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martes, 10 de enero de 2012

Un corazón musculoso

Estoy aprovechando que no me dejan estar con mi bebé para hacer cosas con Daniel. Así que le estoy llevando yo a la guardería por las mañanas, luego me tomo un café con mi madre, que también voy a desatender totalmente cuando me dejen estar con Iván todo el tiempo, y luego me dedico a organizar cosas.

Esta mañana hemos ido a ver a Iván. Por fin lo hemos visto despierto. Me han dejado darle el biberón, pero el pobre lo ha vomitado. La enfermera fue muy amable porque enseguida le cambió las sábanas y me dijo que no me preocupara, que era normal. El pequeñajo lloraba con su voz ronca por el tubo de respiración artificial que le quitaron el primer día. Afortunadamente se calmó con el chupete y volvió a dormirse.

Cómo está con calmantes muy fuertes para el dolor, tenía los ojos desenfocados y los labios caídos. Da mucha penita, pero, como dicen, es lo normal en estos casos y no me puedo dejar llevar por las apariencias.

El médico nos ha dicho que con el sobreesfuerzo que ha hecho el bebé con el corazón se le había endurecido demasiado. Cómo cuando trabajas mucho un músculo. Ahora tiene que volver a reblandecerse para que pueda llenarse bien de sangre y volver a bombear con normalidad. Por lo demás el chiquillo está muy bien.

Tengo unas ganas tremendas de que lo pasen a planta para poder estar todo el tiempo con él y cogerle en brazos.

3 comentarios:

  1. Ya falta menos para que lo pasen a planta. Vengo leyendo de adelante para atrás así que leí y comente primero el post de la enfermera estúpida, quien debió actuar como esta que describes aquí. Ellas están para cuidar y apoyar, incluso para enseñarnos como tratar con los,pacientes bajo ciertas condiciones. Tu bebe es fuerte, lo ha demostrado, y se recupera muy bien. La verdad pensé que mientras estuviera en cuidados intensivos lo mantendrían sedado, que bueo que no es así.

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  2. La verdad es que estaba bastante sedado, tenía la mirada desenfocada, pero le iban retirando la droga poco a poco porque no debe ser muy buena para su organismo. Ahora que ya está en casa le veo como antes de la operación, sólo que con una enorme cicatriz en el pecho. Está alegre, juguetón, ¡precioso!

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  3. Madre mía, cuánto más leo más te admiro! Qué valientes y qué bien has sabido mantenerte fuerte por tu niño

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