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martes, 7 de junio de 2011

Qué difícil es aguantar la risa


A veces resulta muy complicado explicarle al niño cuando hace una cosa mal, porque lo hace con tanta gracia que cuesta aguantar la risa mientras le riñes. Otras veces no te hace nada de gracia la broma, pero mientras intentas mantener la seriedad el chiquillo ha desplegado todas sus dotes de humoristas.

Hay ocasiones en las que parece que te contesta. A lo mejor me he encontrado el agua y la comida de los gatos tirada y mezclada en mi suelo. ¡Y él encima bailando un zapateado! Cuanto más le riño más me grita él en su media lengua. Cómo le he fastidiado la diversión...

Una vez, Raúl se hizo el dormido mientras yo animaba al pequeñín a que le hiciera cosquillas para despertarle. No me debió entender muy bien porque lo que hizo fue soltarle un cachiporrazo en toda la cara. Raúl se levantó como un resorte y fingió ponerse a llorar mientras yo reñía a nuestro pequeño agresor. Cuanto más gemía mi marido más se reía el sinverguenza. "¡Daniel! ¡Que le has hecho pupa!" bramaba yo, pero las carcajadas del chiquitín cada vez eran más altas e intensas. Al final me tuve que dar la vuelta porque a mi también se me escapaba la risa. Y eso que me solidarizaba al cien por cien con Raúl. A mí también me da unos golpes saladitos.

Las dos primeras fotos son de Carlos Martinez (http://www.cmtz.es/).

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