La presentación de Elefante y Miguel

Elefante y Miguel es un libro muy especial. Surgió de una preocupación acerca de la educación de los niños cuando los niños de María José Rodríguez, la autora, llegaron a casa con la típica nota que anuncia una excursión del cole. Hasta ahí todo normal, pero cuando la leyó y vio que se refería a un circo con animales no daba crédito. Qué valores les estamos enseñando a nuestros hijos si los insensibilizamos ante una situación tan injusta. ¿Realmente queremos que piensen que sacar a animales salvajes de su habitat natural y obligarle a aprender trucos de circo para su diversión y por puro egoísmo está bien?

La escritora compartió su disconformidad y razones con el centro, primero, y luego con el profesorado, pero, al ver que el mensaje no llegaba a los verdaderos interesados: los niños, se decidió a tomar cartas en el asunto de una forma mucho más efectiva y, en ese momento, apareció en su mente Elefante y Miguel.

Cuando era pequeña, mis padres sólo nos llevaron una vez a un circo. Debía ser muy pequeña porque sólo recuerdo a los payasos. Supongo que habría animales, pero yo no los recuerdo. Cuando mis hijos eran muy pequeños les llevé a uno porque encontramos una oferta tremenda. Los niños tuvieron pesadillas esa noche y a mí me dieron mucha pena los animales. Se les veía bien cuidados, pero todo ese ruido, todas esas luces... ¿No les vuelven locos? Me pareció horrible que tuvieran que vivir así. No les he vuelto a llevar.

A lo mejor por esta experiencia de ocio, que al final no resultó como esperábamos, entiendo muy bien el mensaje de Elefante y Miguel aunque esté envuelta de un realismo mágico. Lejos de restarle credibilidad, yo creo que le da incluso más fuerza.

Miguel un día se encuentra a un Elefante y desde ese momento le quiere, le quiere muchísimo, pero es un amor egoísta porque le quiere cerca de él sin pensar si eso es lo mejor para la felicidad de su nuevo amigo. ¿Lograrán sus padres hacerle entender sus padres que no basta con querer a alguién, sino que, además, hay que quererle feliz?

Como muy bien apunta Melisa Tuya en la presentación, es un mensaje que se puede extrapolar de los animales salvajes, a los domésticos e incluso en las relaciones humanas. Una enseñanza que debemos transmitir a nuestros hijos para poner nuestro granito de arena en la lucha contra la sociedad individualista, egocéntrica y narcisista que construimos cuando fomentamos el ombliguismo en nuestros hijos y en nosotros mismos.

Las ilustraciones vuelven a ir de la mano de Andrés Arcos, que ya nos cautivó con Galgui. El dibujante confesó que para el entrañable galgo se inspiró en triángulos, mientras que cuando pensó en Elefante, le vino a la mente una gran pelota. Ha vuelto a acertar con la estética porque las imágenes son maravillosas. El mismo autor nos habló de cómo lograba hacer más realistas a sus personajes a pesar de dibujarlos esquemáticamente a través de las expresiones y las emociones.

Afortunadamente, Melisa Tuvo la excelente idea de grabar el encuentro en Streaming y ahora contamos con este vídeo en el que la propia autora cuenta su odisea opositora para salvar un momento de inspiración de lo más inoportuno. Cuenta la historia casi al final del vídeo y es muy buena. Dejó sin palabras a todos los presentes que acabamos estallando en carcajadas. Que crack.


La presentación se hizo en la tienda El Mono Araña que es un lugar lleno de tentaciones irresistibles. Si alguien logra entrar y salir sin llevarse algo le hago la ola. El libro se puede adquirir a través de la web que he enlazado en el primer párrafo.