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domingo, 23 de octubre de 2011

¡El alta!


¡Por fiiiin! Ya tenemos al gordito en casa. Ha costado un poco por la desorganización, pero lo importante es que está en nuestras manos.

Entre semana nos dijeron que el viernes le harían una ecografía del corazón y si todo iba bien nos lo podríamos llevar a casa. El correr del tiempo se relentizó al máximo, pero por fin llegó el viernes. Se supone que las pruebas de los médicos las hacían de diez a doce de la mañana, a las doce íbamos a darle la toma y a la una y media el médico hablaba con nosotros, pero ya erán casi las dos y no aparecía nadie por allí.

Por fin vimos a una chica que dijo ser el médico de guardia que trataba al chiquillo, porque el nuestro libraba ese día. Nos confesó que aún no le habían hecho la dichosa pruebita y que estaba buscando a los cardiólogos porque por su parte el niño estaba sanísimo. Le pregunté si nos podíamos bajar a comer algo mientras aparecían y nos contestó que era una idea buenísima, porque la prueba podía tardar. Pues nuestro querido Murphy entró en escena y  cuando volvimos de comer ya habían ido los cardiólogos y habían vuelto a desaparecer. Una enfermera muy maja nos dijo que la prueba había salido bien, pero que, según su experiencia, veía difícil que nos dieran ese día al pequeño porque aún tenían que escribir los informes del alta. Efectivamente, por allí no apareció ni el médico ni los cardiólogos, así que nos fuimos contentos a casa, pero desilusionados y con las manos vacías.


Al día siguiente volvimos con la intención de no irnos de allí sin Iván. Acosamos a las enfermeras, que hicieron todo lo que pudieron por ayudarnos. No sólo localizaron a la médico, que le dió el alta en cuanto pudo, sino que también consiguieron que el cardiólogo se pasara por allí y nos explicara lo que vió el viernes en la prueba. "El niño no ha empeorado, está estable". Nos explicó que teníamos que hacerle una revisión en tres semanas y que su informe nos llegaría por correo postal. Así que muy contentos y locos por salir de allí de una vez, vestimos al peque, lo subimos en el carrito y nos fuimos a casa a la velocidad del rayo. Allí nos esperaban mi madre y Daniel, los dos emocionados ante la perspectiva de ver por fin a Iván.

Daniel intentó achucharlo un poco a lo bruto, pero no le dejamos. Le dió muchos besitos y le acarició la carita con cuidado bajo nuestra supervisión. Ahora tenemos que tener cuidado con él porque está refriado y le puede pegar los virus a su hermano. Cómo tiene la afección al corazón, todas las enfermedades le afectan más. Mi madre no paraba de decir que era el niño más armónico que había visto en su vida. "Fíjate" comentaba "Tiene la misma distancia de los ojos a la nariz y de la nariz a la boca". Yo me limitaba a sonreir a unos y a otros y a intentar no pensar en la que se me avecina. ¡Ahora tengo que cuidar de dos peques!

4 comentarios:

  1. que bien!!! esta es la mejor noticia !!! Me alegro mucho de que ya tengas a tus peques en casa. SUpongo que tampoco pensarás mucho en lo que se te viene porque no creo que te dejen mucho tranquilita. Tu como estas? ESpero que bien. Tenia ganas de leer una entrada asi, y saber que las cosas van bien. Daniel estará acoplandose aun a verlo en casa...a ver como se las apaña de hermano mayor!!

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  2. es hermoso!! y qué feliz se ve Daniel!!! genial!! me alegro de que todo haya salido bien y que siga así. besos

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  3. Ayyy...no sabía ni que habías tenido a tu peque,ultimamente no leo ningún blog pero ya me estoy poniendo al día de los que suelo leer,enhorabuena,que lo crieis con salud!!!!!
    Que alegría tenerlo ya en casa.....y tú que tal estas????besos!!!!!...ahora entiendo que me pusieras que este año ibas a hacer bien poco en Halloween,pero bueno,algo haras,verdad?????

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  4. Muchas gracias. La verdad es que pienso un poco enlo que se me viene encima, pero con la tranquilidad de mis dos peques a mi lado.

    Yo estoy muy bien. Afortunadamente, porque hay que estar la pié del cañón para atender al bebé mientras el enano te la lía parda en otro stio de la casa jaja.

    Yo también pienso que es hermosos, pero que voy a decir... ¡Soy la orgullosa mami!

    Te entiendo Tersina, a mi también me falta el tiempo. Días de 48 horas ¡ya!

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