Páginas

lunes, 22 de octubre de 2018

Atención peligro: Llueve

Cada vez que me asomo a la ventana, justo antes de salir pitando para el cole con mis dos revoltosos churumbeles, y veo que llueve se me ponen lo pelos de punta. ¡Ostras! Que estrés. Otra vez me toca hacer de policía para que no le saquen el ojo a nadie, se coloquen bien el paraguas sobre la cabeza y no lo usen como arma contundente, no se lo carguen contra los muros y setos, no rayen coches, no se pongan a saltar en los charcos de agua con todo lo que eso conlleva al llegar al cole como sopas... En fin, para qué seguir.

Pero esa mañana, justo esa mañana, se me encendió la bombillita nada más pisar la calle. Los peques ya habían comenzado a golpearse tímidamente con sus paraguas abiertos (ya sabemos a lo que nos llevan estos inicios), pero yo, en vez de vocear estilo ogro, como viene siendo lo normal en estos casos en los que la experiencia dice que las buenas palabras solo llevan al caos, les agarré por los abrigos, les obligué a mirarme a los ojos para que me prestaran atención y solté la frase que sabía que iba a funcionar: "Chicos, hoy el camino al cole es como un videojuego. Nos esperan muchos obstáculos y trampas y sólo tenemos tres vidas. Las perdéis si os quitáis el paraguas de la cabeza, pisáis un charco u os chocáis contra algo (si ese algo es una persona, perdéis dos de golpe). Suerte y ¡play!"

Jolin, que éxito. Sí que se lo tomaron en serio. Aunque, por supuesto, en los diez minutos de camino surgieron muchos problemas.

"Mamiiii, no puedo llevar la mochila (de ruedas) y el paraguas a la vez. No es justooooo", gimoteó el pequeño.

"Ok, Iván. Has elegido el modo fácil. Dame la mochila. Mamá entra en el modo difícil". Le quité la mochila sin pararme. Estábamos a punto de entrar en el paso estrecho y eso requería de toda nuestra concentración.

La sonrisita de suficiencia del mayor por estar en el modo difícil con mamá, crispó a Iván, pero nos libramos del conflicto gracias a una marea de gente que nos arrolló. El que tocara el más mínimo pelo de uno perdía nada menos que dos vidas. Y no te cuento el que le sacara un ojo a alguien.

He de confesar que la gente nos puso el reto difícil porque los hay que parecen elefantes en una cacharrería. Cuando cruzamos la marea estaba claro que habían perdido sus vidas, pero defendieron sus posiciones con tal saña, y haciendo piña entre ellos, que tuve que ceder y devolverles las vidas.

Eso sí, charcos no pisaron ni uno.

Prueba más o menos superada y niños secos entregados en el cole sin dejar ningún destrozo por el camino. ¡Qué más se puede pedir! Bueno sí, que el truco funcione más veces, que ya se sabe que estos son como los Borg de Star Trek, que asimilan nuestras tácticas a la segunda o tercera y ya no funcionan con ellos. Así que hay que volver a estrujar neuronas.

9 comentarios:

  1. WOW !!! Me quedo con tu truco de madre experta ;)
    Que no usen el paraguas como escudo y no le saquen un ojo a nadie jajajaj es tal cual !!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es que les das un paraguas y se vienen arriba jajaja
      Eso de ser madre experta me queda muy grande. Aquí estoy aprendiendo con ellos jajaja

      Eliminar
  2. Eso sí q es adaptación para sobrevivir Dacil!!! 🤣🤣🤣 Me encanta lo resolutiva que eres👏👏

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Adaptarse o morir that is the cuestion jajaja
      Que remedio!!!

      Eliminar
  3. jejejeje suerte!! q llega el invierno, y habrá lluvias y nieves. aunque eso del juego.... fuenciona!! pensar sobre ello y suerte!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Funcionó ese dí, el siguiente a lo mejor me miran como diciendo ¡que quiere esta! Y pasan de mí jajaja
      Muchas gracias!!

      Eliminar

Me encanta saber lo que piensas.