¡Salte quien pueda!

¡Salte quien pueda! es un libro muy curioso que te presenta a un ser repugnante, a una plaga asquerosa, a un bicho al que hay que temer... como una monería la mar de simpática. Sí, estoy hablando del... ¡Piojo! Ese ser que se cuela en tu cuero cabelludo sin ser invitado y hace estragos hasta que logras deshacerte de él, mas bien ellos, a base de champús, lociones y mucha liendrera.

Pues bien, a pesar de mi aversión a estos bichos, el protagonista de este libro ha ganado mi cariño. Sobre todo en la última página, cuando vuelve a su caballo favorito... ¡porque tiene una gran corazón! Y yo ya me imagino la cara de horror de la madre del potrillo (que no es otro que un niño humano) cuando lo vea retozar a sus anchas en el pelo de su retoño.

Pero, claro, con lo que cuenta este simpático piojo, casi me dan ganas a mí de pegar el salto a la cabeza del peque. Vivir allí es un chollo, una fuente de saber inagotable y una diversión constante. Es la Felicidad, así en mayúsculas. Y, a veces, compartir esa felicidad con muchos, pero muchos, pero muchos muchos piojos puede desestabilizarla. Pero como el piojo en cuestión es un buenazo, comparte a su caballo y nos explica cómo podemos acabar todos rascándonos la cabeza como locos en cuanto juntemos varias cabecitas.

Lo cierto es que me ha hecho mucha gracia la historia y las ilustraciones son la mar de saladas. A mis peques les ha enamorado el piojito, pero espero que no tanto como para arrimar sus cabezones a un compañero con piojos para convertirse en sus cabellos. Con ellos nunca se sabe...

Muchas gracias Boolino por este libro tan original y divertido.