Páginas

martes, 11 de mayo de 2010

La responsabilidad de ser mamá

Ser madre es una responsabilidad terrible. Tienes que poner tus cinco sentidos en el bebé para que esté mínimamente a gusto y no siempre lo consigues. Cada fallo, cada error, se te clava como una espinita angustiosa. Te dices que no se va a volver a repetir, que ya has aprendido. Pero a veces vuelves a tropezarte con la misma piedra. Si es que somos humanos...

La mayoría de las veces el niño está estupendamente a pesar de tus errores, tipo "Le he puesto el body al reves. Debe estar incomodísimo". Y el niño sigue arráncándole los pelos a la sacrificada gata tan feliz mientras yo me torturo pensando en lo peor. En mi mente todo se magnifica hasta límites insospechados. Acabas cogiendo al niño para subsanar tu error y como él está la mar de feliz y entretenido llora porque te lo llevas al cambiador demasiado pronto.

Uno de los fallos que más me amargan resulta cuando me olvido de quitarle la tapa al biberón. Afortunadamente, ahora me doy cuenta en seguida, porque el niño da una chupada y acto seguido llora. Pero al principio el niño seguía chupando como si fuera una chupita y hasta que se ponía a llorar de hambre no caía en mi error. Un buen rato después. Entonces un sombrío sentimiento de culpa me torturaba durante unos cuantos días.

Desde hace un par de meses tengo que tener muchísimo cuidado con él porque se mueve un montón y hay que cuidar que no se caíga de ningún lado ni se dé golpes. Un día, en el parque, se levantó muy rápido y se fue de boca tragando tierra. Menos mal que enseguida se le pasó la perreta. Otro día dió un voltereta. Lo tenía agarrado y de repente...pum, se puso boca arriba de la forma más rara. Hasta él parecía sorprendido. Menos mal que estaba en el cesped y la acrobacia la hizo en blandito.

A pesar de todo, el niño ha salido muy sonriente y está gordito, así que hay que pensar que todo marcha bien. Pero no me puedo relajar. El peligro acecha en cada rincón a mi incauto bebé.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Me encanta saber lo que piensas.