Globos de harina

En el blog de La Jirafa leí como hacer unos muñequitos antiestrés con caritas y todo. Una monada. Cómo me faltaba el tiempo hasta para respirar sólo pude hacer tres y sin caras ni nada. La confección es bastante fácil y asequible. Sólo se necesita un embudo, globos, harina, y algo para empujar. Yo utilicé palillos chinos, pero se puede usar un boli perfectamente. Se coloca la boca del globo en el tubo del embudo y se rellena con la harina ayudándose con el palillo. Cuando más lleno mejor. luego se ata el globo y se puede estrujar a placer el resultado. El globo adquiere la forma que el dueño quiera (sólo si está bien lleno).

A los chiquillos les encantó el invento. Lo estrujaban a placer y contemplaban curiosos las formas que iba adquiriendo. Sólo tiene un problemilla. Los globos estallan sin previo aviso tras largas sesiones de sobeteo.

Un día dejé a Iván en la trona atado como cada mañana para hacer los biberones. Le di el globito para que se entretuviera y no llorara. No le oí berrear en ningún momento, pero cuando volví al salón con su biberón en la mano el bebé estaba blanco blanquísimo. En un primer momento pensé que había vomitado algo, pero al acercarme constaté que se trataba de la harina del globo. El peque me sonrió y rechupeteó hasta donde le llegó la lengua.

El siguiente globo lo mordió mientras le cambiaba el pañal y le hizo un pequeño agujero que lo inutilizaba completamente como juguete.

Y el tercero estalló en mi bolso llenando las toallitas, galletas, agua, juguetes varios y todo lo que llevaba en su interior pringado. Para más inri se salió el agua de la botella de Daniel y la harina se convirtió en una masa.

Aún así no aprendo y me gustaría hacer muchos, muchos, muchos más globos para que jueguen.