Llora mucho, seguro que son los dientes. Qué mal duerme, lo tiene que estar pasando fatal con los dientes. ¡Uy! Hoy no quiere comer, claro, está con los dientes. Pues ahora le ha tocado masticar carne humana. Para ser más exactos la mía. Pero no creo que tarde en querer explorar otros sabores y le dé dentellazos a otras personas. Deja que coja confianza.
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jueves, 16 de septiembre de 2010
El tiburon mordedor
¿Que tengo? ¿Un niño o un perrito? Ultimamente Daniel se tira a morder nada más verme. Le da mucha alegría. Agita sus bracitos como un molino y abre bien su boquita para arrearme el mordisco. Sus dientes nuevecitos se me clavan en la piel dolorosamente. Supongo que tiene que ver con el famoso dolor de encías con el que se explica todo desde que el niño cumple cinco meses.
Llora mucho, seguro que son los dientes. Qué mal duerme, lo tiene que estar pasando fatal con los dientes. ¡Uy! Hoy no quiere comer, claro, está con los dientes. Pues ahora le ha tocado masticar carne humana. Para ser más exactos la mía. Pero no creo que tarde en querer explorar otros sabores y le dé dentellazos a otras personas. Deja que coja confianza.
Llora mucho, seguro que son los dientes. Qué mal duerme, lo tiene que estar pasando fatal con los dientes. ¡Uy! Hoy no quiere comer, claro, está con los dientes. Pues ahora le ha tocado masticar carne humana. Para ser más exactos la mía. Pero no creo que tarde en querer explorar otros sabores y le dé dentellazos a otras personas. Deja que coja confianza.
son los dientes!... el saco en el que todo cabe ;-D
ResponderEliminarme he reido un montón con tu post... justo estos días estoy pasando por esto ¡parece que en lugar de un niño tengo un pitbull (y un gato montés porque los arañazos tampoco son desdeñables!)
abrazos tiburón!