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lunes, 11 de noviembre de 2019

Microlog, taller de diseño e impresión 3D

Por esta casa se estaba rumiando el tema de pedir una impresora 3D para Reyes, pero no acabamos de decidirnos.

A ver, por un lado le vemos muchísimas posibilidades con lo que somos aquí: figuras, tokens, moldes de cocina, piezas de beyblade, insertos... Jolín, el tema es infinito y tienta, tienta... Pero es una pasta y da miedo que al final venga a casa para coger polvo. Así que, cuando vi que, por la Semana de Ciencia, Microlog iba a desarrollar un taller de Diseño e Impresión 3D vi el cielo abierto.

Pero ese cielo se llenó de nubes negras cuando me comunicaron que ya no habían plazas. En fin, qué le vamos a hacer. Por lo menos nos habían puesto en lista de espera.

Y se hizo el milagro. El día antes del día D, recibí un email en mi bandeja de entrada preguntando si seguíamos interesados.

¡Vaya que sí! En Microlog que nos presentamos al día siguiente los cuatro muy emocionados para aprender a utilizar FreeCAD, un programa de uso libre (o lo que es lo mismo: gratis) para diseñar en 3D.

En Microlog, nos recibió Raúl para enseñarnos a hacer unas chapitas con nuestra inicial que luego podríamos poner en un llavero o colgar de nuestro cuello.

La verdad es que fue super amable y comprensivo con el follón que le montaron en un momento los peques allí reunidos.

Como no había ordenadores para todos lo hicieron por turnos. Mientras unos diseñaban su chapita, otros jugaban con los kits ya montados que poblaban las estanterías del aula y que llamaban poderosamente la atención de todos, porque molaban demasiado.

Luego me dijo el profesor, que ellos se dedicaban también a la venta de kits y material steam educativo dirigido a la enseñanza y no sólo a los talleres. Desde luego que allí tenían verdaderas maravillas: coches que funcionaban con diferentes métodos, puertas de todo tipo, circuitos, juegos, norias, robots... Alucinante.

Pero bueno, que me disperso. Lo que decía, mientras unos experimentaban la magia de la electrónica, electricidad, mecánica, etc... Otros iban diseñando su chapita.

Tenías que ir eligiendo las formas geométricas correctas, luego ir cortándolas superponiendo otras y colocándolas en su sitio exacto. Engancha, engancha... Tuvimos muchos errores por el camino, pero cuando al final tuvieron su chapita en las manos los veías muy orgullosos de su trabajo.

Las impresoras a pleno rendimiento causaron sensación entre la chiquillería y los no tan niños. La verdad es que molan mucho, pero nosotros aún no sabemos qué hacer. Ocupa muchísimo lugar, requieren una inversión de tiempo muy grande (tiempo que no tenemos) y no estamos seguro de amortizarla. Dudas, dudas... pero los diseños que puedes ver por internet son una pasada... Ainss

El caso es que el taller en familia nos moló muchísimo y aprendimos mogollón. Por ahora nos quedamos con eso. Es que como caiga la impresora 3D, ya nos veo haciendo chapitas a millones jajajaja








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