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miércoles, 24 de marzo de 2021

Cubayas

Las fieras siempre andan obsesionándose con uno u otro videojuego. Últimamente habían retomado Slime rancher, dónde son rancheros que tiene que ir a cazar slimes y cuidarlos mejorando las instalaciones, sembrando huertos para producir sus alimentos preferidos, criando gallillinas, etc... para que les den más plorts, que son los que venden en el mercado para poder comprar cosas mejores. Está bastante bien. El caso es que el otro día Iván me pidió con ojitos brillantes (no puedo resistirme a ellos) que le hiciera una fiesta de Slime Rancher, tipo la que celebramos por sus cumpleaños.

La verdad es que no me apetece darme el palizón, pero sí que podíamos hacer alguna cosa. Además, el peque ya tenía en mente el juego que quería organizar (en realidad, una excusa para conseguir lo que hemos acabado por llamar peces y que no son otras cosas que cheques regalo de tiempo extra de turnos, cenas cine entre semana, elección de cenas o de postres, etc) . Por cierto, estamos en ello y pronto lo realizaremos, pero en este post lo que realmente os traigo es una receta inspirada en el videojuego.

La fruta preferida del Slime rosa es la cubaya, una especie de fresa cuadrada muy mona que me llamó la atención enseguida. Así que me puse manos a la obra para conseguir algo similar. El fin de semana que pensé que tendríamos tiempo para el juego me puse manos a la obra y a hacer cubayas.

Hice bizcochos en moldes cuadrados. La receta tradicional, aunque le añadí esencial de vainilla para que estuviera más rico. Luego los corté en cuadrados, que puede parecer fácil, pero no. Cómo se desmiga el condenado. Luego procedí a derretir chocolate blanco y a mezclarlo con colorante rojo. Me quedó una mara grumosa rosa que era imposible de derretir. Desolada, la aplasté lo mejor que pude en los cubos (massss o menossss) de bizcocho, quedando una cosa que no se parecía en nada a lo que tenía en mente. Para finalizar adorné esta especie de frosting rosa con puntos de lápiz pastelero de chocolate negro. 

Ni qué decir queda que a las fieras le fliparon y las devoraron sin una queja.

Pero yo me quedé con el resquemor y el run run. Como al final, ese finde no había dado tiempo a preparar el juego, me animé a volver con mis aspiraciones reposteras al siguiente. Esta vez vertí el chocolate blanco impoluto y perfectamente derretido sobre los cuadrados del bizcocho (que esta vez había hecho con cacao). Lo malo es que me quedé corta y lo cobertura no daba para todo el cubo. Con lo que quedó meh. Esperé a que se endureciera y pinté con colorante rojo. ¡Quedó más meh todavía! Buuuuuf. Qué difícil es pintar con pinceles de silicona y que quede homogéneo. Encima también me quedé corta de colorante rojo. Un desassstre. Pero de nuevo, mis hijos quedaron totalmente complacidos y me animaron a seguir con mi experimentos y a usarles a ellos como slimes rosa de prueba.

Al menos les he hecho felices, que ese era el objetivo desde el principio. No se yo si repetiré haciendo cubayas o se me ocurrirá alguna otra cosa en la que fallar en la guerra de realidad contra expectativas jajajajaja

Por cierto, que ese fin de semana tampoco tuvimos tiempo de montar el famoso juego. A ver si el siguiente...

2 comentarios:

  1. A los peques se les ve encantados probando el invento...a mí no me convence ;-) el chocolate blanco no gusta en casa.

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    1. Si no os gusta el chocolate blanco no hay nada que hacer con estas cubayas jajajaja

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