Libros únicos y originales

Como mañana es el día del libro, en el cole de los peques pidieron que cada niño llevara al cole un libro creado por él para hacer una gran biblioteca única y original. Me parece una gran idea, aunque creo que son actividades que deberían hacer en clase porque no todos los padres tienen tiempo para sentarse a ayudar a sus hijos pequeños en una actividad tan bonita. Y luego pasa lo de siempre: Niños con obras de arte, niños avergonzados con lo que a ellos les parece un churro y a mí me parece obras de arte teniendo en cuanta la edad de cada uno y, lo más triste de todo, niños sin nada en las manos mirando con envidia al resto. Si se hace en clase todos tienen igualdad de oportunidades, se divierten con sus compañeros y se fomenta a creatividad en las aulas. En fin, que me disperso.

El caso es que Daniel tenía clarísimo lo que quería hacer y ese día vino dispuesto a darme todas las instrucciones necesarias para dirigir la operación, pero yo pusiera la mano de obra (¡Que morro! ejem ejem). "Mami, ¡saca toda la gomaeva que tengamos!" exclamó entusiasmado. Y en unos minutos teníamos pequeños libros con portadas de gomaeva. Me encantó la idea.

El mayor hizo un libro sobre un monstruo travieso que hace muchas gamberradas, pero que también le gusta jugar, comer, hacer acrobacias, hacer el monstruo, pero que también se hacía daño... Me pareció un libro precioso y le vi a él reflejado en ese simpático monstruito que hacía las cosas propias de un niño. Aunque seguro que esa no fue su intención.

Iván ese día no estaba para manualidades, así que dejó su libro impoluto. Pero los días pasaban y la fecha límite estaba por llegar, así que preparé todos los materiales y los senté para una nueva sesión de creatividad. Daniel se apuntó porque me dijo que si profe le había dicho que el libro estaba lleno de faltas de ortografía, así que se le metió en la cabeza que tenía que hacer otro.

El más pequeño de la casa encontró la inspiración y me hizo un precioso álbum lleno de Invízimals dibujados por su puño y letra. Luego me pidió que escribiera en la primera página "El Invizimal favorito de Iván es TigerShark" y en la segunda "¿Cual es tu invizimal favorito? Elige uno". Tanto éxito tuvo que hizo una segunda parte por petición de su hermano.

Estaba muy orgulloso de sus dos creaciones y casi hace una tercera parte, pero la tarde se le quedó corta y no le quedó más remedio que aplazar la publicación para otro día y meterse en el baño. Ambos ejemplares me parecieron magníficos. Cuando puso su nombre, lo puso muy grande porque dijo que cuanto más grande más importante.

Por su parte, Daniel hizo un brillante y colorido libro sobre una excursión al campo y una lluvia de estrellas. Le quedó precioso también. Pero al final cambió de idea y en vez de llevarlo al cole se lo ha vendido a su padre por un euro y medio para comprar sobres de Invizimals. Este niño es un listo.