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miércoles, 31 de diciembre de 2014

Unas navidades llenas de regalos, virus y sin nada de cobertura

Estas Navidades las hemos pasado casi incomunicados en el pequeño pueblo de un tío de Raúl. Nos juntamos ventiuna personas para celebrar las fiestas, que no tuvieron nada de paz, ni armonía, mas bien de tambores, trompetas y panderetas. Y virus, muchos virus, porque allí llegamos al menos tres personas tocadas.

Llegamos allí el mismisimo día de Nochebuena, así que a las doce recibimos la visita de la ilustre Mama Nuela, que nos reparte regalos a diestro y siniestro todos los años. Los niños estaban emocionados con su llegada, aunque saben perfectamente quién está detrás del disfraz. Eso importa poco, lo bonito es cuando les nombra y se les ilumina el rostro. A mis niños les encantaron sus regalos y los están usando muchísimo. Todos y cada uno de ellos.

En esta ocasión han caído muchísimos juegos de mesa, lo que les da la oportunidad de convencer a sus padres para pasar un rato bien divertido a su lado. Cuando les pregunté por su regalo estrella Daniel eligió los Skylander e Iván un juego de un cubo de basura. Le encanta sacar y meter las moscas de plástico y la basura de juguete. Lo gracioso del tema es que no pudimos jugar según las reglas porque necesitaba pilas y no teníamos de esa clase, pero en cuanto llegamos a casa y lo conectamos... ¡le dio miedo ver a todas esas moscas saltando como si cobraran vida! En cambio a Daniel le gustó muchísimo la dinámica de meter basura intentado que no se salieron los bichejos.

También tocó jugar una larga partida al videojuego de los Skylanders con sus guerreros nuevos. Si no les da algo. Otro gran acierto fue el juego de mesa de "El aviador loco". Lo que nos pudimos reir. Aunque también hubo muchos enfados porque mis churumbeles se empeñaban en hacer trampas para ganar a toda costa.

Pasamos los días entre juegos de mesa, paseos para ver las vacas, las ovejas, el burro y los caballos, los columpios del año de la tana que tanto fascinan a mis peques, el scalextric del primo Pablo, y disfrutando del más peque de la familia, que ya tiene un año y está para comérselo. Aunque si pudiera te comía él a ti. ¡Vaya zampón! Da gusto verle comer de todo.

Los chiquillos eran unos torbellinos y demasiadas veces se ganaron buenas regañinas, pero les daba igual, porque ellos estaban dispuestos a pasárselo pipa pasara lo que pasara.












10 comentarios:

  1. Aunque reunirse tanta gente sea un caos, es siempre genial poder estar con la familia, sobre todo para los más pequeños.
    Feliz navidad y feliz año nuevo familia!!

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    1. Los más pequeños los viven intensamente jajaja

      Muchas gracias!!!

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  2. Qué celebración tan curiosa y multitudinaria!!! Feliz Año! Besitos!

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    1. Demasiado caos, pero una vez al año no hace daño ;)

      Feliz año!!!

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  3. Menudos tambores...la pesadilla anti tranquilidad peto a todos los niños les chifla el pompompom...un besazo y feliz año nuevo.

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  5. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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