La clausura de las TdN2016

El domingo por la noche nos reunimos todos en el salón de actos para la clausura del evento. El mayor estaba desolado porque eso significaba el fin de las TdN de este año. Al pequeño no se les veía muy afectado. Igual que el año pasado, les llevé la tablet para que se entretuvieran y no la liaran.

El caso es que estuvieron muy entretenidos, porque, en esta ocasión, contaron con la presencia de un monologuista, Carmelo González, que decía bestialidades enooormes. Los peques no llegaban a entenderlas, pero eso no les quitaba de corear todas las palabrotas que salieron por la boca del cómico. Yo me debatía entre partirme de risa, porque la verdad es que lo que decía tenía mucha gracia, y reñir a los niños eco que subían el tono y las carcajadas cada vez más y más.

Se repartieron muchas sonrisas, muchos discursos y muchos regalitos. Sobre todo entre los niños que se llevaron, cada uno, un libro y un juego. Sumados a los que le tocaron a Raúl en el sorteo y por ser voluntario y a los que te hacían entrega nada más llegar reunimos una buena cantidad de cositas chulas.

Aún con el regalo, Daniel estaba inconsolable. Y de nada le valieron las palabras de Carolina, una de las organizadoras: "Ahora sólo queda empezar a pensar en las siguientes TdN". El peque estaba tan triste, que le tuvimos que prometer que organizaríamos las nuestras en Covarrubias.

Enseguida se ilusionó con el proyecto. Hizo un cartel y un programa para nuestras TdN, a las que bautizó las jornadas de La Batalla de la última Alianza, pero muchas imprevistos hicieron que nos saltáramos el programa a la torera. El peque se lo pasó bomba, pero después de cuatro días se dio cuenta de que no habíamos organizado las prometidas jornadas de juego y no veas que enfado. De nada sirvió recordarle que él fue el primero en estar de acuerdo con retrasarlas por una u otra cosa. El caso es que la culpa nunca es de los niños. Claramente es de los padres. ¡Siempre! y pase lo que pase.