Carta a los Reyes Magos

Sé que falta mucho para Navidad, pero mi niño mayor estaba empeñado en hacer la carta a los Reyes Magos y, lo mejor de todo, ¡echarla al buzón! Así que aprovechando que el fin de semana anterior fue pasado por agua le di unas tijeras infantiles, un catálogo de juguetes, el pegamento y una cartulina para que cumpliera su deseo.

Evidentemente, no pasaron ni cinco minutos hasta que vino a verme para pedirme que le recortara yo los juguetes. Él sólo hacía cortes sin ton ni son en el papel. Le facilité grúas, tractores, camiones de bombero, construcciones, juguetes para Iván... Y él los iba pegando en la cartulina al grito de "¡Quiero eso! ¡Y eso! ¡Y eso! ¡Y eso!" Vamos, que lo quería todo.

Mientras tanto, Iván se dedicaba a jugar con las hojas del catálogo que iba arrugando y pasándole yo. Le gustaba el ruido que hacían en sus manitas.

Cuando la terminamos (me tocó pegar a mí los últimos recortes porque él ya se había cansado), comprobamos que no llovía en ese momento y salimos en busca del buzón.

Al llegar a nuestro destino hice lo de siempre: mover la tapa, mientras imitaba una voz cavernosa, y pedir más cartas, más cartas... Como si fuera la comida más deliciosa del mundo. Es un juego que a Daniel le encanta. "Tenemos que escribir más cartas a los Reyes, mamá" me pidió.

"Claro que sí, cariño. Todas las que tú quieras" Y se quedó muy satisfecho para todo el día.