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domingo, 17 de enero de 2016

Volver al frío cuesta

Después de tantas aventuras navideñas, sólo nos quedaba hacer las maletas y volver a los fríos madriles. Muy pocas ganas teníamos de montarnos en el avión. Incluso Daniel sugirió que nos quedásemos a vivir en Gran Canaria, pero nosotros teníamos que volver al trabajo y ellos al cole, así que nos despedimos de la familia, de la playa, del sol, de las camisetas de manga corta... Y rumbo a la capital de España.

El vuelo se nos hizo bastante corto, pero entre que las maletas tardaron muchísimo en salir y que había que ir al parking de larga estancia en autobús llegamos a casa a las doce de la noche.

Por cierto, nos pasó una cosa curiosa mientras esperábamos las maletas. Daniel se puso a jugar con un niño, más o menos de su edad, y nosotros nos despreocupamos porque nos parecía algo normal. De vez en cuando le decía que no tocara la cinta o que no se subiera a algún sitio... Lo típico. De repente, oímos que la madre del chiquillo, compañero de juegos, le suelta a nuestro hijo mayor: "Eso se lo cuentas a quien lo quiera oir, pero a mí no". Desconcertados le preguntamos al peque qué le había dicho. "Nada, no sé..." nos contestaba todo el tiempo. "¿Pero le has dicho algo desagradable¿ ¿Has dicho una palabrota...?" y a todo negaba con la cabeza. Puede que mintiera, pero no sé qué le pudo decir un niño de seis años a esa señora para que diera tan abrupta contestación. Ahí no quedó todo, porque cuando Daniel se acercó a su hijo para seguir jugando, la señora agarró del brazo a su vastago y se colocó lo más lejos que pudo de nosotros. Al pasar a mi lado le dedicó una sonrisa forzada a mi cara de estupefacción y me soltó un escueto: "Es que se han juntado dos iguales..." Dos iguales ¿Qué? ¿Dos niños? ¿Pero qué le diría Daniel para causar tal reacción? Me temo que nunca lo sabré, pero ya me gustaría. Alucino.

En fin, que me voy por las ramas... El caso es que ya estábamos en nuestra casita. Calentita gracias a nuestra portera y amiga que es un amor y nos encendió la calefacción el día anterior. Y pensaréis que nos meteríamos de cabeza en la camita... ¡Pues no! ¡Pues no! Ya me hubiera gustado, pero es que en casa nos esperaban... ¡más Reyes! Buuuuf. Los papis ojerosos y agotados y los niños hiperactivos y emocionados: "Ábremelo mami, móntamelo papi".

Y así estuvimos hasta la una y media: jugando, montando, abriendo cajas, cortando alambres. Hasta que nos pusimos serios y los mandamos a la cama sin muchos miramientos.

Por fin en la camita, por fin a cerrar los oijtos... Y justo en ese momento el gato empezó a maullar... ¡Y no paró hasta las nueve de la mañana del día siguiente! ¡Vaya noche! Al día siguiente yo quería matarlo y mis hijos lo defendían a capa y espada: "No lo mates mamiiiiii, que es muy monooooo, que es muy buenooooo".

Menos mal, que el paquete de Bubble Gum que gané en el sorteó que organizó La Fábrica de los Peques nos endulzó la mañana y nos quitó el mal humor. Vaya dos tesoros el bote de sweeterapia y la tarta de corazón. Y estos que se lo querían comer todo. Tuvieron que esperar a la noche para degustar las deliciosas gominolas como postre de la cena. ¡Están buenísimas!



6 comentarios:

  1. Jo, qué misterio. ¿Qué habrá dicho?
    Qué pena cuando llega el fin de las vacaciones pero, en fin, que os quiten lo bailado.

    Besotes!!!

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    1. A saber que le diría. Me lo espero todo de este chiquillo snif snif
      pero a recordar sólo buenos momentos jajaja
      Que razón tienes

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  2. Pues seguro que estaban planeando subirse a la cinta y la madre los oyo y como siempre culpan al niño ajeno jijijijijiu,, mas que nada porque fui testigo una vez de tal trastada....
    Un beso familia....
    Feli.

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    1. Pues seguro! No se me había ocurrido. A saber!
      Yo también he sido testigo de situaciones como la que me describes, pero en esta ocasión no presencié nada y no puedo hablar ni opinar. Nos quedamos con la intriga ;)
      Besos!!

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  3. Madre mia hay que gente que está fatal..que le habria dicho?? seguro que nada melo estoy imaginando alguna cosa de niños. En fin, vaya vuelta de vacaciones, los reyes el gato, jajaja menos mal que la casa estaba caliente por lo menos.

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    1. Nunca sabremos lo que le dijo y ya me gustaría. no creas. Tengo una curiosidad...

      Y con lo bien y descansada que llegaba esa noche me agotó para todo el invierno buuuuf
      No me he recuperado todavía :_(

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