentro viendo evolucionar a las especies que alberga. Sobre todo en la pecera de las medusas. Te hipnotizan y cuando te quieres dar cuenta los minutos han volado. ¡Hay tanta información interesante que descubrir! Y tantas escenas alucinantes que presenciar...

Otro lugar que suele tener mucho éxito con mi prole es la granja. Sobre todo por las cabritas, entre las que te puedes mezclar y acariciar... si te atreves. Porque mis churumbeles no quisieron ni darles de comer lo que un señor nos dejó por haber tenido una experiencia similar con su churumbel. Y es que esas dentaduras dan respeto. Pero vamos, quien les ha visto y quien les ve. En otras ocasiones había que agarrarles para que no las agobiaran con tanto sobeteo. Se ve que se hacen mayores y algo de sentido común se les mete en sus cabezas. Me parece genial que se hayan vuelto más prudentes.

Sólo estuvimos unas horas por la mañana y luego nos fuimos a comer a casa. Es lo bueno del bonoparques, que ya volveremos otro día y no nos agobiamos con el tema de aprovechar al máximo el día. fue un acierto este regalo de Reyes.




6 comentarios:

  1. Q bonitas fotos!!!
    Yo soy amante de los animales, y te comprendo, mejor estarían en su habitat (la mayoría, pq algunos están enfermos, con heridas,...) aunque considero q hoy en día en el zoo no están nada mal, han vivido alli siempre, estan acostumbrados, tienen comida, terreno,... ¡me encantan los animalitos!!!! y jolín con el bono parque, no sé lo q costará, pero viviendo en Madrid me parece una cosa fantástica.
    Nota: pendiente (siempre pendiente jejeje) visitar el zoo la prox. vez q vaya a Madrid.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues con lo que te mueves estoy segura de que pronto estas por aquí y te das el salto al zoo. Lo del Bonoparques para los de Madrid es una pasada. Cada vez me doy más cuenta :)

      Eliminar
  2. A mi me gusta mucho el zoo, nos pilla un poco lejos (a unas 2 horas en coche) con lo que hemos ido muy poco. pero a Alejandro no le gusta verlos ahí "encerrados" así que vamos menos de lo que me gustaría.

    Yo creo que además es la única oportunidad que tengo de ver muchos de esos animales que no veré de ninguna otra manera en la vida.

    También creo que es un super regalo lo del bono.
    Un beso!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tienes toda la razón. Es una oportunidad única para ver animales que sólo ves en foto. Pero a mí me daba penilla verlos allí encerrados. Con este giro en el zoo en el que dan visibilidad al trato y cuidado de los animales que albergan y dan voz a campañas solidarias relacionadas con ello me gusta más ir y que mis hijos aprendan a amarlos

      Eliminar
  3. Respuestas
    1. Nosotros acabamos de descubrir lo tranquilo que se está :)

      Eliminar

Me encanta saber lo que piensas.