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jueves, 12 de abril de 2018

Carga tus armas y a la mazmorra a repasar

Mis hijos acabaron muy quemados de exámenes y deberes cuando llegamos a las vacaciones de semana Santa, sobre todo el mayor. No querían ni oí hablar de repasar. Hasta las tareas que les habían mandado desde el cole les sobraban, así que ni hablamos de ponerles a practicar problemas, operaciones o caligrafía.

Por un lado, tienen razón con que las vacaciones son para disfrutarlas a lo loco, sobre todo cuando les viene el último trimestre y hay que hacer el spring final. Casi me había rendido a dejarles a su libre albedrío tras liberarse los primero días de las cargas impuestas cuando se me ocurrió una idea que tal vez pudiera interesarles. Lo cierto es que no recuerdo como comenzó el plan, pero enseguida tenía todo atado en mi mente y unas ganas locas de prepararlo y desarrollarlo.

Con ayuda de internet (que haríamos sin él) fui montando una aventura de mazmorreo de lo más emocionante, con tesoro al final, por supuesto. Si no hay recompensa las fieras no mueven un dedo, eso lo tengo claro.

Lo primero que tuvieron que hacer fue elegir sus armas entre espada (dos cargas), bola de pinchos (tres cargas) y trabuco (cuatro cargas). Estas armas se cargan haciendo operaciones, líneas de caligrafía y problemas que también saqué de internet, así que si quería  munición no les quedaba más remedio que hacer trabajar a sus neuronas. El mayor cargó su trabuco y su espada y el pequeño su bola de pinchos y su espada. Ambos fueron listos y eligieron un arma de pocas cargas para tenerla siempre lista con poco esfuerzo. Después de todo, podían aunar fuerzas para cargarse a los malvados monstruos que le iban a poner difícil llegar hasta el tesoro.

Luego el guardián de la mazmorra, o sea yo, les dió su primera pista: "Dibuja un círculo y a las seis y media lo encontrarás". "Buf, empieza difícil", se queja el mayor. "¡Venga ya! ¿Has resuelto dos problemas de mates super difíciles y no puedes con esto?", "Es que no entiendo que hay que hacer" lamenta el pequeño. A ver, vamos poco a poco. Que es lo primero que hay que hacer: Un círculo. ¿Y que tenemos que dibujar en el círculo? Una hora determinada. ¿A qué se parece este círculo?. Daniel ya hace rato que se ha dado cuenta que me refiero al reloj de pared de la cocina y ya está debajo buscando al monstruo. "¡Hay dos!" exclama pidiendo la ayuda de su hermano. Cada uno tiene cuatro vidas, así que empezamos pronto a usar la munición. Acaban con los dos y cogen las pistas que tienen pegadas. Cada uno tiene la suya. Aunque son exáctamente iguales. He comprobado que es la mejor manera de evitar conflictos y peleas entre hermanos.

Cada vez que se quedan sin munición tienen que sentarse en la mesa de la cocina a hacer tareas para poder volver a llenar sus armas. Intentan negociar para que les rebaje las municiones, sobre todo el mayor, alguna les cuela pero no muchas porque el objetivo principal es que repasen de forma divertida. Entre las pistas encuentran un puzle, un laberinto, un poema acróstico (muy malillo porque me lo tuve que inventar yo para que las primeras letras de los versos formaran alfombra), imágenes... Algunas les cuestan más, y les tengo que echar una manilla, y otras menos. Por el camino tienen que vencer a monstruos más y menos poderosos y volver a cargar sus armas.

Por fin llegan a la última pista, "Leer te da superpoderes" (lo copié vilmente de un póster que nos regaló la Editorial SM de Las princesas Dragón). ¡A buscar entre los libros! Encuentran un mapa, pero tendrían que ser dos. ¿Dónde está el segundo? El libro dónde lo había escondido ha desaparecido. ¿Qué misterio es este? "¿Estáis buscando esto?" pregunta el padre asomando la nariz desde las páginas del libro desaperecido. "¡Síiiiiiiiiiii!" chillan los niños mientras se abalanzan sobre él y consiguen el segundo mapa. ¡Mira que desorganizarme el juego!

Los dos estudian fijamente el mapa, pero les cuesta bastante situar la X roja que indica la situación del tesoro. ¡La de pistas que les tuve que dar! Al final terminamos por hacer el juego de frío caliente. ¡Y sí! dieron con sus sorpresas en lo más profundo de la nevera: uno juguetitos del todo a cien que les sirvió de entretenimiento durante el resto de las vacaciones.

El juego fue todo un éxito, pero la preparación requiere de mucha inversión de tiempo que no siempre se tiene. Nosotros sólo hicimos uno en los once días que duró la Semana Santa y excepto los deberes de clase les dimos bastante manga ancha para que se olvidaran del cole. Luego lo pagamos en el comienzo, eso sí. Aún estoy discutiendo con ellos tres horas para que se sienten diez minutos a estudiar ainsss










17 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Sí que se lo pasaron bien. Es que estos dos les encantan este tipo de juegos :D

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  2. ¡¡¡Menuda paciencia q tienes!!! yo no valgo para eso...a mí de pequeña me encantaba lo de hacer fichas, escribir y leer, así que llevo muy mal que mis hijos no disfruten y les pase como a los tuyos, q parece un castigo :-( además q yo no tengo imaginación para hacer esas búsqueas del tesoro ;-)

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    1. Pues ahora no conozco a ningún niño que les molen las fichas. Puede que sea porque se las meten desde la guardería y se acaban quemando. No sé. A mí es que me encantan estos juegos. No lo puedo evitar :D

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  3. buffff alucino con tu imaginación!!!
    Madre mía.....
    Bueno al final mereció la pena el esfuerzo, ellos hicieron tareas y lo pasaron bien. Ahora tu... tuviste más trabajo q ellos, pq preparar todo eso....

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    1. Aaaay muchas gracias. Sí que mereció la pena el esfuerzo. Nos lo pasamos muy bien todos :D
      Y estudiaron!!

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  4. Hola mamá
    Me encanta este finde se lo vamos a preparar a mi niño
    Gracias un saludo

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    1. Cómo me alegro!!! Si quieres que te pase el word que me hice de guía para el juego sólo tienes que decírmelo :D

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    2. Hola
      Ya le hicimos uno y le gustó.
      Si no te importa me pasas el tuyo a ver qué tal es para este finde que viene su amiguita a dormir
      Gracias y saludos

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    3. Te dejo mi correo
      jcarlosdoncel@gmail.com

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    4. Me alegro mucho de que le gustara. Te envío la mía a tu correo. Espero que te guste :D

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    5. Ok gracias
      Ya te contaré como nos a ido

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  5. Pero, ¿cuántos años tienen tus hijos? ¿En que curso están? Porque los veo muy pequeños para que ya anden quemados con esas cosas. Y tienen toda la razón del mundo. ¿Te imaginas que en el trabajo nos manden tarea para nuestras vacaciones? Sería impensable...
    Besos

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    1. Pues tiene 6 y 8 años. El pequeño no tiene muchos problemas con los estudios por ahora, pero al mayor necesita un poco de apoyo. Ambos tienen problemas gordos de caligrafía. La verdad es que yo no recuerdo hacer muchas tareas en vacaciones. Las que me mandaban para Navidad y Semana Santa las hacía el último día como casi todos jajaja Pero era responsable y siempre los hacía sin que mi madre tuviera que decirme nada. A estos hay que vigilarlos!!!

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  6. Me hubiera molado jugar a eso. Jajajaja. Cómo te lo curras y qué paciencia tienes... ya sé, lo digo siempre pero es que te admiro mucho. Jajajaja. Besotes!!!

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    1. Jo muchas gracias. Pues no hay nada que admirar porque lo hago porque a mí también me gusta jajaja Es egoismo puro. Besos!!

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