La abuela Matilde viene a ayudar

Mi madre ha vuelto. Antes era imposible hacer que cogiera un avión y ahora la tengo volando cada dos por tres. Lo que es el amor de abuela. Lo que no ha hecho por su hija lo hace por sus nietos.

El caso es que llegó ayer deseosa de ver a mis dos soles. Los encontró preciosos y maravillosos. Qué va a decir, si afirmara lo contrario no sería su abuela. Mi madre estaba encantada con las gracias de Daniel y las caritas de pan de Iván. Tuve que reñir al mayor porque tiró un vaso de agua fuera de la bañera y mi progenitora salió en su defensa, aunque sabía que no tenía razón. "Pues tus regañinas eran peores" le solté. Sin contestarme siquiera le dijo a Daniel que le iba a contar cosas de cuando mamá era pequeña. "Pues no sé que le vas a contar porque yo era una niña buenísima" aseguré. "Si, si... Eso parecías..." aseguró cripticamente. "Mamá no te inventes, que yo era buenísima. Te quejarás..." "Claro, claro" En fin. A ver que le cuenta a mi enano.

Al principio Daniel la recibió con reticencia porque la experiencia anterior fue que viene la abuela y desaparece mamá. Se enganchó a mí y no paraba de repetir "buela no, buela nooooo". Pero la abuela enseguida se puso a jugar con él y se lo pasaron genial.

Esta mañana mi madre le preguntó si le llevaba a la guardería y el chiquitín dijo "no, mamá" y se agarró fuerte a mi mano. Así que le he llevado yo, pero ha dicho que mañana le lleve la "buela". Algo es algo.

A ver que pasa cuando operen a Iván y mamá vuelva a "desaparecer".