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martes, 11 de junio de 2019

Rescate científico en Covarrubias y otros juegos con la imaginación

La tarde del sábado, el padre de las criaturas nos propuso dar un paseito por el campo aprovechando que estábamos de fin de semana en el pueblo. Nos apuntamos enseguida, que los paseos camperos siempre molan. Y más con la imaginación de los churumbeles.

Nada más alejarnos de los edificios Daniel ya empezó a darle a las neuronas de la fantasía.

"Eh, ¿y si jugamos a algo?", propuso, "A ver, os doy vuestros personajes: Iván y yo somos soldados y mamá es una científica que viene al bosque tóxico a buscar a un colega suyo que ha desaparecido. Cuidado que todo aquí se ha transformado con la radiación y hay monstruos".

Enseguida nos metimos en el papel. "Nos va a costar mucho andar con los trajes anti radiación. ¿No?" sugerí yo. Mi primogénito me miró muy serio.

"No tenemos trajes antiradiación, mamá. No lo flipes", jolín con el niño, "pues vamos a mutar en algo horrible", insistí.

"Que noooo", siguió erre que erre el chiquillo, "que la radiación ya está en las cosas. No te comas nada y listo... ¡Cuidado! ¡Un monstruo!", los soldados se adelantaron para dar buena cuenta del monstruo dando por zanjada la discusión.

"Le hemos ganado", anunció el mayor, "Hemos recogido su sangre".

"¿Para estudiarla en el laboratorio cuando volvamos?", sugerí. Otra vez recibí esa mirada indescifrable de mis peques que me hace sentir que ellos saben reglas que yo desconozco.

"No, mamá. Es para inyectárnosla, recibir la fuerza del monstruo y poder combatir con enemigos de niveles superiores", me explicó Daniel pacientemente.

"Ah, claro. Tiene toda la lógica del mundo, sí", balbuceé más para mí que para ellos. "¿Os importa si fotografía especímenes raros de fauna y flora para investigarla a nuestro regreso?", por fin se mostraron entusiasmados con una de mis propuestas. Encontrar fotos chulas se convirtió en otro objetivo importante de la misión.

Las que más triunfaban eran las de flores con bichos. En cuanto encontraban un insecto posado me llamaban entusiasmados para que lo inmortalizara.

Por el camino lucharon con multitud de monstruos y tuvieron que transformarse varias veces para poder derrotarlos. Espero que esas transformaciones no les dejen secuelas como algún cuernito, colmillos afilados o cola de demonio.

Por fin encontramos al científico que veníamos buscando. Estaba desmayado en el borde del camino. Afortunadamente no había sido devorado por las infames bestias que allí habitaban. ¡¡Que suerte!! Y a nosotros nos había atacado de todo.

En fin, que llamamos al helicóptero para que lo sacara de allí mientras nosotros iniciábamos otra aventura llena de zombies, hombres lobo y cubos de slime, capitaneada por Iván. Esta vez no había lugar para hacer fotos porque nos venían de todos lados y yo también tenía que luchar. Menos mal que encontrábamos armas, pócimas de curación y herramientas durante nuestra exploración porque aquello parecía un holocausto monstruoso.

Cuando nos cansamos empezaron a preguntar al padre que cuanto faltaba para volver a casa. Raúl sacó el móvil, consultó la ruta más corta, nos miró, volvió a mirar el móvil, miró el móvil un poco más...

"Bueno, ya sabemos por dónde ir o no", le espeté un poco mosqueada.

"Bueno, sí", contestó, "Según el GPS sólo estamos a 45 minutos de Covarrubias.

"¡¡¡Quéeeeee!!!", ¡¡pero si llevábamos más de dos horas dando vueltas!! ¿Qué entiende este hombre por paseito por el campo? Fueron 45 minutos muuuuy largos, con dos niños cansados y quejicosos que se paraban cada dos minutos a investigar algo o recoger "tesoros".

Como se nos estaba haciendo de noche y los peques se nos estaban poniendo nerviositos (que en los juegos somos muy valientes, pero luego...), nos pegamos un buen rato jugando a eso de "Paseando por el bosque la noche nos pilló, el cuco cantando el miedo nos quitó, cucu cucu, looooobo, ¿estás ahí?", que hasta ronca me quedé. Conclusión: 3 horas de paseo y toda la familia para el arrastre.

Más previsión a la hora de elegir caminitos señor padre.

2 comentarios:

  1. Magnífica forma de pasar un día de excursión. Toda una aventura divertidísima, y con todos los ingredientes necesarios: retos, enemigos, investigación, poderes extraños, orientación.... hasta canciones tiene! Ja,ja! Un saludo, y enhorabuena por el blog.

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    1. Sí que lo pasamos bien, pero vaya maratón nos hizo caminar el padre jajaja Al día siguiente las fieras tan pichis y yo con todos los músculos doloridos ainss

      Muchas gracias! :D

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