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viernes, 4 de octubre de 2013

El extraño cumple de Daniel en el cole

El viernes pasado, Daniel celebró su cumple en su clase junto con dos compañeros. Cómo aún no ha sido la reunión con la profesora, las tres madres con niños de cuatro años cumplidos en septiembre llegamos al acuerdo de seguir el método del año pasado de celebrar todos los cumples del mes el último viernes.

Hablamos con la profesora y estuvo de acuerdo. Cómo tenía que ir ese día al supermercado a comprar las cositas de la fiesta que hicimos en casa, me encargué de comprarlo todo. El día en cuestión mandé a Raúl cargado de batidos, galletas de chocolate sin huevo ni frutos secos (tenemos dos alérgicos en la clase) y un jueguecito de un laberinto muy sencillo. El papá no le llevó mochila al peque porque presuponía que con esas viandas tendría suficiente, ya que el año pasado les daban las golosinas de cumpleaños para almorzar.

El resultado fue catastrófico. Daniel salió del cole sin el babi, con el vaso y un paquete de galletas de chocolate del cumple en las manos, sin el juego laberinto y con un libro que no era suyo.

Por lo visto, cada uno almorzó lo suyo, menos mi hijo que no tenía nada y las cosas del cumple se las dio después de clase para que se las comieran en casa por si acaso alguno era alérgico no tener problemas. Como el chiquillo no llevó mochila no pudo guardar sus cosas con lo que perdió el jueguito, el batido y el babi. El babi lo recuperamos el lunes ¡Menos mal!

Me sentó fatal que el niño se quedara sin almuerzo habiendo llevado comida de sobra por la mañana. No critico la decisión de la profesora sino la falta de información. Si me dice que cada niño se va a comer su ración en su casita, mi hijo va al cole con su mochilita y su almuerzo. De todas formas, vaya porquería de invitación de cumpleaños ¿No?

En cuanto al libro, fue lo mejor del día. Se lo había prestado un amiguito de clase. Se lo tenía que traer el lunes. Me pareció una actitud muy responsable y "de mayores". El hermano mayor de su amigo no estuvo de acuerdo con el trato, pero la casualidad quiso que yo llevara encima otro cuento y el préstamos se acabó convirtiendo en un intercambio.

Daniel estuvo todo el fin de semana pegado a su libro intercambiado. Se lo leímos mil veces. Y en ocasiones le veíamos sentado muy tranquilo pasando las páginas una y otra vez.

El lunes volvimos a intercambiar los libros. Mi chico se hace mayor.

8 comentarios:

  1. Madre mía, que pena el pobrecito, por lo menos podrían haberle dado algo de comer, que mira que siendo adultas dejar al chiquillo sin comer...
    Yo recuerdo a mi sseño de cuando peque que si alguno no llevábamos algo de comer cogía a los demás y poquito de lo suyo y tan contentos, así cuando a otro se le olvidaba pues no había peleas.
    Besotes.

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    1. Yo espero que la profe le diera algo. El dice que no, pero yo aún no me fío mucho de su palabra, que luego no se acuerda de lo que comió ese día jajajaja

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  2. Si que el pobrecito tuvo un cumpleaños raro,raro,raro...Aunque seguro que el estuvo tan feliz, es lo bueno que tienen los niños.
    Besis¡

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    1. Eso es verdad. Salió feliz con su corona de cumpleaños :D

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  3. Jo, pues vaya birria de organización, ¿no? Ya te podían haber avisado... Pero bueno, como dicen nuestras diseñadoras favoritas, seguro que él se lo pasó bomba igual. Ah, y me parece genial la idea del intercambio de libros. Se fomenta la cultura a la par que la responsabilidad. Está estupendo!!! Un besote.

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    1. A mí también me encantó la idea del intercambio de libros. Y lo mejor es que surgió de forma espontánea :D

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  4. Pues si, vaya organización, yo en el cumple de la bichito llevé unas galletas hechas por mí, y cuando salian los peques iban todos con sus galletas y mi bichito también.

    Con lo del libro y hacerse responsble de él, que genial!!! se hacen mayores.

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    1. Yo no veo mal que salgan con la merienda. Lo que me sentó un poco mal es que no me avisaran del cambio de método y así no llevar al peque sin almuerzo.

      Lo del libro también me gustó mucho :D

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