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sábado, 12 de noviembre de 2011

Vida social

Ya empezamos con la vida social del peque. Yo he intentado retrasarlo el mayor tiempo posible porque para esas cosas soy bastante vaga y me parecía que el niño era muy pequeño. El caso es que le invitaron a un cumple y allí que le llevamos el papi y yo. Fuimos toda la familia al completo e Iván causó sensación. Los niños se acercaban siempre que podía a acariciarlo y sus padres los alejaban dando gritos en cuanto se daban cuenta. En realidad estaban siendo muy cuidadosos con el bebé y yo estaba cerca para vigilar, pero entiendo que no se la jueguen. Los niños son impredecibles y yo tampoco dejaría a mi Daniel mucho tiempo al lado de un recién nacido.

Mi niño se dedicó a sentarse al lado de la bandeja de sandwiches, abrirlos metódicamente y comerse la chicha de su interior. Cuando me di cuenta intenté frenarlo, poer la madre del cumpleañero me dijo que lo dejara tranquilo y que se comiera lo que quisiera. Afortunadamente alguien abrió una bolsa de gusanitos y el enano dejó de hacer guarrerías para dar buena cuenta de ella.

El niño homenajeado cumplía dos añitos, es de la clase de mi hijo mayor y se llama como él. Los dos chiquitines se llevan muy bien. Cómo habían más niños mi peque se lo pasó en grande jugando y haciendo el bestia. Un dato curioso. Eran todos niños. ¿Qué ha pasado con las niñas? ¿Será la polución de Madrid? Todas tenemos hijos varones ultimamente.

Al niño del cumpleaños le regalaron todo de la película Cars, que es lo que llama la atención en este momento. Le encantó especialmente un peluche grande que no soltó ni a la hora del baño. La nota graciosa la puso cuando se quedó dormido en pleno proceso de masticar la tarta. Mi Daniel iba de adulto en adulto pidiendo tarta con su carita de perrito abandonado. Hasta que lo cogí por banda y le di de la mía (casi se la comió él entera). No satisfecho con eso engulló un buen trozo de flan de chocolate sin lactosa (el hijo mayor de mi amiga tiene intolerancia a la lactosa).

Yo quería haberme ido a casa mucho antes, pero la cosa se alargó un poco. Al final estuvimos en el hogar a eso de las 20.30 pasadas. Me tocó ir cargando con Danielito casi todo el camino porque estaba muy cansado. ¡Cómo pesa! Ya en casa lo primero que me soltó fue "¡Comer!". "No me lo puedo creer. Pero si has acabado con todas las existencias del cumpleaños". "Comer", insistió. Así que hicimos tortillitas francesas para todos y a la cama. El pobre estaba agotado. Demasiadas emociones.

4 comentarios:

  1. jajajaja qué bueno!! me parto de risa con tus entradas de verdad!! como me ha gustado lo de "¡comer!", y lo del pequeño que se quedó dormido en pleno proceso de masticar, y lo de pedir tarta a todo el mundo... este niño es un crack!!

    besos

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  2. Oye, no me asombra que tu hijo haya comenzado con su vida social, como la llamas, ni que lo hayan invitado a un cumple, ni que al cumpleañero le hayan regalado todo de cars, ni que se acercaran los niños a ver y tocar al bebe.... Lo que me asombra es la capacidad de Daniel para comer!!! Dios mío! Comió de todo en la fiesta, hasta fue pidiendo limosna (por llamarlo de algún modo) de torta a los adultos! Jajaja y llega a casa pidiendo comida? Que maravilla! Que comelon! O será como el mío que es de mal comer pero en las fiestas se aprovecha y come todo lo que le atraviesen?
    Se beque disfrutaron mucho!

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  3. si es que estos peques tienen mas vida social que nosotros jajajaja

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  4. Es verdad que estos peques tiene más vida social que nosotras... ¡Y desde la guardería! Tremendo.

    LO cierto es que Daniel ha salido comilón. Una gran suerte. Por lo menos no me tengo que preocupar de eso, aunque tengo que tener .

    No sé si Daniel es un crack, pero a veces me hace pàsar mucha verguenza. A los que le pedía tarta los acababa de conocer ese día. ¡No se le puede sacar de casa!

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