Una tarde, Daniel jugaba en el salón. Oí que Raúl le decía "Deja a Missi que se va a enfadar" y seguía con sus cosas. De repente el chiquillo exclamó "¡Missi es mala!". "No, cariño. Missi es buena ¿Por qué dices eso?" le contesté yo entrando en el salón. Mi niño estaba poniendo pucheritos y agarrándose una mano con la otra. "¿Qué ha pasado?" exigí saber.
"Nadaaaaa. Missi no me ha hecho nada malo. Ni me ha mordido ni nadaaaaa". Me soltó el peque con voz llorosa.
"¿Te ha mordido Missi?" le pregunté directamente.
"Noooo. No me ha hecho nada malo. ¡Nada malo!" contestó con más pucheritos.
Le acerqué a mi regazo y le hice unos cuantos mimos para conseguir que quitara la mano y me dejara ver los daños. Apenas una marca roja sin importancia. Nuestra gata muerde de cariño cuando está muy a gustito. Si se lo hace a otro gato éste lo toma como una caricia porque tiene la piel bastante dura, pero a los seres humanos nos hace un poco de daño. Nunca pensé que pasara con Daniel. ¡Cómo va a estar a gusto con un niño que la trae por la calle de la amargura! A lo mejor fue un mordisquito de advertencia.
Pensé que le serviría de lección, pero ¡que va! Hoy la empujó sin contemplaciones del sofá para sentarse él. Pobre Missi.
Aysss santa paciencia... ¿de quien?? pues más bien de missi, que lidiar con un peque no tiene que ser nada divertido, y menos si hay dos peques por casa, supongo que más de una herida de guerra se llevaran los peques como diciendo "dejame en paz" de la gata hacia ellos... ¿¿noo??
ResponderEliminarPD: contestandote a la pregunta de mi primer comentario, si!! me he leido todas las entradas, yo lo llamo pequeñas manías que tengo, como has comprobado siempre que tengo la ocasion de entregar un premio me gusta decir algo de los premiados, y no me gusta hacerlo sin saber, asi que me leo todas las entradas para poder medio opinar en condiciones... (repito pequeñas manías que hacen desesperar...)
BESAZOS BICHEJOS PRECIOSA!!!
En realidad, la gata es una santa. No les había hecho ni un rasguñito a ninguno de los dos hasta ahora. Sólo se quejaba con maullidos lastimeros y me miraba como diciéndome "¡Sálvame!". Pero entiendo que toda paciencia felina tiene un límite.
ResponderEliminarDesde luego tienes un mérito inmenso por leerte los blogs con tanto interés. A mí me gustaría, pero a veces tengo que elegir entre leer o escribir ¡Y mi madre tiene claro lo que quiere que haga! En cuanto estoy dos días sin publicar ya me está llamando. "Escribe hija que hace un montón que no lo haces y no sé nada de mis nietos" me dice.
No me parece que sea una manía desesperante sino una virtud. En realidad, si no te lees el blog completos parece que te lees un libro a medias. Yo siempre me leo el primer post de todos los blogs a los que me engancho de nuevas, pero entero entero no me da tiempo :(
Muchos besotes
Missi lo que es es demasiado buena, por lo que veo. Mi Gordi no hubiera tenido tantas contemplaciones. Jajaja. Es muy bueno, en general pero si le tocas las narices lo hace saber pero bien y, además, es bruto como él solo. Jajaja. El delicadito de la casa es Forlán, que se ve que se parece más a Missi. Un besote!!!
ResponderEliminarEntonces Daniel le tocaría las narices sólo a Forlan jaja. No son listos los niños ni nada. Mira como a Fantasma lo deja en paz porque es más arisco que Missi. No saben nada estos peques. De todas formas, estoy segura de que tus gatuchis buscarían un lugar seguro y muy escondido en cuanto oyeran que se acercaban mis fieras corrupias. Me dan miedo hasta a mí.
EliminarSeguro que fué un mordisquito de advertencia...
ResponderEliminarYo creo que incluso fue un cariño que le hizo la gata. Como ellos tiene la piel más dura no lo notan tanto como los humanos. A mí me ha dado mordisquitos de esos a miles cuando la estoy acariciando. A ver si la trata mejor a partir de ahora...
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