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viernes, 25 de mayo de 2012

Atunga y el león que siempre aparecía en el momento más inesperado

Una noche cogí el cuento de los tres cerditos para leérselo a mi niño. Al peque le entusiamó la idea. Ese y el de Caperucita Roja encabezan los rankings de cuentos infantiles en la clase de mi hijo. No había pasado de la portada cuando mi chiquitín señaló al lobo del dibujo y me pregunta "¿Cómo se llama?" Me dejó un poco descolocada.
"No sé ¿Cómo quieres que se llame?" Contraataqué.
"Ummm" pensó mi chico con el dedito en la barbilla "¡Mnnbunga!"
"¿Atunga?" La verdad es que no me había quedado nada claro el nombre que había elegido.
"Atunga sí" asintió emocionado.
Así que le leí el cuento cambiando la palabra "lobo" por "Atunga". Fue un éxito total.
"¡¡Mira mamá!! Atunga" grita cada vez que aparece el animalillo en las ilustraciones. "Atunga sopló, sopló y la casa derrimrrumbó" me cuenta él a mí en cuanto ve al lobito soplando en las páginas del libro. "Mira mamá, Atunga se quemó el culete" En realidad fue la cola lo que se quemó, pero a él le hace más gracia decir "culete". Cosas de niños.

Como viene a ser normal en él. Cuando se le mete una idea en la cabeza no la suelta fácilmente, así que ahora todas las noches quiere el cuento de Atunga. Hoy he encontrado el cuento de Caperucita roja en otro estante. Intentaré leerle ese antes de irse a la cama. Cómo el dibujo del lobo es diferentes seguro que le pone otro nombre ¿Sera Ikosque o Manolo?

Otra cosa con la que me trae loca, además de tener que acordarme de los originales nombres con los que bautiza a peluches y personajes de cuento, es el maldito león. Casi siempre que le cuento un relato inventado llega un momento en el que... "Un león mamá, ¿Hay un león? Quiero un león" Y el león aparece de repente en pleno barco pirata, en la escuela que se está incendiando, en el restaurante, en el supermercado... Y entonces se me presenta el reto de:
a) Inventarme lo que pasa con el león y cómo se libran de él antes de que alguien salga herido.
b) Explicarle de donde demonios ha salido ese león. Lo más recurrente es que se escape del zoo, pero cuando la historia transcurre en un avión, un helicóptero, un coche o un barco no es tan fácil.

¡Este chico me pone en unos aprietoooos.

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