Los cactus de boolino

Llegábamos del parque cuando, de repente, mi portera, que es maravillosa, me puso un sobre leno de pintura verde entre las manos. "El bote se ha debido abrir y ha hecho estragos en el carrito de la cartera", Uy, que tela. Ya me imagino todas las cartas verdes fashion. "He metido la pintura que he podido de nuevo en el tarro y lo he cerrado", me explicó tendiéndome al culpable de tanto desastre entre servilletas.

El sobre venía de Boolino. Lo abrí con curiosidad y vi una preciosa actividad dentro. Se habían salvado las láminas y las instrucciones, pero la ficha del libro había quedado para el arrastre. Con curiosidad me metí en internet para saber más de Sed Box Kids, la publicación ligada a la manualidad, y es una chulada. Resulta que es un libro y una caja para hacer un huerto en casa, hacer que crezcan y usar lo cultivado para preparar sencillas recetas. ¡Ideal para los niños!

Como la témpera del sobre estaba fresca, decidí montar la actividad inmediatamente y aprovecharla antes de que se secara. Les puse a los niños unas camisetas mías para preservar sus batas y empezó la diversión.

Los peques untaron sus deditos con entusiasmo y a pintar las partes de los cactus que nos venían en cartulinas de otra gama de verde.

Iván fue más cuidadoso, pero Daniel inundó su cactus hasta que no se vieron las líneas por donde había que recortar. Cada uno lo hizo como mejor le pareció. Una vez adornados los cactus, los dejamos secar un día, recortamos las figuras y las montamos. Como no estaban perfectamente recortadas no se mantenían en pie si no eran pegadas a una pared, pero no importa porque nos venían de miedo para completar nuestro rincón primaveral que comenzó con las flores de papel.

Han quedado geniales. Muchas gracias Boolino.