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martes, 24 de agosto de 2021

Rumbo a Tenerife

Rumbo a Tenerife
Mi hermana finalmente nos convenció para darnos un salto a Tenerife a verla. Lo organizó todo para juntarnos allí y todos estábamos muy emocionados con la perspectiva. Era una isla desconocida para mí y me apetecía mucho conocerla. Sobre todo porque había oído maravillas sobre sus senderos, tanto desérticos como verdes, y tenía muchas ganas de recorrerlos...

Menudas vistas
Pero... ¡nos pasó de todo! Nuestro viaje se tornó en una aventura de ¡¡¡supervivencia total!!! Bueno, puede que haya exagerado una miajita, pero poco, porque lo que tuve claro desde el primero momento es que el señor Murphy se había colado en nuestra maleta y se empeñó en jorobarnos la parte turística de la visita.

En familia por fin! Aunque nos faltó gente
El primer día lo pasamos en Loro parque porque al más pequeño del grupo le hacía una ilusión tremenda visitarlo junto a sus primos de Madrid y ahí lo más que pasó es que nos encontramos mucha gente, ¡muchísima! Y no todo el mundo estaba por la labor de respetar la distancia de seguridad, pero bueno... Lo que viene a ser lo normal, tristemente. Pero ya contaré con más detalle en otro post, que la visita hay que contarla con más detalle.

Las mamis
El segundo día fuimos con la familia a una playa cercana a la casa de mi hermana cargados de gafas de bucear y para disfrutar del sol y el mar. Estuvimos la mar de tranquilitos mientras mis chicos, grandes y pequeños, se dedicaban a observar peces bajo el agua.

Todo maravilloso hasta que mi querida hermana propuso nadar hasta una cueva. "Dácil, ¡una aventura!" y ¿quién se resiste? Yo no, así que me dispuse a darlo todo. Y eso que yo de resistencia y natación voy fatal. Encima, la misión sumó dificultad porque mi hijo pequeño se cansó enseguida y tuve que remolcarlo en la tabla que llevábamos por si acaso.

De cine
Llegué con la lengua fuera y entonces nos dimos cuenta de que lo peor ¡no había pasado! Ahora tendríamos que enfrentarnos al verdadero peligro: Rocas submarinas terriblemente afiladas. ningún aventurero se libró de los rasguños y cortecitos... llegamos a la orilla con mucho esfuerzo, sobre todo porque la corriente nos empujaba de lado a lado con cada olita y cada avance era un gran logro. Sobre todo con Iván pegado a mí como una lapa. Qué difícil era mantener el equilibrio.

Pero al fin llegamos, agotados, pero llegamos (por lo menos Iván y yo, el resto parecía en mejores condiciones). 

La cueva maldita
Para volver al padre se hizo cargo del pequeño y yo nadé al lado de Daniel por si acaso. Por si acaso necesitaba que me salvaran, digo yo, porque estaba ya con la lengua fuera. Aunque la tuve que meter porque se nos acercaron una par de barcos malditos y nos atufaron a combustible. Lo que debían de estar contaminando. Mejor ni pensarlo.

Mal que bien por fin llegué a la orilla y me dispuse a besar el suelo, pero me lo pensé dos veces porque estaba compuesto de arena y no veas que asco llenarse la boca de porquerías.

Mi hermana pensó que la odiaría por el tema "Vamos a nadar a la cueva, yujuuu, una aventura" durante toda la semana, pero como hacía mucho que no la veía lo dejé pasar. Pelillos a la mar y Dácil en la orillita ya para todo el resto del tiempo. 

Nunca subestimes el poder de los pensamientos... Dos días después me vino la regla y se acabaron los bañitos (ya sé que existen los tampones, pero pasé de ellos. Tampoco soy una amante de la playa ni nada de eso).

Y eso fue sólo el comienzo. Luego llegó la ola de calor extrema (llegamos a los 47 grados el día de Masca ¡una burrada!), el cierre de los senderos rurales por peligro de incendios (adiós a las caminatas idílicas), el catarrazo que pillé en el paseo en barco, incluso un día de playa tremendo con oleaje salvaje cuando por fin se me fue la regla (estaba claro que la gafe era yo).

El océano infinito
A pesar de todo lo pasamos genial y nos reímos muchísimo. ¡Ah! E hicimos turismo también. Nada nos puede detener jajajaja 


Relax amigos

Me encantan estos puntos para libros



4 comentarios:

  1. Jajajjaja lo que nos reímos... Lo pasamos genial... Ya les echamos de menos

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  2. Respuestas
    1. Así la cosa se pone más interesante jaaajajajaja pero me hubiera gustado pasear por el campo. Otra vez será ;)

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