Páginas

miércoles, 25 de junio de 2014

Mis hijos y su amor por las piscinas

El lunes, aprovechamos que el día estaba con buena temperatura y no demasiado soleado para ir a la piscina del polideportivo. Así nos evitábamos el torramiento calorífero.

Los peques estaban entusiasmados con la idea, casi no me dejaban preparar la bolsa y hubo más de un grito, y de dos, antes de atravesar la puerta. Pero ellos estaban tan contentos con la perspectiva que los morros de mamá no pudieron estropearles el momento.

Casi se meten vestidos en la piscina de bebés. Estuvieron un buen rato jugando con los churros y la pelota inflable (pobres mamis que vamos siempre cargadas como burras). Estábamos solos, en una piscina en la que el agua no les llega ni a las rodillas, así que me pude despreocupar un poco y relajarme.

Al poco me pidieron ir a la piscina grande, así que dejé todos los bártulos en el banco y nos fuimos donde me pedían. Tocó meterse en el agua fría, pero que no hacemos por los chiquillos. Así que, cataplum, al agua. Y a jugar con dos chiquillos muy activos. Afortunadamente, Daniel ya es muy autónomo, aunque no me quedo tranquila si no lo tengo cerca y a la vista. Sé que le limito demasiado, pero ya le daremos un poquitín más de libertad cuando esté el padre y cada uno se dedique a uno de los niños en exclusiva. Una libertad aparente porque le estaré vigilando de cerca. No lo puedo evitar.

El caso es que se lo estaban pasando bomba saltando a los brazos de mamá, chapoteando, "nadando"... Hasta que empezaron a acusar el frío y nos volvimos corriendo a la de bebés que está mucho más calentita.

Ahí estuvimos otro buen rato, mientras más niños comenzaban a venir. Iván, de vez en cuando, intentaba escaparse a la piscina de mayores, pero le interceptaba a tiempo porque ni a su hermano ni a mí no apetecía volver tan pronto. Aunque llegó el momento de claudicar y volver a meterse en el agua fría. No sé por qué, el juego de los chiquillos se volvió bastante más salvaje y acabé magullada y muerta de frío. A Daniel tampoco se lo veía muy cómodo, así que tardé bastante menos en dar por terminada la visita a las profundidades.

El pequeñajo me montó una perreta bien maja mientras los arrastraba de nuevo a la zona de chiquitines. De camino me encontré con otra madre del cole y cosa se calmó un poco cuando los niños se mezclaron un poco para jugar. Aunque Iván se agarró cual lapa a su churro naranja y gruñía si alguno de los niños intentaba jugar con él.

De nuevo en la piscina pequeña (que mareo), los chiquillos se lo pasaron en grande interactuando con otros niños y sus jugutes. La mami del cole me dio la idea del verano: globos de agua para llevar a la piscina. No ocupan espacio y no te da tanta pena que se te pierdan. El único factor en contra es que tienes que estar muy atenta para recoger los cachos de plástico cuando estallan.

Más de tres horas a remojo me parecieron demasiadas, pero a mis retoños les supo a poco y me lo hicieron pasar mal para sacarlos de allí.

Confieso que casi me alegré de que al día siguiente lloviera y no poder llevarles.

10 comentarios:

  1. Oye que chachi el comienzo de verano que habéis tenido Pasarlo muy bien ;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Demasiado intenso jajaja

      Cuando le presente mis sugerencias para este fin de semana al papi de las criaturas, me miró fijamente y me soltó: "Y también podemos quedarnos en casa tranquilamente" jajaja

      Eliminar
  2. Ufffff. Yo no aguanto cuatro horas en una piscina ni muerta... Bueno, no aguanto nada porque no me gustan pero cuatro horas sí que me parece una barbaridad. Lo dicho, las madres sois geniales. Un besote!!!

    ResponderEliminar
  3. Yo tengo wue confesar que alginas veces nos colamis en las piscina de los hoteles de Salou. Como no.hay control nonguno, tomamos sol, cervecita y baño. Y asi patece que somos un turista mas aunque solo sea po unas horas....jaja.
    Oye has visto mi ultimo post? Te animas a participar???un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Síiii que quiero participar. Sí, sí, sí!!!

      Cuando era pequeña, mi familia también se colaba en un resort al que íbamos muchas veces de clientes. Como no sabían si esa vez nos alojábamos o no y no querían quedar mal con clientes fijos no nos preguntaban jajaja Estaba genial!!

      Eliminar
    2. Que bien...Otra espia mas! Bueno la invitacion a participar la hago extensible a todas tu lectoras. Queda dicho...

      Eliminar
  4. Jajja yo estaría la mar de contenta que lloviera para no volver jajaja, pero es que soy mala madre.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No somos malas madres ¡¡¡Somos santas!! Pero hasta las santas tienen un límite jajaja

      Eliminar
  5. Jeje ahora mi niña solo tiene 9 meses así que la piscina mencantaaa con ella ^^ verla disfrutar y poner una carita de felicidadddd que me derito frente a ella...

    Ya te dire cuando tenga unos añitos mas....

    ResponderEliminar

Me encanta saber lo que piensas.