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jueves, 26 de abril de 2012

"Papuseando"


Según mi madre, a Daniel le gusta papusear. Yo juraría que esa palabra no existe, pero no le voy a llevar la contraria a la mujer que me dio la vida. En mi fuero interno los traduzco como guarrear.

Pues sí, le encanta meter la mano en la la harina, amasar,  pintar y pintarse, trastear con la plastilina... Le encanta. Pero sólo no es tan divertido. Necesita tener a alguien a su lado para enseñarle lo que va a haciendo. De vez en cuando me mira con esos ojazos que le cubren media cara y me suelta "Mamá, ¿mayudas? ¿mayudas?" Y ahí está mamá para destaparle un bote, cortar algo, hacerle bolitas... lo que haga falta. Con un brazo soluciono su problema y con el otro mezo a Iván, que quiere participar en la diversión, pero no se da cuenta de que, para él, ese juego todavía es muy peligroso. El bebé agarra a su hermano y tira de él, se apodera de cosas con las que estamos jugando en ese momento y que hay que arrancarle de sus fuertes manitas, se ríe con Daniel y pega manotazos alegres en la mesa. De repente se aburre y toca dejar solito un rato a Daniel para  pasearle un poquito.


No mucho tiempo, porque enseguida Daniel está detrás de mis talones. "Mira mamá, mira". "Qué bonito, cariño. Te ha salido precioso": Y es que mi chico mayor es todo un artista. Aunque sin nada de paciencia.

Un día una amiga, Rosana, me dio una idea genial. Le puse arroz, garbanzos, judías y pasta de colores en una huevera vacía. Compré cola, dibujé con un rotulador indeleble negro una flor, un coche y un niño en folios diferentes y ya tenía una manualidad estupenda preparada para esa tarde. Cómo últimamente el tiempo es demasiado variable y lluvioso hay que buscarse la vida para entretener al chiquillo en casa. Rosana me explicó que así desarrollaba la psicomotricidad fina.

Y así fue con el primer dibujo, pero en el segundo y el tercero se dedicó a desparramar la cola sin ton ni son y a derramar el arroz, los garbanzos, las judías y la pasta encima sin orden ni concierto. "Yastá" me dijo muy contento cuando terminó la hazaña. Cómo todavía era muy pronto le saqué los cacharritos de la cocinita para que siguiera jugando con las legumbres y la pasta. Se lo pasó muy bien.

Otro día tocó experimentar con plastilina, al siguiente temperas, cocinar... ¡Hay tanto por hacer! ¡Tantas posibilidades! Y un chiquillo dispuesto a enzarzarse con lo que le pongas por delante y... ¡papusear sin parar!

5 comentarios:

  1. Pero que artistazo tienes en casa!!! Y la mamá también que vaya dibujos más buenos...
    Me alegro de que pasárais una buena tarde, una cosa que a mí me encantaba era pintar macarrones y hacer cadenetas con papel charol, las hacíamos para decorar las fiestas en el cole, pero con papel de periódico también las puedes hacer y luego dárselas al peque para que las rompa, seguro que se lo pasan en grande los dos...
    Besitos.

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  2. A mi me hacen tanta ilusión estas cosas, porque yo misma soy una fanática de las manualidades jaja y ahora voy a tener compañera :D

    Yo creo que tienes a un futuro chef! o escultor ;)

    Un besito

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  3. Ui entonces te llenará la nevara con sus papuseos ;)

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  4. HOLA! QUE ARTISTA ESTÁ HECHO TU HIJO. MI HIJO ME RECAMA MUCHAS VECES QUE QUIERE HACER UNCUADRO CON TEMPERA DE BOB ESPONJA, PERO CUALQUIERA SR LO DÁ CON SU HERMANA QUE TODA SU OBSESION ES PINTARME LAS PAREDES. TUS NIÑOS SON GUAPÍSIMOS.
    UN BESITO.

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  5. Merengaza, ¡Qué ideas tan buenas! Gracias. Las pienso poner en práctica.

    Vero, como siga gustándole cocinar en unos años le cedo el puesto de los fogones familiares, pero me temo que no caerá esa breva jaja

    Piruli, ¡Y las paredes! Ya no sé donde poner sus "cuadros", pero le hace tanta ilusión pegarlos a la pared...

    CUENTA HASTA DIEZ Y ¡EXPLOTA! Creo que es muy arriesgado, pero protegiendo toda la habitación con periódico a lo mejor se salva algo jaja

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