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jueves, 21 de noviembre de 2019

La Torre del Tambor y la Torre de la Campana en Pekín

En los tiempos antiguos, los habitantes de Pekín sólo tenían una manera de medir el tiempo y era con las torres del tambor y de la campana. Las dos se alzan una enfrente de la otra separadas de una plaza empedrada.

La primera destaca por su vistoso color rojo. Se accede a ella por unas escaleras muy empinadas que nos llevan al segundo piso para disfrutar de las vistas, en las que contrastan las casas de los hutongs que rodean a las torres con los altísimos rascacielos que se ven a los lejos, y ver la exposición sobre antiguos objetos que se usaron durante siglos cuando estaba operativa.

Los tambores que se usan para la representación y que están en el centro de la sala no son los originales, pero vaya si se oyen alto y fuerte.

En la sala hay uno original de exposición.

Tras los tamborazos, nos bajamos de esa torre para subir a la de la campana, unos cien metros más allá. Allí nos esperaban otras escaleras gemelas a las de su torre vecina.

Vale la pena subirlas para ver la campana más grande de China, con el impresionante pez aldaba que sirve para tocarla, aunque ya no se use. Se dice que en la antigüedad se podía oír su tañido a 20 kilómetros a la redonda.

Alrededor de la campana podemos ver unos paneles en relieve que cuentan la leyenda que gira alrededor de ella. Resulta que la campana la mandó construir el emperador con bastante urgencia, asegurando que si no estaba lista para una fecha concreta, le cortaría la cabeza a todos los implicados. Como la cosa no avanzaba como debiera, la hija del jefe de construcción le pidió a los dioses que les ayudaran. Justo cuando terminaba el plazo, una nube bajó del cielo para llevarse a la chica y dejar la enorme campana en la torre.

Está visto que las mujeres siempre tenemos que sacrificarnos y arreglar el embrollo, aquí y en Pekín. Menos Pandora, que esa sí que la lió pero bien. En fin, que me disperso. El caso es que la campana es una preciosidad, pero ahora sólo está de adorno, así que no corremos el riesgo de quedarnos sordos paseando admirando su tamaño.

El precio de la entrada a ambos lugares es muy barato 15 ó 20 yuanes si vas sólo a una de las dos y 30 si compras el ticket combinado para ambas. En la puerta de la del Tambor te ponen las horas del espectáculo de los tambores. Tienen bastantes pases.

Además, si llegas y ves que acaban de hacer uno que te queda una hora para el siguiente siempre puedes pasear por el barrio de hutongs en el que están ubicadas. El horario que tienen es de 9 a 17.




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