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viernes, 29 de marzo de 2019

Educar en la felicidad

Ha llegado a mis manos una guía completísima basada en el método Montessori, Educar en la Felicidad, escrita por la bloguera Marta Prada de Pequefelicidad. El mensaje no puede ser más fiel a mis ideas: "La felicidad es la capacidad de saborear lo que te rodea cada día", una capacidad que vamos perdiendo a medida que crecemos y nos convertimos en esclavos de las tareas, los deberes y los horarios.

Cuando veo a los peques que se paran ante cosas que nosotros nos parecen simples y cotidianas como si fuera lo más extraordinario que han visto en sus vidas me dan envidia. Yo me paso la vida corriendo y tirando del brazo de mis hijos para llegar al cole, al médico, a las extraescolares... Nos regimos bajo la tiranía del reloj que va marcando nuestros tiempos y hacemos que nuestros hijos pierdan esa frescura y naturalidad para ver el mundo con curiosidad y despreocupación.

En definitiva, les quitamos muchos momentos felices. Está claro que es imposible vivir en la anarquía y dar rienda suelta a sus ansias de explorar. Pero con este libro Marta nos ayuda a encontrar el equilibrio entre ambos límites. Ni tanto ni tan calvo, como se suele decir.

Démosles la oportunidad de descubrir sin prisas, de hacer las cosas por si mismos, pero sin olvidarnos de la organización y de que tiene que haber un tiempo para cada cosa. Todo es importante y todo contribuye a que nuestros niños no pierdan su capacidad de ser felices con pequeños momentos a la vez que llevan una vida ordenada en la que ellos pueden ser sus propios jefes, con acompañamiento de los progenitores, claro está. Porque nadie nace enseñado.

En este libro nos ayudan a darles una oportunidad a nuestros peques para que se demuestren a si mismo de lo que son capaces sin caer en la frustración o la baja autoestima. Su confianza en ellos mismos empieza en la confianza que nosotros les tenemos en el día a día.

Si no son capaces de vestirse en quince minutos, habrá que ampliar los tiempos para esa actividad y no agobiarles, ni acabar las tareas por ellos. Tenemos que cambiar el chip y aprender a caminar más despacio para seguir sus pasos y no que ellos sigan los nuestros.

Uno de los problemas de la crianza de hoy en día es que les pedimos demasiado, pero luego no les dejamos actuar. no tenemos paciencia, ni tiempo. Está claro que tampoco podemos exigirnos a nosotros mismos una cambia de mentalidad y costumbres que nos sobrepase. Siempre hay que empezar con pequeñas cosas. Precisamente, en el libro nos hacen ver la importancia de los pequeños gestos. Una montaña fue un grano de arena alguna vez.

Esta obra se divide en cuatro partes claramente diferenciadas: Montessori, el adulto consciente, el enfoque Montessori en la familia y el ambiente preparado en casa. No hace falta que lo leas linealmente, aunque sí es recomendable, al menos una vez, sobre todo si no conoces esta filosofía, para entrar en el contexto al que se refiere.

Para mí la más interesante ha sido la de el enfoque Montessori en la familia en el que nos habla del vínculo entre padres e hijos, el sueño de los peques (algo que me hubiera venido muy bien cuando pensé que me volvería loca por la falta de sueño de lo mal que dormían los míos), del respeto por nosotros mismos, hacia los demás y hacia el entorno (fundamental), las rabietas (a día de hoy siguen teniéndolas, pero las gestionamos mucho mejor ambas partes), el frágil equilibrio entre la libertad y los límites, la concentración (un tema que me interesa muchísimo porque hoy en día parecen haber perdido esta capacidad con tantos estímulos a los que están expuestos), y un montón de temas más con los que chocamos los padres y en los que se agradece toda ayuda y guía.

Que conste que el resto de epígrafes tampoco tienen desperdicio, pero he decidido hablar del que más me llamó la atención porque si no acabaría por escribir un post kilométrico con tantos temas interesantes que comentar. Todo el tomo en sí es una maravilla como libro de consulta, con un índice detallado para encontrar rápido lo que queremos consultar.

Las páginas están llenas de anécdotas, recuadros e imágenes que hacen muy amena y fluida su lectura. Las ideas importantes están resaltadas y todo se explica de una forma sencilla y con ejemplos aclaratorios. Al final del libro se incluyen una lista de la compra y una guía para que ellos puedan hacer su propio equipaje cuando salgan de viajes muy visuales, además de una par de recetas para hacer con ellos. Muy completo.



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