¡Nueva sesión de cuentacuentos en Akira Cómics! Es el único al que mis hijos quieren ir ya con las edades que tienen. El resto les parece para pequeños, ¡como si ellos fueran mayores! Que rápido quieren crecer y luego nos pasamos la vida echando de menos esos años.
Les apunté a la sesión de tarde porque esa mañana ya teníamos plan. Es la primera vez que íbamos a esa hora y madre mía cómo se llenó. Que ambientazo.
Como siempre, alucino con la mano izquierda que tiene la cuentacuentos. Cómo los sabe llevar a su terreno. Y eso que estaba ante un público difícil lleno de listillos. Es el riesgo de hablar de personajes tan famosos como los protagonistas de Teen Titans Go, de los que contó la película a grosso modo con muchas risas y momentos álgidos para los peques.
Al finalizar, nos presentó a Esopo, el creador la gran mayoría de las Fábulas que conocemos, como por el ejemplo la del Cuer, que escenificó con la ayuda de dos peques graciosísimos.
Por mucho que el chiquillo que hacía de cuervo cantaba con la boca muy abierta, el queso no se le caía y todos tronchados hasta que la cuentacuentos le dio un empujoncito y ¡hala! el queso para la lista de la zorra.
Después llegó el momento de una canción que yo les he cantado a mis hijos miles de veces y que saqué de los cantajuegos, la canción del pozo. Ellos me aseguraron después que no se acordaban de que yo se la cantara y que eso que decía era imposible porque molaba mucho y se acordarían. Ahí los tengo cantándola a la menor oportunidad a ver quién se acuerda de más cosas. Gano yo, por supuesto, que por algo la he cantado miles de veces.
Entonces, nos contó un precioso cuento sobre un coleccionista de palabras que al principio las recolectaba, luego las archivaba, por un accidente comenzó a mezclarlas, a valorarlas en su justa medida y finalmente a compartirlas. Me encantó. Sobre todo, la parte en la que el protagonista se da cuenta que las palabras más valiosas no son las más complicadas. Un simple "Te entiendo", "Lo siento" o "Te quiero" puede valer un mundo para muchas personas.
En la fábula de Esopo El niño y las almendras vi reflejados a mis hijos cuando se les ofrece una galleta o chuche e intentan agarrar todas las que pueden y más. Ojalá hayan aprendido algo de la moraleja.
Los niños disfrutaron también muchísimo de la siguiente canción-poema: El cocodrilo que muerde. Esta no la conocía, pero el ritmillo te gana y casi te pena que acabe con el piojo rojo rojo.
Justo después, la cuentacuentos nos habló del héroe real de ese día, en este caso una heroína: Malala. Para ellos se valió de un precioso cuento que, por cierto, forma parte de nuestra biblioteca, y de unas diapositivas hechas por ella en la que contaba su historia de una forma más detallada que en el cuento para niños.
Daniel se quedó muy impresionado y estuvo dándole vueltas mucho tiempo. Sobre todo al hecho de que sufriera un atentado por hablar de lo que pasaba en su país.
La jornada finalizó con versión teatralizada de Pedro y el lobo con un montón de entusiastas voluntarios. Entre ellos mi primogénito, que se hizo con un bate para formar parte de la gente del pueblo que acude en ayuda de Pedro cada vez que grita "Que viene el lobo, que viene el lobo"... Menos cuando viene de verdad, claro. Ya os sabéis el cuento, ¿no?
Mis hijos salieron muy contentos con el plan y con la chuche que les dan al final.
Por cierto, si queréis acudir a alguno sólo tenéis que apuntaros en la web de Akira Cómics.
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