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lunes, 12 de octubre de 2015

Deberes: O no llega o se pasa

La mayoría de los días, el mayor me responde que no tiene deberes. Le miro con cara rara, pero no le insisto porque no quiero convertirme en su secretaria. Sé de buena tinta, porque me lo chivan en el Whatsapp de madres, que tiene que repasar sumas o dictados y aún así ya no se lo recuerdo. Tiene que ser él quien se haga cargo de sus tareas. Pero no se va a de rositas, porque el día que viene sin deberes del cole se los pongo yo. Normalmente le hago leer una página de un libro, que es en lo que le veo más flojillo.

Un día, llegó espídico. Cuando le pregunté por los deberes me contestó que tenía que repasar sumas, restas, dictados y los colores en inglés. Muy sorprendida le pregunté si le habían dicho de hacer algún ejercicio en concreto. Ante su negativa me inventé unas fichas allí mismo y el chiquillo se puso a hacerlas muy feliz.

La primera era de matemáticas. Le había dibujado unas frutas con el valor de cada una y una lista de la compra indicando el dinero que tenía para pagar. Se lo tomó como una juego y le encantó. De hecho, me pidió la caja registradora con el dinero para simular las compras. Con su lápiz iba sumando los precios de las frutas que iba a comprar. Sumó, restó, escribió los números al revés, corrigió algunos errores... Y al final la dejó perfectamente resuelta.

La segunda ficha estaba chupada para él. Yo lo sabía, pero así creo que le motivaba a seguir. Y tampoco se me ocurrió otra cosa. Escribí Red, Blue, Yellow, Green y puse un rectángulo bajo las palabras para que los coloreara del color que correspondiera. Con buscar la primera letra ya sabía a que color correspondía. Luego tenía unas rayitas para que escribiera las palabras él mismo. La hizo en minutos, como ya me esparaba. Y muy contento me pidió la siguiente, que consistía en un dictado.

Le dije las frases arrastrando mucho las sílabas para que distinguiera que sonidos correspondían con cada letra. Me pareció que lo pillaba bastante bien.

Tras esta gymkana de pruebas, se fue a jugar. Al poco se me ocurrió mirar el móvil y veo en el Whatsapp que no les han mandado nada de lo que me ha dicho sino estudiar las frases de un dictado que les van a hacer al día siguiente. ¡Horror!

Ya era tarde y, después de tenerle sumando, restando y escribiendo toda la tarde me parecía demasiado hacerle estudiar el dictado. Lo que sí hice fue hablar con él y saqué varias conclusiones. La primera que se tomaba la prueba del día siguiente como un examen y que le tenía terror a este tipo de pruebas. Le expliqué que los exámenes eran como las fichas que venía haciendo hasta ahora y que no tenía que tenerles miedo. Si lo hacía mal sólo tendría que practicar más y si lo hacía bien esforzarse para seguir haciéndolo bien. Se quedó más tranquilo, pero no le gustó nada eso del esfuerzo continuo. La segunda conclusión que saqué fue que me había dicho que tenía que hacer tanta tarea para ocultar los deberes reales.

Al día siguiente, tras el desayuno le escribí las frases del dictado y le pedí que lo copiara una vez. Fue de lo único que nos dio tiempo. Cuando salió del cole venía muy contento porque pensaba que el dictado le había salido muy bien y porque a la profesora le había encantado todo lo que habíamos trabajado en casa la tarde anterior.

Una pena que no se haya vuelto a repetir y ahora me venga todos los días asegurando fehacientemente que no tiene deberes para ese día. ¡Pues ale! ¡A leer!

6 comentarios:

  1. Es que creo que se abusa de la palabra examen y no deberían hacer ese tipo de pruebas a niños tan pequeños. Creo que la profesora es capaz de ver la evolución de cada niño y saber si cumple las especdtativas o no sin necesidad de exámenes que les ponen nerviosos.
    Suerte a Daniel.
    Besos

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    1. Entre lo que les dicen a los niños y lo que ellos se imaginan menudo batiburrillo tiene los pobres. Con tanta leyenda urbana sobre primero de primaria no me extraña que empiecen asustaditos. Siempre les digo que todos hemos pasado a 1º de Primaria (1º de EGB en mi caso) y hemos sobrevivido jajaja

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  2. Por aquí aún nos falta un año pero todo el mundo nos dice que el cambio es bestial y que se necesita un proceso de adaptación niños y familias. Ya veremos cuando nos toque
    Poco a poco Daniel irá cogiendo su ritmo y adaptándose a Primaria...suerte que tiene una mami que no baja la guardia ;-)

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    1. Creo que es un poco exagerado. Yo no veo que el cambio sea tan bestial. Por ahora sigue haciendo las fichas de siempre, sólo que antes eran más laxos con el esfuerzo porque en infantil se supone que lo más importante es que se diviertan y ahora le exigen más. Y encima empezamos con las notas buuuuuf.

      Muchas gracias por tu voto de confianza :D

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  3. jaja, Pobre el día que hicisteis sumas,restas,inglés, ¡Vamos ese día fue el vanguardia del mes! merece un premio por realizar tantos deberes y encima ¡Voluntariamente!.
    Es normal, vamos , yo tuve de esas escenas a montones, entonces no había whatsapp y no te enterabas ,o te enterabas días después de boca de otras madres.
    Cuando son niños tan pequeños deberían traerlo escrito en sus cuadernos o en una agenda. Los míos la tenían pero no traían nada escrito porque la profesora decía los deberes como si de universitarios de tratara sin dar tiempo a anotarlos. Y no deben estar los padres con ese pendiente.
    Tardará a que se haga a ello.

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    1. Daniel tiene una agenda, pero se supone que el que tiene que escribir es él. De vez en cuando trae alguna nota de la profe, que se ve que no fía mucho de que la información vaya a allegar a casa si el portavoz en Daniel, pero normalmente llega en blanco día tras día jajaja

      La verdad que el día que se inventó todas esas tareas la profe lo felicitó y todo jajaja Pero se ve que no fue suficiente motivación porque no se ha vuelto a repetir. Poco a poco...

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