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lunes, 28 de abril de 2014

Una tarde con Abulubú, Atolondrado, Madrid Río y palillos chinos

El sábado tuvimos una tarde de lo más intensa para regocijo de mis peques. Empezó mal porque el mayor decía que estaba cansado y me pidió que aplazara lo planes. Algo del todo imposible porque en la agenda prevista teníamos que asistir a una sesión de teatro muy original en Plot Point gracias a un sorteo de Papás e hijos 2.0.

La obra se llama Abulubu y Atolondrado, de la compañía Telón Tolón, y se basa en el teatro de improvisación. Es decir, los niños deciden qué van a ver, dentro de unos límites. Cuando le explique esto al chiquillo empezó a mostrar mucho interés. "¿Voy a ser el jefe? ¿Puedo mandar?" pregunta exitadísimo. "Bueeeno, massss o menossss" le contesté yo.

Cuando llegamos a la sala, Daniel estaba más que dispuesto a pedir una historia llena de zombis, pero acabó pidiendo los tres cerditos. Cuando le pregunté al respecto me confesó que no conocía ningún cuento de zombis y me pidió que le contara alguno, así que, casi sin darme cuenta, le estaba contando al versión edulcorada, adulcoradísima, de Guerra Mundial Z. Y el encantado, claro.

Pero volviendo a la obra, confieso que yo comencé a reirme a carcajadas desde el minuto uno. Los actores eran extremadamente expresivos y se mezclaron entre el público con muchísima facilidad. Pidieron a los niños que propusieran cuentos infantiles y que votaran por uno de ellos. La cosa estuvo muy reñida entre el que dijo Daniel y otro que sólo conocía la niña que lo mencionó: El pájaro de la felicidad. Para alegría de mi peque y descanso de los actores ganaron los cerditos y el lobo feroz. Cada función se elige un cuento diferente, así Abulubú y Atolondrado tiene que improvisar para escenificarlo, pero no lo hacen sólos. Los niños del público se subirán al escenario y participarán muy activamente en la historia, a veces para ayudar y otras para ponérselo difícil a los interesados, que se enfrentarán a varios retos: dirigir a unos niños de lo más traviesos e inquietos en algunos casos, orientar la historia según el carácter de cada pequeño y entretener a su exigente público. ¡Todo a la vez! Os aseguro que no fue tarea fácil y que los pequeños se lo pusieron muy difícil a los dos profesionales de las tablas. Sólo diré que tengo agujetas en las abdominales de tanto reírme.

Daniel hizo de lobo en la primera parte, pero como tenía una curiosa tendencia a tumbarse a roncar sobre el escenario más inoportuno acabó volviendo a su asiento. Empezó bien, aullando y muy entusiasta con su papel, pero en cuanto hizo la gracia la primera vez y vio que el público se desternillaba resultó muy difícil hacer que volviera a abrir los ojos. Era muy divertido verle, pero la historia no podía continuar con un lobo con narcolepsia, así que invitaron a otra niña deseosa de participar y mi niño volvió muy feliz junto a sus padres. Encantado con su aparición estelar. ¿A que lo he hecho bien?” nos preguntaba continuamente, “Todo el mundo se reía. ¿Lo visteis?” Y nosotros asentíamos divertidos, aunque pidiéndole silencio para ver como continuaba la historia. También tuvimos que parar los pies en un par de ocasiones a Iván que tras negarse a subirse al escenario cuando le invitaron, decidió que quería ser un cerdito y casi hace una aparición sorpresa a mitad de cuento.

A toda la familia nos encantó la obra, aunque Raúl objetó que muchos chistes eran para adultos. Tiene razón, pero así debe de ser. Los espectáculos infantiles son muy difíciles de elaborar porque deben contentar a la vez a dos públicos con gustos extremadamente diferentes: los niños y los padres.

A la salida nos obsequiaron con unas narices de payasos que encantaron a más pequeños. Aprovechando que nos quedaba cerca nos acercamos al parque Madrid Río para merendar allí. Los chiquillos lo pasaron bomba en el barco pirata y en los toboganes gigantes. Es un lugar estupendo para ir con niños. Como el tiempo no acompañaba empecé a quejarme pronto de que tenía frío y sugerí ir al coche a por los abrigos (y ya que íbamos, subirnos e irnos a casa). Mis tres hombres me miraron con cara de pocos amigos. Se ve que se lo estaban pasando bomba y yo era la única aguafiestas. 

Mi marido me hizo feliz y me ayudó a arrastrar a los peques hasta el coche, pero una vez dentro me hizo una propuesta de lo más peligrosa: "¿Que te parece si vamos al restaurante chino de nuestro antiguo barrio? Ese que tanto nos gustaba..." "¡¡¿Cómo?!! ¡¡¡¿Con las fier... eeeh... con los niños?!!! Tu flipas"

A nuestras espaldas se activó una cantinela terrorífica "Restaurante síiiiiii, mami, porfiiiiii" gritaban mis retoños. Raúl, a su vez, me ponía ojitos de bambi... Así que claudiqué encomendandome a todos los santos.

Nos introdujimos en el restaurante que estaba abierto a las ocho menos cuarto de la tarde, ¡increíble! Mientras nos sentaban en una mesa yo me disculpaba con la mirada con antelación por todo lo que iban a perpetrar mis infantes. Pero estaba muy equivocada. En contra de todo pronostico, se portaron bastante bien y se quedaron en sus asientos todo el rato. Mi teoría es que los palillos los mantuvieron entretenidos el tiempo suficiente para que sus padres pudieran disfrutar de los deliciosos manjares que nos sirvieron. La camarera, encima, les daba bolilla y se reía con ellos. Así que empecé a dejar los histerismos a un lado. Pasamos una velada estupenda y, cuando nos fuimos, el mantel no estaba casi manchado. No creo que esto se repita, así que lo disfruté cada minuto.

Fue una tarde increíble.

20 comentarios:

  1. Enhorabuena, menuda tarde pasásteis. Muy interesante el teatro de improvisación para niños, debe ser divertidísimo.

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    1. Sí, ha sido todo un descubrimiento!!! Los peques se sienten muy importantes, tanto eligiendo el cuento como interpretándolo :D

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  2. Madremiaaa! K bien lo pasasteis! Y k bien k te tocara en un sorteo! A mi no hay manera de k me toque nunca nada! Jejeje!!

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    1. Es que me apunto a millones y alguno sale jajaja

      Cómo es tan fácil apuntarse y los premios son taaaaan tentadores...

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  3. Me alegro que hayas disfrutado del teatro con los peques, gracias de participar.

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  4. Uy, qué de cosas... Recuerdo que de pequeña también fui a una obra donde nos dejaban participar subiendo al escenario y me lo pasé pipa... Si es que nací con alma de diva. Jajaja. Un besote!!!

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    1. Habría que verte. Seguro que bordaste el papel y te suplicaron que volvieras todas las funciones ;)

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  5. Oye que día más redondo. Me dan ganas a mi de ir a esa función, que divertido!! Y encima parque, paseo y cena. Redondo.
    Besos

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    1. Te ríes muchísimo con la obra. Es verdad que nos salió un día redondo y todo por presentarte aun sorteo pensando que no tienes posibilidades... y ¡mira por donde!

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  6. Un día de esos redondos que te recargan de energía para muchos otros ;-)

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    1. Siiii. Es que una cosa es lo que planeas y otra el resultado. Con niños nunca se sabe, pero el sábado fue genial :D

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  7. Si tus niños disfrutaron no están de más los chistes para los papis, jejejejeje....
    Yo repetiría en el chino...me encantan!!
    Muas!

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    1. Pienso como tú. Los peques están acostumbrados a esos chistes. Y quien no lo crea que se vea las pelis de Disney. Están plagadas de chistes para padres (las últimas).

      A nosotros también nos encantan los chinos y hacía siglos que no pisábamos uno :D

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  8. ¡¡Muchas gracias Dácil por esta crónica de la tarde tan divertida y con tanto entusiasmo!! Nos alegramos mucho de que lo disfrutarais tanto. ;-)

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    1. Gracias a ustedes. Me alegro que les gustara el post. Cuando algo nos gusta hay que compartirlo para que otros puedan pasarlo igual de bien :D

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  9. Bufff...q difícil lo de hacer el cuento q elijan los peques, no? yo la verdad admiro un montón a la gente q hace teatro para niños... yo no sería capaz!

    Y q guay lo del restaurante!!! ya verás como a partir de ahora hay más ocasiones de esas! :-)

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    1. Yo también creo que es un trabajo muy difícil para lo actores, pero por otro lado, con niños en el escenario el éxito está asegurado con el público familiar jajaja

      Son taaaan graciosos!!

      No sé yo si me voy a atrever con otro restaurante pronto, que lo de portarse bien no es lo normal en mis fierecillas. Me encanta que sean inquietos, pero a veces se pasan :S

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  10. Que divertida tarde, y se la quería perder jijiji. Me encanta el teatro de improvisación, es genial la capacidad que tienen.

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    1. Dignos de mi total admiración!!! No veas que difícil es manejar a los peques para que improvisen jajaja

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Me encanta saber lo que piensas.