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miércoles, 1 de diciembre de 2010

El molde de sandwiches


Ana, una amiga del trabajo, me ha regalado un cortador de sandwiches para niños. Me explico. Es un molde con un borde afilado para hacer sandwiches con una forma concreta. En este caso se trata de dinosaurios. En cuanto lo vi me encantó. ¡Qué original!Y que fácil de usar. Esa misma tarde lo usaría para hacer más divertida la merienda de mi niño.

Esa tarde no pudo ser porque tuve mi cosas que hacer y del estres se me olvidó. Pero a la siguiente saqué el flamante molde naranja y encajé el sandwich rellenito de paté de atún. Se deslizó como la seda y sin ningún esfuerzo obtuve dos simpáticos dinosaurios. Me entró la tentación de hincarle el diente a uno, pero me contuve. Eran para Daniel.

Corrí a recogerle a la guardería y nada más acabar de ponerle el abrigo y una vez instañlado en su carrito. Abrí la bolsa y saqué el dinosaurio comestible. Daniel alargó su manita impaciente como hace todos los días. Agarró el sandwich estrujándolo. Y se lo llevó a la boca.

Ni siquiera se paró a admirar las formas prehistóricas de su merienda. Qué desilusión. Pensé que al menos le chocaría que el sanwich tuviera una silueta diferente, pero lo masticaba igual que siempre. Sólo hubo una diferencia. Agarrar a un dinosaurio por el cuello es más fácil que un rectángulo un poco grueso.

Me temo que el niño es demasiado pequeño para reparar es estos detalles que a los padres nos parecen tan graciosos. Menos mal que yo sí que tengo la edad suficiente y no dudé en comerme el otro dinosaurio. raúl también es lo suficientemente mayor y también le encantó el molde. Vi en sus ojos que a él también le gustaría comerse un sandwich dinosaurio alguna vez.

Ahora Daniel tiene dinosaurios todos los días. Hasta que se dé cuenta de los bonita que es su merienda comparada con la de los otros niños.

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