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martes, 6 de julio de 2010

El estómago se la juega a Daniel

El calor, los dientes, las babas, la desenfrenada vida nocturna más állá de las diez... Tenía que pasar. Tantos excesos le han pasado factura al pequeño Daniel.


Un día se levanto con una caca extraña en su pañal y ahí empezó todo. Cada dos por tres torcía el gesto y ya sabíamos lo que estaba haciendo. En la guardería me recomendaron ponerle comida de dieta y yo estuve deacuerdo. Esa misma tarde me corroboro la pediatra que le diera verduritas suaves, nada verde, y de fruta sólo plátano y manzana. Le diagnosticó gastroenteritis leve y le recetó un suero para bebés, sólo en caso de que no mejorara por si solo.

Esa misma tarde le llevé al piscina. Mala idea. Le tuve que cambiar el pañal tres veces en una hora. Así que esa misma noche decidí darle el suero. La primera vez se lo bebió porque no sabía lo que hacía. La segunda vez que intenté dárselo me dijo que para mí. Al final sólo se lo bebe por las mañanas cuando se despierta con hambre y sed. Pero entre la dieta, el agua y lo poco que bebe del suero cada día está mejor. Lo bueno es que no ha perdido la alegría y sigue moviéndose más que un lagartijo. Eso significa que no se encuentra tan mal.

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