Páginas

martes, 7 de mayo de 2019

Paseando por la casa de Campo

Torre oscura... ¡conquistada!
El miércoles 1 al padre se le ocurrió ir al Parque de Atracciones para seguir amortizando el bonoparques. A mí me apetecía cero, la verdad. Esto de montarme en montañas rusa y atracciones de vértigo o mareantes ya no me llama como antes, qué se le va a hacer...

Disparando el cañón
Así que me alegré horrores cuando nos dijeron que ese día había que pagar entrada con bonoparques o sin él (aunque con bonoparques hacían descuento). La verdad es que pudiendo regresar en dos días, lo de pagar nos pareció una tontería, así que propusimos un encantador paseo por el parque a dos niños muy muuuuy muy muy pero que muy ceñudos y decepcionados.

El tigre se aleja sigiloso entre la hierba...
El cambio no les hizo ni pizca de gracia, así que comenzamos la jornada con estallidos de mal humor infantil a cada paso, pero no nos desanimó y seguimos ensalzando las maravillas de lo que nos íbamos encontrando por el camino.

Nos alimentaremos de lo que cultivemos
Pronto el mayor se dio cuenta de que era mejor cambiar de actitud para salvar el día y, poco a poco, fue contagiando su entusiasmo al pequeño. ¡Menos mal! La verdad es que los troncos huecos, los árboles extraños, las madrigueras y el avistamiento de conejos ayudó mucho a que la alegría volviera a sus semblantes.

¿Que terrible criatura vivirá aquí?
Y en cuanto esto pasó los espíritus de Atila y Godzilla volvieron a poseerlos con lo que había que estar regañándoles constantemente para que no arrasaran con todo a su paso a golpe de palo. Porque se habían convertido en un segundo en aguerridos bárbaros en busca de grandes monstruos indefensos a los que vencer en cruenta batalla.

¡¡Y yo digo que es por aquí!!
Brincaban de un lugar a otro enarbolando sus palos y haciendo poco caso de lo que su padre o yo les quisiéramos contar. Ellos ya estaban en su mundo, mucho más épico, más emocionante y extremadamente más divertido, dónde va a parar.

Qué estarán tramando...
Evidentemente, hubo que desarmarlos al llegar al lago porque estaba lleno de gente y el peligro de accidente era obvio. Pero no les importó, porque frente a sus ojos apareció un nuevo objeto de deseo muy grande, muy flotante y muy azul (qué me ha dado hoy con los muy). En un lado del lago habían habilitado un camino de una especie de boyas cuadradas que hacía las delicias de los visitantes.

Hago volar el palo con mi magia
Sobre todo de los niños que rebotaban sin control a riesgo de acabar en el agua. Ya veis lo que les importaba eso a los niños, más bien éramos los padres los que observábamos con el corazón en su puño sus evoluciones y nos salía cana tras cana cada vez que rebotaban más cerca del borde de lo normal. Encima había un trozo más inestable aún que el resto. ¿Adivinad dónde querían subir todos los niños? Los míos incluídos.

Culo veo...
Al rato conseguimos sacarlos de allí con la promesa de un helado, porque el tiempo se prestaba ya a ese tipo de placeres gastronómicos y nos sentamos en una terraza para disfrutar del solecito.

Escalaré los muros más altos... ¡Y los más bajos también!
Pero la cosa duró hasta que Iván se dio cuenta de que sus armas de bárbaros habían desaparecido (Además de que ya se habían acabado los helados y se debían estar preguntando qué pintaban ellos sentados en una mesa en una parque tan interesante como aquel).

Más comida para el camino... ¡ni se te ocurra comerte una seta!
"Mámá, ¿dónde están los palos?", inquirió el más pequeño con un atisbo de sospecha en la mirada, "¿Qué palos?", contesté yo dando otro sorbo a mi cervecita fresquita, "¡¡¡¿¿¿Has perdido los palos???!!", gritaron indignados. Sí hombre, ahora también me tengo que ocupar de sus tesoros camperos, ¡no te fastidia!, "Tengo que ir a buscarlos", aseguró Iván muy angustiado y desapareció antes de que pudiéramos retenerle. Daniel, por una vez fue prudente, pero a mí me dio pena tenerlo ahí cuando al listo del hermano pequeño ya se le podía ver botando en las boyas. Así que le dije que fuera a buscarle y le dijera que volviera INMEDIATAMENTE. Evidentemente, un segundo después el mayor acompañaba a Iván en sus brincos.

Como molaaaaa
Al menos hay que agradecerle que en un rato prudente apareció de nuevo por la mesa con el rebelde del benjamín bien agarrado para que no se le escapara. Huelga decir que tuvimos bronca y al final la culpable de todo fui yo por perder sus palos. Si es que tienen un morro...

Y se creen que no les veíamos...
Pero a esas alturas estaban tan contentos como yo de no haber entrado en el Parque de Atracciones ese día.

La moneda glups
Por cierto, justo antes de irnos a casa Iván encontró otra "moneda antigua" XS
Algún día voy a tener que confesarle la verdad...

8 comentarios:

  1. Pues al final os quedó un día estupendo!!!
    y lo de la "moneda"..... me ha hecho mucha gracia y he leído el post que le hace referencia.

    un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En qué momento se me ocurrió decirle que sí que era una moneda antigua. ¡¡Me va a llenar la casa de arandelas cochambrosas del Imperio Romano ainsss

      Eliminar
  2. jajajaja lo de la moneda es muy gracioso!
    A mí tampoco me van las atracciones así que hubiera preferido este paseo, que ya veo que con imaginación se convirtió en toda una aventura! Me alegro!
    Besos!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es que el entorno se lo puso muy fácil a los peques jajaja
      Lo de la moneda va a ser uno de los grandes errores de mi vida jajajaja

      Eliminar
  3. jajajaja, te dije q la moneda volvería a aparecer!!!! jajajajaj
    Q día más guay al final con las cosas azueles del lago!!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y tenías razón, pero esta es otra. Si es que el mundo está lleno de monedas antiguas jajajaja
      Lo de la cosas azules del lago fue un puntazo. ¿A quién se le ocurrirán estas cosas?

      Eliminar
  4. Nosotros queremos ir al Parque de Atracciones, el peque quiere ver a la Patrulla Canina jajaja. Cual es la mejor época?, habíamos pensado a finales de junio.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues yo creo que junio está bien porque hará menos calor que julio y agosto. Yo os aconsejo que vayáis entre semana a ver si os topais con menos gente. En cuanto empieza el buen tiempo se peta. Paciencia, muuucha paciencia. Las colas suelen ser largas...

      Eliminar

Me encanta saber lo que piensas.