¿Que te llevarías en una autocaravana?

Pedalogía y Beloart están tuiteando un montón de actividades chulas que están haciendo con sus peques en su campamento de verano y que me están sirviendo de inspiración para tener a los míos muy entretenidos.

Cuando vi las autocaravanas que habían hecho con los niños me encantaron. Luego me explicaron que lo mejor había sido el debate de por qué se llevaban unas cosas y no otras en sus vehículos y me gustó aún más.

Para preparar esta actividad no se necesitan muchos materiales. Sólo papel, tijeras, pinturas varias, revistas, tapones, pegamento y mucha imaginación.

Les dibujé las cabinas del conductor y les pedí que las recortaran. Se pusieron a ello con mucho ahínco, aunque a Iván empezó a costarle cuando llegaba a ciertos recovecos. Me encantó que su hermano se prestara ayudarle. Le recortó la parte difícil y luego se lo devolvió para que siguiera él.

Cuando terminaron empezó la labor de dar color a la cabina. Aquí no se pararon mucho porque lo de colorear les tiene un poco hartos a estas alturas. Les pegué la cajita que iba a ser la parte de atrás y les pedí que la llenaran con los recortes que quisieran. El mayor cogió un folleto de un supermercado y comenzó a recortar y pegar salchichas, muslos de pollo, pescadito... Mientras me explicaba que la comida era muy importante y que había que comer de todo. por eso él recortaba un poco de todo. Desde luego, no iba a pasar hambre. Lo que más me gustó fue que todo era sano. No se le ocurrió pegar chocolate o chuches. A lo mejor en ese folleto no habían.

Iván eligió un catálogo de juguetes. Lo ojeó un poco, pero muy pronto encontró sus objetivos. Recortó el dibujo de un perro pixelado que no sé a qué juguete pertenecerá y un juego de campanitas. Lo pegó con mucho esmero y luego mirándome con ojos soñadores me soltó: "Y ahora le enviamos la caravana a los Reyes Magos. ¿Vale Mami?" Le dije que sí y se puso a pegar los tapones en el lugar de las ruedas muy contento.

Cuando acabaron dejamos secar el pegamento de los tapones y las pusimos de adorno en el salón. Iván cada vez que las ve me recuerda que hay que enviarle la suya a los Reyes Magos.