El juego de Iván

Mientras cenábamos Iván nos explicó que ese día, en clase, habían jugado a un juego muy chulo que nos iba a encantar. Tanto picó mi curiosidad que le pedí jugar. Me dijo que necesitaba una mantita y muchas cosas. Fue fácil encontrar el material.

Nos pidió que cerrásemos los ojos. Estuvo cacharreando un rato y nos avisó de que ya podíamos abrirlos. Nos encontramos con un chiquillos abrazando la mantita muy feliz. "¿Que he escondido?" preguntó sonriente.

La verdad es que no me había fijado en los objetos así que me dejó descolocada. Daniel estuvo observando un rato las cosas, cambiándolas de sitio, observándolas de cerca y por fin soltó: Lo vasos de plástico. "Síiiiii" exclamó entusiasmado descubriéndolos. Volvimos a jugar y esta vez tuvo que darnos algunas pistas porque no dábamos con lo que faltaba. La verdad es que es un juego muy entretenido.

Cuando acabamos, Daniel se inventó el suyo propio de puntería con pompones u obstáculos. A Iván se le dio bastante bien, pero yo soy malísima en eso de encestar, así que el chiquillo tuvo que ayudarme para acabar con el juego antes de la medianoche.